El rival

Un desafío a la verticalidad

  • El Villarreal construye un sistema valiente que mejora sus credenciales y dibuja el camino hacia Europa Cani y Giovani, las armas de peligro

Marcelino García Toral llevó a este Villarreal hasta la élite para devolver a su afición la ilusión por luchar por metas grandiosas. Y el resultado está aquí: con Europa bajo su punto de mira, la campaña del submarino amarillo es sobresaliente y gran parte de su mérito radica en una primera vuelta de fábula que evidenció la consolidación de una plantilla capaz de retar a casi cualquier conjunto de este campeonato.

Mantuvo Marcelino a gran parte del bloque del ascenso, añadiendo pinceladas de alto nivel con llegadas que convirtieron al bloque en un sistema táctico difícil de combatir.

La verticalidad es uno de los puntos fuertes de un Villarreal que reflejó algunos síntomas semejantes a aquel equipo que maravilló a Europa de la mano de Manuel Pellegrini hace algunas temporadas. El reto es lejano, pero quizás los buenos tiempos no hayan hecho nada más que empezar de nuevo.

sin balón

Marcelino sabe que la velocidad forma parte de su juego y trata de llevarla al máximo con un sistema que hace daño a su rival por la verticalidad bien lograda de los suyos. Encuentra siempre el camino más rápido hacia la portería y para ello debe cerrar su retaguardia con una línea adelantada que se arriesgue. Y lo logra.

Musacchio es el que manda en la zaga. Su poderío y experiencia son armas solventes y a su lado Gabriel Paulista comienza a justificar su llegada. Los laterales suelen adelantarse para ayudar a la línea medular, aunque tampoco son especialistas en pisar el área del adversario.

Bruno es la pieza que equilibra el juego del Villarreal. Sabe proteger las pérdidas de posición de algunos compañeros y recupera con facilidad, aunque también es capaz de llegar al área rival y protagonizar acciones de ataque.

con balón

Hay una idea común en el afán por tocar el balón. Eso sí, la búsqueda de los espacios se convierte en la toma de riesgos más habitual. Manu Trigueros es un enlace permanente entre el medio y el ataque, por lo que su precisión y buen desplazamiento de balón se convierten en virtudes que hacen daño a los equipos rocosos. A su vez, Pina puede desestabilizar con mucha presencia sobre el césped y un recorrido enorme.

Las piezas que Marcelino coloca por delante son intensas y siempre buscan el desborde. Cani alcanzó una nueva juventud e inició el curso con un rendimiento notable que ahora trata de recuperar tras una lesión. Giovani suele moverse por uno de los costados, mejor por la derecha, y se olvidó de cierto individualismo para centrarse en convertir en realidad todas las buenas bazas que posee desde hace años.

Perbet está tomando un rol protagonista en las últimas jornadas. Su movilidad supone un incordio para la defensa rival, siendo capaz de escorarse a las bandas y colaborar en el juego asociativo. Uche es una alternativa de más velocidad y brilla con espacios por delante. Jonathan Pereira aporta más ritmo y Óliver Torres es capaz de encontrar espacios inexistentes.

lo mejor

La capacidad para hacer una transición rápida y llegar a los últimos metros con peligro.

lo peor

Los riesgos que asume, a veces, resultan contraproducentes.

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