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De ser 'amateur' en Sevilla a ídolo en China

Es un tópico decir que el amor puede cambiarte la vida, pero en algunos casos se cumple con creces. Hace menos de un año, Cornelio Velázquez no sabía el giro tan radical que iba a dar su vida en tan poco tiempo. Entrenaba como siempre con su equipo de atletas populares, se encontraba en su mejor momento deportivo, ganaba carreras en Sevilla: primer puesto en categoría promesa del circuito de carreras populares, otro en el Maratón del Pavo en Espera y un sexto puesto en el Campeonato Andaluz de Cross Corto, entre otros logros. Fue entonces cuando conoció a una chica especial y acabó donde menos se esperaba: en China.

"Aquí ya he participado en varias competiciones, tanto triatlón y trails de montaña como medias maratones. Alrededor de la veintena de carreras terminadas", resume el atleta sevillano. Y es que el gigante chino apuesta por una cultura deportiva a todos los niveles, desde los colegios hasta las universidades. "Lo gracioso es que puedes estar corriendo en una pista y a la misma vez compartirla con uno que anda hacia atrás, otro en traje de chaqueta que pasaba por allí y la abuela con el niño en el carrito. Puede llegar a haber hasta 150 personas dando vueltas al mismo tiempo", explica.

El atletismo forma parte del día a día, las carreras nunca están desiertas, a pesar de la gran masa de población, el tráfico y, sobre todo, la polución. "En Pekín hay mucho asfalto y en poco tiempo he notado muchísimas molestias en caderas y tendones, todo ello sorteando gente y coches de camino al parque después de tardar una hora en metro para volver del trabajo. Es difícil mantener una rutina", añade el sevillano, aunque, a pesar de los inconvenientes, puede tener al fisioterapeuta en casa con sólo pedirlo a través del móvil.

Segundo en el Triatlón Internacional de Beijing distancia sprint, "en el que Javier Gómez Noya y Mario Mola me colgaron la medalla al cuello". Y primero en el 60 aniversario del Medio Maratón del parque de Beijing, dos logros que hicieron que este hispalense pasase de ser un simple amateur a una especie de ídolo en China. "Sólo por ser extranjero ya eres una atracción para ellos, pero si encima ganas lo traducen como Dios", apunta.

Fotografías, autógrafos, escoltas, una carpa reservada, hasta posibles patrocinios. "Te exigen una foto con su producto y te ponen en todas las redes sociales. A veces, por ser de otro país, te llevan a competiciones con todos los gastos pagados simplemente para poner la etiqueta de Internacional a la carrera", añade el corredor.

Sin embargo, aunque la aventura en tierras chinas es curiosa y entretenida, Cornelio echa de menos su casa. Continuar con los entrenamientos como hacía en su tierra fue muy complicado para el sevillano, que venía de ganar diversas carreras. Le llevó tiempo ponerse al nivel de los atletas chinos hasta que por fin pudo hacer podio, sobre todo en medias maratones. "En definitiva la vida aquí es caótica, debes ser un superviviente. Por eso, cuando vuelvo de vacaciones a España y me uno al grupo de siempre, digo que no saben lo que tienen, que lo disfruten y aprovechen", concluye con nostalgia.

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