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El desprecio de 'lo medular'

  • El planteamiento inicial y la mala actitud posterior derrotan al Sevilla.

El Sevilla se entregó por dos veces a la animosidad del Málaga merced a su doble desprecio a algo que forma parte de la sustancia esencial del fútbol, el centro del campo. El planteamiento inicial de Emery, con una defensa de cinco ante un equipo sin delanteros, le dio la parcela ancha al Málaga, que ganó mil balones divididos y buscó los resquicios de la zaga hasta abrir el marcador primero y remontar después. Pero además, tras ponerse con 1-2, el Sevilla no supo jugar el partido, lo dejó abierto y a merced de un enardecido rival. Fue un constante desprecio a lo medular del fútbol: aptitud y actitud.

Defensa

El Sevilla jugó con cinco defensas y encajó tres goles. Ni Coke, ni Figueiras ni Alberto Moreno actuaron como carrileros y dejaron demasiado espacio alrededor de Iborra y Rakitic, quienes además no recibían ayuda de Vitolo y Reyes, primero, y de Gameiro y Cheryshev luego. Emery se equivocó al plantear la pelea atrás, despoblando la zona ancha. Como en el Bernabéu, el teórico 3-4-3 fue un absoluto desastre que sólo funcionó al inicio de la segunda parte, cuando el equipo adelantó y juntó las líneas en busca del empate. A lo mejor ese mismo once con otro dibujo...

Por si fuera poco, el Sevilla, con sus medios centro más adelantados, permitió contras con el marcador a favor y defendió muy mal por los flancos de su poblada y alineada zaga. Sus laterales, los tres que jugaron, dejaron centrar y rematar. Es decir, que ni funcionaron como carrileros en la medular ni, lo que es más grave, taparon como laterales en defensa. El Sevilla se encogió ante el Málaga.

Ataque

Los laterales jamás acompañaron en la salida del balón y el Sevilla atacó con pocos efectivos. Bacca buscó espacios y ofreció más de una salida válida, pero apenas tuvo acompañamiento. En la segunda mitad, Rakitic adelantó unos metros su posición y también apareció Iborra y así llegó la conexión y logró remontar. Pero a raíz del 1-2, ni Gameiro, ni Cheryshev, ni Figueiras ofrecieron esa senda ofensiva que Emery buscaba con su ingreso en el campo y las contras se quedaron a medio camino siempre. Bacca lo intentó otra vez con poca ayuda.

Virtudes

La reacción en terreno hostil.

Talón de aquiles

El planteamiento y la actitud.

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