La dirección deportiva comandada por Juanma Rodríguez y Asier Alonso continúa dando forma al proyecto del Betis de cara a la próxima temporada. Con el objetivo de formar la plantilla más competitiva posible, que sea capaz de colocar los cimientos para asentar al equipo en la ACB y mirar en un futuro a las posiciones altas de la tabla, trabajan codo con codo tanto el malagueño como el vitoriano.

Hasta el momento, en la hoja de ruta establecida por ambos, la principal noticia es la decisión de no ejecutar el segundo año de contrato con Dani Rodríguez, Bropleh, Stainbrook y Marcius, que saben que deberán buscar club de cara a la próxima temporada.

Sin descartar alguna salida más en los próximos días, en la dirección deportiva también trabajan en el capítulo de llegadas. Refuerzos de nivel, que permitan dar un salto de calidad acorde a la nueva realidad de competición en la que se moverá el Betis, en el que destacan algunos nombres. El primero en sonar con fuerza es el nombre de un viejo conocido de la parroquia sevillana: Beqa Burjanadze. El ala-pívot georgiano ha sido uno de los jugadores más destacados del Gipuzkoa durante la temporada, en la que el equipo ha consumado su descenso a la LEB Oro, y según apuntan desde El Día, el Iberostar Tenerife también anda detrás de él, e incluso le habrían presentado ya una oferta.

Burjanadze es un ala-pívot nacido en Tiblisi en el año 1994 y llegó a Sevilla con 16 años, para convertirse apenas unos meses después en el jugador más joven en debutar con la elástica del equipo hispalense (17 años y 13 días), por delante de otros jugadores conocidos como los NBA Kristaps Porzingis o Tomas Satoransky o Joan Sastre, ahora en el Valencia. El georgiano, que ahora tiene 25 años y mide 201 centímetros, estuvo cuatro temporadas vinculado a la entidad, hasta que sus caminos se separaron en el verano de 2014. Desde entonces, el Leyma Coruña, el Andorra y el Gipuzkoa, por último, han sido sus equipos durante estos años.

Su condición de cupo de formación, el no ocupar puesto de extracomunitario y su adaptación, más que evidente, a la máxima categoría de baloncesto nacional lo convierten en una cotizadísima pieza en el mercado. De hecho, el pasado curso en el cuadro vasco jugó 32 partidos, con una media de 25 minutos, mediando 11,2 puntos, capturando 5,7 puntos y mediando 12,6 de valoración.

Ya el pasado verano en el club trataron de recuperarlo para la causa, pero la oferta de Gipuzkoa, tanto a nivel económico como deportivo, era superior. Ahora, con el descenso del equipo vasco, Burjanadze vuelve a ser una opción.