Tal día como hoy, hace diez años, el sevillismo tenía mariposas revoloteando en la barriga, más que nunca. Antes de que Javi Navarro alzase la primera Copa de la UEFA, Eindhoven era una fiesta y, tanto los 9.000 que se desplazaron para vivir in situ aquel evento primigenio como los que se echaron a las calles después de aquel primer título europeo, no cabían en la ropa de los nervios. Un decenio después, ese mismo sevillismo vive una efeméride de órdago, dispuesto a la proeza de afrontar con toda la ilusión del mundo y un entusiasmo intacto las dos finales de la semana que viene. En cuatro días, Liverpool y Barcelona como mejor recuerdo de aquel pistoletazo de salida al aluvión de plata en Nervión.

El club y la afición viven en una ajetreo constante estos días previos. A mediodía de ayer, el Sevilla anunció que se habían agotado las 14.000 entradas para la final de la Copa del Rey que dispuso para sus socios. Hasta 19.000 localidades del Vicente Calderón corresponderán al Sevilla, uniendo a los abonados los compromisos de la entidad, que lógicamente también torcerán por el club blanquirrojo. Y mañana se ponen a la venta las 5.600 entradas para la final de Basilea, a las que hay que unir las 1.400 que se reserva el club. Será el desplazamiento menor de sevillistas para las finales europeas, tras los 7.300 en total que estuvieron en Varsovia, los 9.000 de Turín, los 12.000 de Glasgow y los cerca de 10.000 de Eindhoven. Las circunstancias que rodean a esta quinta final continental incluso invitaron al club a solicitar menos localidades, las más caras, respecto a las 10.200 que le correspondían.

El Sevilla ha preferido subvencionar el viaje, como ya hizo a Varsovia, hasta para 5.000 socios (un millón de euros sería la inversión si se copa el cupo), en vista de que ya hay un desplazamiento masivo a Madrid sólo cuatro días después. Es el primer incoveniente de un viaje que también llega condicionado por el asunto de los pasaportes. El cambio de Suiza respecto al espacio Schengen, desde los últimos atentados y por motivos de seguridad ante un gran evento deportivo, obliga a llevar el pasaporte. Y miles de sevillistas han colapsado las comisarías de la provincia para renovarlo o solicitarlo. Ante tal realidad, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha pedido al Gobierno de Suiza que permita viajar con el DNI a aquellos aficionados que lo hagan de forma organizada en chárter, de modo que puedan ser controlados por la Guardia Civil y la Policía en el aeropuerto de partida. Según la agencia Efe, a través de fuentes policiales, el control se hará antes de despegar una vez cerradas las listas de pasajeros. Suiza debe responder.

Entretanto, José Castro presentó ayer la camiseta de la final de la Copa. "Con esta camiseta vamos a pelear por nuestra sexta Copa. Y lo vamos a hacer luciendo una vez más el símbolo por excelencia de Andalucía, fieles a nuestra filosofía de ser sevillanos en Andalucía, andaluces en España y españoles en el mundo". La semana que viene hará lo propio con la europea.

El club anunció ayer también que, si bien las entradas no son nominativas, la subvención para el viaje en chárter sí es exclusiva para abonados, por lo que un socio no puede ceder este derecho al descuento de 200 euros al que no lo sea. Los socios deben sacar el bono de viaje el día que tengan asignado para sacar su entrada, por orden de antigüedad, nunca antes. Hasta el socio 5.600 llega el primer plazo, que se abre mañana. El jueves será hasta el 20.000.

Además, el club vigilará que no haya reventa, al no ser nominales. Lo hará con sumo escrúpulo, dado que en Basilea serán mayoría los ingleses del Liverpool, que ya ha pedido a éstos que no viajen sin entrada. Las de Copa sí eran nominales y aun así el Sevilla ha detectado diez casos de socios que intentaban revenderlas en internet: les abrió expediente, les ha retirado su entrada y les ha suspendido su abono durante seis meses.