El Betis está a pocos pasos dar el golpe definitivo al ascenso. Sólo dos victorias más hacen falta para que, matemáticamente, los verdiblancos celebren el regreso a la máxima categoría del baloncesto nacional, apenas unos meses de certificarse la caída a los infiernos de la LEB Oro. Sólo el tiempo dirá si este paso por la categoría ha servido para comenzar realmente el proyecto ganador prometido algunos meses atrás, tras el descalabro, aunque todo hace indicar que se va por el buen camino.

De cualquier manera, de vencer en San Pablo al Granada el próximo sábado y al Real Canoe en el Pez Volador el próximo viernes 5 de abril convertirían al Betis en un equipo de ACB de pleno derecho, sin mirar a otros rivales. Precisamente para este duelo, el club sondeó la posibilidad entre los peñistas de que algunos aficionados acompañaran al equipo, sabedores de que el ascenso podría certificarse en territorio madrileño. Todo hace indicar que a la vuelta del equipo hispalense a ACB sólo le falta la fecha, hora y localización. Si los béticos son capaces de sacar adelante estos dos partidos, ninguno de los perseguidores podrá arrebatarle el primer puesto de la clasificación.

Pero la primera opción para certificar la primera plaza de la clasificación la tienen los béticos este fin de semana. Todo pasa por que los de Curro Segura logren vencer a un difícil rival como es el Granada, convertido en revelación por méritos propios, y el Oviedo y el Bilbao Básket, los dos inmediatos perseguidores y únicos que todavía tienen escasas opciones matemáticas de ser primeros, pinchen en sus respectivos compromisos. 

Es decir, si el viernes los asturianos caen ante el Huesca (21:00) y el sábado los hispalenses superan a los nazaríes, el ascenso podría ser una realidad el propio domingo al mediodía si el Palencia es capaz de tumbar al Bilbao Básket. Por tanto, la primera piedra para que en San Pablo se celebre un ascenso en diferido pasa por que mañana el Oviedo no logre vencer al equipo oscense.

Sea cual sea el resultado final que se dé en el Pabellón de Deportes de Huesca y en Miribilla, el Betis se ha ganado el derecho a ser el único equipo que depende de sí mismo para ascender. Y eso es algo de lo que presumir.