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El éxito de un 'exiliado'

  • Burjanadze, bético aunque sin rencor por su salida de Sevilla, espera a su ex equipo con la mente puesta sólo en la clasificación copera del Andorra

Burjanadze trata de superar al checo Auda en el partido disputado en Manresa.

Burjanadze trata de superar al checo Auda en el partido disputado en Manresa. / susanna sáez / efe

Llegó a Sevilla siendo un chaval, con apenas 16 años, pero Beka Burjanadze (03-01-1994, Tbilisi) se fue por la puerta de atrás, empujado por el entonces director deportivo, José Luis Galilea, y Scott Roth siendo ya un hombre, un jugador de baloncesto con todas las de la ley, internacional con Georgia, con la que disputaba el Preeuropeo de 2014 (ya jugó el Eurobásket de 2013) cuando, tras cuatro años formándose en el club hispalense, le comunicaron que no contaba para el nuevo técnico aun teniendo contrato en vigor. Ahora, tras acumular más experiencia en la LEB Oro, es uno de los puntales de un Andorra invicto en su feudo y buscará ante el Betis Energía Plus amarrar la Copa en un "partido importante como cualquiera, pero no es más especial que otro".

Segundo más valorado de su equipo tras su compatriota -y cicerone en el principado- Shermadini, el ala-pívot está "muy contento por cómo va la temporada, tanto en lo colectivo como en lo individual". No es para menos. Tras dos campañas en La Coruña, Burjanadze se ha convertido en una pieza clave para Joan Peñarroya tras haberlo pasado mal por su inesperada salida de la capital andaluza. "Me comentaron que no iba a jugar y que me cortaban en septiembre. En verano llamé cientos de veces y nadie me respondía. Estando con la selección concentrado Galilea me dijo que no había sitio para mí. No me enfadé por eso. Esto es un negocio. Me enfadé porque me llamaron en septiembre después de que yo preguntara muchas veces, ya sin tiempo para buscar otro equipo. Aun así regresé a Sevilla y demostré ser un profesional entrenándome durante dos semanas más en vez de quedarme sentado en casa. Las cosas se podían haber hecho mejor", explica el jugador.

La Coruña fue su destino en LEB Oro. "No fue un paso atrás, sino varios hacia adelante. Yo me lo tomé así, porque fui ganando confianza en mí mismo con minutos de juego. Allí me empujaron a ser mejor jugador", apunta el georgiano, que recuerda que, pese a todo, su primer año en tierras gallegas no fue fácil: "Fue todo muy precipitado y me costó un poco adaptarme. El segundo curso fue todo mejor. En verano aproveché para trabajar en mi país con mi entrenador de toda la vida, Zura Samkharadze (el mismo de Pachulia, Zanikidze o Markoishvili), y llegué mucho mejor", afirma, recordando que el conjunto coruñés se quedó a un paso de la final al caer por 3-2 ("íbamos ganando la serie por 1-2", rememora), ante el Melilla, a la postre campeón.

Tras dos buenos ejercicios en La Coruña, llegó su momento. "De alguna manera demostré algo que ya sabía: podía jugar en la ACB. Tenía el nivel suficiente", destaca Burjanadze. De hecho, ya lo hizo en Sevilla. Cualquier cajista recordará su triple en el Martín Carpena que valió el triunfo frente al Unicaja en la 2012-2013, y una temporada después, de nuevo con Aíto, participó en 31 encuentros. Cupo de formación, además, tenía sitio en el Baloncesto Sevilla, pero la llegada de Jefferson Capital Funding truncó su carrera en la que aún considera su casa: "El del domingo será un encuentro más, muy importante para nosotros. Cuando vaya a San Pablo y salude a mis amigos, sí que será especial. Ahora sólo veré a los pocos que siguen: Radicevic y la gente del banquillo como Javi Carrasco, que me ayudó mucho, Tabak, Rocky y Curro".

No descarta volver algún día -"un jugador nunca sabe dónde acabará ni en qué equipo", dice-, aunque de momento le van las cosas bien en Andorra (firmó un 1+1), donde, pese al frío ("nada que ver con Sevilla"), quiere amarrar una histórica clasificación para la Copa. "Se ha convertido en nuestro objetivo y no podemos dejarlo pasar. Será un partido muy divertido, con un bonito duelo entre los pívots. Para nosotros Shermadini es un jugador clave como lo está siendo Mahalbasic en el Betis, pero nos equivocaríamos si nos enfocamos sólo en él", señala el georgiano, que destaca de su equipo "el colectivo y la conexión con los aficionados". "Defender y jugar rápido en transición. Será la clave. No debemos estar presionados", apunta un jugador que desde su estancia en Sevilla se inclinó más por lo colores verdiblancos: "Fue en un derbi. El Betis perdía por 0-3 y sus aficionados no paraban de animar. Al final acabó 3-3. Aquel subidón y el ambiente hizo que siguiera más al Betis", reconoce.

De su pasado en el club hispalense también recuerda a su amigo Porzingis. "Él tenía claro que jugaría en la NBA, pero nadie pensaba, quizá ni él, que lo haría tan bien tan pronto. ¿Cómo un canijo que se desmayaba en los entrenamientos se ha convertido en una estrella de la NBA? Con trabajo diario. Sólo así se pueden lograr las cosas y ése es también mi camino. Trabajo duro con los pies en el suelo. No sabía qué esperar de esta temporada, pero confiaba en que mi momento llegaría. Así lo hice en Sevilla y La Coruña. El sacrificio diario tiene premio", destaca Burjanadze.

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