Baloncesto | Coosur Betis

La energía de Jacob Wiley activa al Coosur Betis (99-83)

  • El recién llegado aporta intensidad y Evans, Brown, Bertans, Leslie, Pasecniks, Báez, todos, se suman a la fiesta

  • El cuadro de Casimiro suma un segundo triunfo consecutivo para la esperanza

Jacob Wiley se impone para capturar un rebote.

Jacob Wiley se impone para capturar un rebote. / José Manuel Vidal / Efe

Segundo triunfo consecutivo para el Coosur Real Betis y la definitiva sensación de que algo ha cambiado, ya para muy bien, en el equipo de Luis Casimiro. La energía que ha aportado Jacob Wiley, la última incorporación, al resto de sus compañeros ha convertido a un grupo de jugadores timoratos y sin alma en una escuadra que piensa que ya no es peor que nadie, que es capaz de jugar con valentía para ir acumulando puntos en su casillero y después defender. Hasta 99 fue capaz de anotarle a un Urbas Fuenlabrada que llegaba lanzado y que sólo pudo responder con 83.

Es la consecuencia de haber dado, por fin, con la química necesaria para que todos los integrantes de este Coosur Betis crean en sí mismo y también en las habilidades de los compañeros que viste de verdiblanco como ellos. Shannon Evans es quien se lleva todo el brillo con su liderazgo, con sus penetraciones y con unas estadísticas rutilantes que lo volvieron a llevar a 32 réditos de valoración. Pero sería tremendamente injusto quedarse únicamente con esa aportación individual por mucho que brille con fuerza.

Porque en este Coosur Betis, además de Evans, meten el hombro todos y muchos de ellos también con brillantez. No sólo es el base quien aporta, también Vitto Brown es capaz de llegar al final del juego con un pleno de efectividad en los lanzamientos de dos puntos, con un 6/6 y encima le añade un par de triples por mucho que ahí sí tuviera algunos errores; como Pasecniks era decisivo en los primeros compases con sus puntos y después con sus rebotes y con su manera de estorbar los tiros del contrario; como Leslie hace ese trabajo oscuro para hacer muchas cosas de las menos aparentes e igualmente importantes en esa labor de alero que juega más veces de pívot; como Bertans ya sí mete triples; como Báez impone su experiencia en determinados momentos; como Cvetkovic no necesita ni anotar siquiera para cuajar un buen partido; como Mike Torres también da relevos de calidad; o como Pablo Almazán también aporta su liderazgo, aunque errara más de la cuenta en triples completamente en solitario...

Shannon Evans, la gran baza ofensiva, penetra ante Milosavljevic. Shannon Evans, la gran baza ofensiva, penetra ante Milosavljevic.

Shannon Evans, la gran baza ofensiva, penetra ante Milosavljevic. / José Manuel Vidal / Efe

De los que estuvieron en la pista, porque Burjanadze y Pozas no participaron entre los 12 inscritos, faltaría Jacob Wiley en ese repaso inicial. No se trata de un olvido, sino de dejarle un aparte a quien ha conseguido que la maquinaria por fin sea capaz de ganar los partidos y que, además, lo haga con un juego más que convincente. El pívot aporta energía, le mete esa guindilla al resto con sus gestos y con sus canastas, por supuesto. Porque es capaz de poner un tapón atrás y después acabar arriba tras el pase de Evans en el 82-67 (35’) y, de inmediato, volvía a correr para lograr un ‘alley oop’ en un pase de Leslie en una nueva contra y colocar el 86-67 (36’).

Ahí llegaron sus gestos de celebración a la grada, pero, sobre todo, le volvía a meter una inyección de vitaminas a todo el Coosur Betis para ganar y ganar. El camino es aún largo, pero al menos el optimismo y la confianza sí han vuelto.

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