Betis Baloncesto

Y lo peor puede estar por llegar (83-77)

  • El Betis cae en Fuenlabrada, un equipo que no estaba bien, en una pobre segunda parte en la que defendió sin intensidad

  • Los rumores sobre una posible salida de Evans al Real Madrid se disparan en la capital y el club asegura que no sabe nada

Senglin tapona la entrada a canasta de Evans.

Senglin tapona la entrada a canasta de Evans. / A. Pacheco (ACB Photo)

¿Y si perder ante un rival directo puede no ser lo peor que le pase al Betis Baloncesto en su visita al Fuenlabrada? Esa manida frase cargada de ambición de que "lo mejor puedes estar por llegar" puede volverse como un calcetín en el conjunto verdiblanco, que cayó con una preocupante claridad frente a un teórico rival directo por 83-77 y está por resolverse el futuro de su estrella, Shannon Evans, en entredicho por los medios de la capital española, que lo colocan en el Real Madrid. Levantarse de una derrota en la jornada cuarta, aunque sea la tercera, no es un problema para un equipo que, de verdiblanco, sólo sabe vivir al límite, con la soga al cuello por bandera, pero reponerse a una salida de Evans puede ser un golpe definitivo.

En el Fernando Martín todo el juego del Betis giró en torno al base, que acabó con 28 puntos y 9 asistencias, pese a su precipitación en algunos casos tanto en el lanzamiento (9/22 en tiros de campo) como en el pase (cuatro pérdidas). El cuadro andaluz tiene chispa con él en pista y ve ralentizado su juego cuando Pozas le da descanso. Es la apuesta de la dirección deportiva, que ha descubierto su juego interior sin un referente ni siquiera capaz de frenar a Ristic para apostarlo todo al juego exterior. Todo o nada a Evans, cuyo majestuoso final de la pasada campaña justificaba hacerlo Pero si se va ahora, ¿qué queda? En su renovación hay una cláusula de salid a Euroliga y algunos medios (el primero fue la web matealaro.com) señalaban que el Real Madrid le ha puesto un jugoso contrato por delante de dos campañas para llevárselo ya. 

Este periódico contacto con diversas fuentes del club que negaron cualquier contacto con el Real Madrid y se limitaron a apuntar que lo único importante era el encuentro con el Fuenlabrada. Pues ya pasó. Derrota sin alma en defensa (otra vez el rival por encima de los 80 puntos) ni ideas ni referentes en ataque. ¿Y ahora qué? A esperar. Aunque da miedo pensar en este Betis sin Evans por lo visto en este partido, ya que cualquier pívot contrario marca diferencias y los heliopolitanos no han captado todavía que sin defensa ni el alma mostrada la pasada campaña son un conjunto vulgar aun con Evans.

Gerun y BJ Johnson tratan de ganarle la posición a Okouo. Gerun y BJ Johnson tratan de ganarle la posición a Okouo.

Gerun y BJ Johnson tratan de ganarle la posición a Okouo. / Víctor Lerena (Efe)

Y eso que pintaban bien las cosas de inicio en Fuenlabrada: 0-8 de salida con acierto desde el triple y José Luis Pichel, que se hacía cargo del cuadro fuenlabreño tras la fulgurante destitución de Josep María Raventós, tuvo que parar el choque para llamar a filas a los suyos. Kromah, llevando a BJ Johnson al poste bajo, lideró la remontada del conjunto local, que jugaba con un ala-pívot de 19 años como el argentino Juan Fernández y un chaval de 16 años como Bagayoko metiéndole intensidad a los suyos. Dos triples de Senglin y los 12 puntos de Kromah, con quien no podía BJ Johnson, le dieron la vuelta al marcador (18-16), aunque cuando las rotaciones de Pichel entraron en pista reaccionó el Betis: parcial de 0-14 desde el 20-16 para cerrar el primer cuarto con un ilusionante 20-30 con una sola pérdida cometida por los sevillanos.

Pero ahí se quedó el Betis Baloncesto. Pareció que vio el encuentro ganado antes de tiempo y acabó sometido a la intensidad del Fuenlabrada. Evans se fue al banco a tomarse un respiro con el 22-30 y apareció de nuevo con el 31-34, después de que Sylla lograra la primera canasta bética tras casi cuatro minutos sin anotar. Mal presagio. Las pérdidas se acumulaban en los verdiblancos, incapaces de sumar pese a capturar en una misma jugada tres rebotes ofensivos. Cuatro tiros al hierro. Ristic hacía daño por dentro ante un Betis contemplativo (9 pérdidas en este cuarto), Marc García, recién llegado, se unía a la fiesta anotadora, Báez regalaba faltas y tiros libres gratuitos y solo un triple lejano de Evans mantuvo la igualdad al descanso (40-40).

La dinámica, lejos de cambiar, se acentuó tras el pasó por los vestuarios y punto a punto el Fuenabrada abría brecha hasta verse 11 arriba (55-44). De nuevo costaba anotar y, lo que es peor, de nuevo se pretendía defender con la mirada. Mal asunto. pero Evans no quería que todo acabase, de acabar, con mal sabor de boca, con siete puntos metió salió de nuevo al rescate de los suyos (57-51). Pudo el Betis reducir más la diferencia, pero Bertans paró un contragolpe para jugarse un triple. Una de esas jugadas que encumbran a uno si acierta y lo señalan si falla. Falló. No lo hizo Senglin en el otro aro y la distancia volvió a crecer, para encarar los últimos 10 minutos con 66-55. Tocaba remar. 

Evans defiende a Hannah. Evans defiende a Hannah.

Evans defiende a Hannah. / V. Lerena (Efe)

Pero ya no hubo opciones. Las perdidas lastraban a los heliopolitanos, incapaces de convertir los rebotes ofensivos en canastas. Hasta 16 capturaron los de Luis Casimiro de los que obtuvieron apenas seis puntos, cuatro de ellos en el primer cuarto. Hubo más números negativos en el choque, como las 19 pérdidas, los cinco tapones en contra o las siete faltas más cometidas, algunas regaladas por los propios béticos. Es lo que pasa cuando se juega sin intensidad. Lo vio el técnico en sus jugadores y con 79-65 con más de cuatro minutos por jugar hablaba en el tiempo muerto del average. Pudo maquillarlo al menos el Betis, que con el triple final de Kurucs, que apenas tuvo peso en el choque ante un rival sin un ala-pívot de referencia, puso el 83-77. Derrota en la jornada 4. Es reversible. Ahora toca preguntar. ¿Y qué pasa con Evans?   

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