Valencia Básket-Coosur Real Betis

Un Betis muy bipolar (95-72)

  • Los verdiblancos caen en Valencia y muestran dos caras opuestas

  • La defensa, brillante en algunos momentos y en otros, vulgar

Borg trata de impedir a Van Rossom la canasta.

Borg trata de impedir a Van Rossom la canasta. / Juan Carlos Cárdenas / EFE

"Necesitamos una defensa fuerte los 24 segundos de posesión, no sólo diez", solicitaba Curro Segura en un tiempo muerto a sus jugadores. Evidentemente, el técnico granadino no estaba contento con el Coosur Real Betis que se veía sobre el parqué de la Fuente de San Luis ante el Valencia Básket, que terminó llevándose el gato al agua y añadiendo una nueva victoria a su casillero con un marcador más abultado después de que los verdiblancos se dejaran ir en los últimos minutos, ya con todo dicho.

Vencer a los taronja, más a domicilio, es una tarea complicada, al alcance de pocos equipos. Implica, entre otras cosas, una concentración absoluta durante los 40 minutos del partido. Y con todo, la victoria no estaría asegurada. Era necesario estar metidos en el encuentro para llegar con algunas opciones a los minutos finales, algo que finalmente no ocurrió.

Un Betis muy intermitente, tanto en ataque como en defensa, se dio cita en Valencia. Brillante por momentos, sobre todo en el segundo cuarto, la defensa permitió al equipo meterse de nuevo en el partido después de un vulgar primer cuarto en el que los levantinos camparon casi a sus anchas. Ganar esa consistencia necesaria para competir a alto nivel llegará con el paso de las jornadas. Mecanismos y automatismos que todavía faltan en un equipo prácticamente renovado por completo, pero que deja algunas muestras esperanzadoras. A Curro Segura, por tanto, le queda bastante trabajo por delante para hacer un bloque sólido, como ya ocurrió el pasado curso. Tiene experiencia.

Hubo cosas positivas que rescatar, por supuesto. Además de la casta y la garra para volver a meterse cuando los locales estaban a punto de dar la puntilla al duelo con una renta insalvable, también el protagonismo de todos los jugadores en labores ofensivas. Todos jugaron y todos aportaron puntos al marcador.

Después de sumar dos derrotas consecutivas, ante Bilbao en Miribilla yfrente al CSKA en la Euroliga, ambas dolorosas, domar al Valencia Básket desde el inicio iba a ser complicado. Como un toro desbocado salió el equipo levantino, que pronto abrió brecha en el marcador. Bajo la dirección de Van Rossom y la polivalencia de Dubljevic, los locales conseguían marcharse 14 arriba tras el primer cuarto. Los taronja hacían daño casi por inercia, encontrando siempre posiciones cómodas para que lanzadores como San Emeterio apuntillaran a su rival (26-12).

La cara cambió en el segundo acto. Tampoco era muy difícil mejorar, cierto es. Slaughter y KC Rivers tomaron protagonismo en labores ofensivas y el equipo apretó las tuercas en defensa para intentar meterse de nuevo en el partido. Y lo lograron. Tras un parcial de 6-12, culminado con una canasta de Rivers, los béticos quedaban a menos de diez puntos de distancia (32-24). Los tiros abiertos que antes entraban a los levantinos ahora se quedaban cortos y los sevillanos eran capaces de continuar su escalada en el marcador, hasta ponerse a sólo cuatro puntos tras una canasta de Nacho Martín (39-35). Sin embargo, un nuevo estirón de los de Ponsarnau en los últimos instantes del cuarto permitió que se marcharan al descanso con nueve puntos de renta (44-35).

Con un nuevo triple, Doornekamp volvía a la acción tras el paso por los vestuarios. Y tal y como ocurrió en el primer acto, al Betis le costó tomarle el pulso al juego. El descanso cortó el ritmo ascendente que habían encontrado los de Curro Segura y un parcial de salida de 9-2 para los locales parecía volver a enterrar a los verdiblancos. Tal es así que con un nuevo triple de Doornekamp, los locales alcanzaron los 20 puntos de renta (60-40). Pero este Betis volvió a tirar de orgullo para meterse de nuevo en el partido con un nuevo parcial a favor de 3-13. La defensa, de nuevo férrea en una zona 2-1-2, y el acierto de Obi y Borg volvían a dejar en diez puntos la renta levantinista (63-53), a pesar de las intentonas de Quino Colom de romper el choque a favor de los suyos.

Con 13 puntos abajo se llegó al último cuarto. Las sensaciones daban algún atisbo esperanzador de dar la campanada en La Fonteta. Pero los levantinos no dieron opción alguna. San Emeterio y Tobey cogieron protagonismo para evitar cualquier susto y mantuvieron a raya a los verdiblancos, que no lograron subirse a las barbas de su rival. Malmanis la clavó de tres puntos, Sastre respondió con la misma moneda y la renta seguía por encima de la decena.

Fue a falta de poco más de cuatro minutos cuando el litigio se terminó quebrando. Para entonces, la renta ya era de 16 puntos, insalvable. Varias pérdidas tontas y un gran Dubljevic como actor protagonista ampliaron la renta hasta los 23 con los que finalizó el duelo (95-72).

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