El Coosur Betis tiene mil maneras de perder, o para ser más exactos, hasta 19, que son el número de derrotas que ya acumula cuando la Liga Endesa ha enfilado la recta final del campeonato y el equipo verdiblanco está a dos triunfos del más cercano en la clasificación. Pues bien, la de este martes en Tenerife ha sido una de las más cruentas, ya que el cuadro de Luis Casimiro estuvo en el partido hasta el final y falló su último triple, entre otras cosas porque Shannon Evans, muy acertado durante el resto del encuentro, gestionó pésimamente los segundos de posesión que sucedieron al tiro libre errado por Marcelinho.

Precisamente el veterano base brasileño se había empeñado en otorgarle una vida extra al colista, tal vez porque era consciente de que había acumulado méritos de sobra para tener esa oportunidad. Erró uno de los dos lanzamientos de los que disponía y todo quedó en un más dos para el Lenovo, uno de los equipos que luchan en la zona alta de la clasificación. Pero el Coosur Betis no fue capaz de aprovechar esa oportunidad y el lanzamiento de Evans, forzado y con muy pocas posibilidades de éxito, se estrelló con violencia en el aro para que la frustración volviera a aparecer en las filas de los béticos.

Es así de triste el devenir de este Coosur Betis que tiene tantísimas formas de caer derrotados. Pierde cuando juega mal, lógicamente cae cuando lo hace de forma calamitosa, demasiadas veces lamentablemente, y también se va con el sinsabor de la derrota cuando es capaz de desarrollar un buen baloncesto, como fue el caso en esta visita al potente Lenovo Tenerife.

Estadística Coosur Betis.

Los hombres de Luis Casimiro dejaron claro desde el principio que estaban dispuestos a pelear por acumular una victoria más y acercarse de esta manera a ese grupo de equipos que tienen ocho triunfos en su casillero, dos más que ellos. Así lo demostraron en un primer cuarto que se cerraba con un triplazo de Bertans para que el Coosur Betis se fuera con tres arribas en el electrónico (23-26).

Esa sensación inicial se vio corroborada por la seriedad del segundo parcial. Los visitantes obtenían una clara ventaja en el arranque del mismo, incluso llegaban a disponer de una renta de diez puntos cuando todo se ubicó en 26-36 tras el tercer triple consecutivo de Bertans. Aquello pintaba bien, pero con la fragilidad que siempre demuestra este Coosur Betis había que cruzar los dedos. Una canasta espectacular de Evans, de nuevo Evans, ponía un 26-39 en el marcador en el minuto 14, pero ahí comenzaban los problemas.

Pasecniks se dispone a matar después de un pase de Evans ante Shermadini.

El Lenovo Tenerife no necesitaba mucho para ir recortando y al descanso se llegaría ya con 43-47 con los insulares instalados en la rampa de lanzamiento para ponerse por delante, e incluso marcharse en el marcador, tras el intermedio. Lo habitual, el cuadro de Casimiro parecía que diluía como un azucarillo, pero esta vez sí tuvo orgullo y apostó por la pelea hasta el final.

Tanto fue así que le devolvió el parcial al Tenerife en el cuarto final y se ganó el derecho a ir a la prórroga. Es curioso, en la sucesión de canastas finales no tuvo ninguna opción de ganar en ese tiempo reglamentario. Eso sí, anótese que Evans falló dos tiros libres con 69-63, aunque sería tremendamente injusto cargarlo en el debe del base después del partidazo que desarrolló.

Como en el arranque de la prórroga, en el que anotó todos los puntos para colocarse en 84-88 y después en 87-91. Pero ni siquiera eso fue suficiente. El Lenovo Tenerife, con las correspondientes ayudas arbitrales también, fue recuperando hasta colocarse arriba con un Marcelinho muy inspirado en sus bombitas. Ni siquiera el error nada habitual del brasileño en el tiro libre final abrió las puertas al éxito. El Coosur Betis está tan habituado a perder, desgraciadamente, que también lo hace cuando juega bien al baloncesto. El descenso está un partido más cerca. Es lamentable después del partido de Burjanadze, Bertans y los minutos puntuales de varios de sus compañeros, pero es así de triste.