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El día después del deporte: ¿Y ahora qué?

  • Sólo el 19% de los deportistas andaluces tienen estudios superiores, según un informe · La Fundación Adecco alerta sobre la necesidad de ofrecer formación y dar orientación al atleta para su entrada en el mundo laboral.

El 19 por ciento de los deportistas andaluces tienen estudios superiores, según un informe, que se presentó este miércoles en la jornada 'Empleo después del Deporte' por la Fundación Adecco en Sevilla y en que se expone la situación en la que se encuentran los deportistas de elite, una vez que afrontan su retirada y las alternativas de integración laboral que tienen a su disposición. 

En la jornada, a la que asistieron Manuel Jiménez Barrios, secretario general para el Deporte de la Junta de Andalucía; Beatriz Ferrer Salat, medallista olímpica de Doma Clásica y patrona de la Fundación Adecco y Pedro Fernández, responsable del Programa para Deportistas de Fundación Adecco, entre otros, se puso de relieve la problemática que se encuentran los deportistas una vez que abandonan sus carreras profesionales. 

Así, se ha comprobado la existencias de una común característica del perfil que guarda el deportista de elite. La misma sería la poca formación académica debido a la dedicación casi exclusiva a entrenamiento y competición. Al tiempo, se recomienda al deportista hacer hincapié en las virtudes propias de la dedicación deportiva

De esta manera, Manuel Jiménez Barrios desveló que "sólo el 19 por ciento de los deportistas de la comunidad tienen estudios superiores, un 4 por ciento diplomados y un 15 por ciento, licenciados". Aunque matizó que "la situación era mucho más grave diez años atrás". Ahora, hasta un 46% tiene por lo menos el bachillerato mientras un 12% lo dejó tras la enseñanza obligatoria.

Pablo Blanco, gloria del Sevilla FC, ejemplificó el abismo personal que supone el momento de la retirada. "Llegó la fecha de mi retirada, el 30 de junio de 1985 y, aunque afortunadamente ya me había buscado la vida, se planteó la inevitable pregunta de qué voy a hacer mañana".

Sobre la mesa, un evidente caso de precocidad mal gestionada. Blanca Castroviejo, ex gimnasta sevillana de 23 años, se marchó a Marbella con sólo 10 para enrolarse en un Centro de Alto Rendimiento. Con 15 se fue a Madrid para integrarse al equipo nacional y a los 18 ya estaba retirada tras una grave lesión y un desencuentro con el cuerpo técnico. Sin estudios ni raíces. "Me encontré sin formación académica, sin deporte, sin amigos, sin nada. Con la ayuda de mis padres logré salir adelante". Ahora estudia un módulo de gestión financiera y pretende dedicarse a las relaciones públicas o institucionales.

Sobre esta cuestión, Pedro Fernández hizo referencia a la necesidad de aplicar las técnicas de formación no sólo a los deportistas, sino también a los padres. "Igual que hacemos con los niños debemos hacer con los padres, para que se adapten también a sus necesidades y le inculquen las ventajas de compatibilizar deporte y aprendizaje. Si no, sólo te plantearás la formación cuando estás al borde de la retirada, y entonces ya es tarde", finalizó. En el caso de Castroviejo, la oposición paterna acabó cediendo ante las presiones maternas y la ilusión de la deportista.

Beatriz Ferrer Salat indicó la importancia de la formación escolar y académica a la propia técnica deportiva. "En mis clases se nota perfectamente quién estudia o ha estudiado y esta cuestión ayuda sobremanera al aprendizaje y a los resultados en competición", refirió.

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