No encaja gol, pero sigue sin ganar ni marcar

El Betis arribó a Villarreal con varias rachas negativas a cuestas. El equipo era incapaz de ganar un partido, no le metía un gol a nadie y encima veía cómo su puerta era perforada por cualquier rival al que se enfrentase.

Pero la prueba más evidente de que el fútbol normalmente son sensaciones y de que lo cualitativo, en ocasiones, cotiza por encima de lo cuantitativo es que el equipo dirigido por Juan Merino sólo logró corregir una de estas tres dinámicas negativas, la de menor sensación, y sirvió, amén de para sumar un valioso punto en Villarreal, para que la percepción existente sobre el equipo cambie por completo.

Porque el Betis, con su 0-0 en Villarreal, dejó su portería a cero después de cinco partidos, en los que había encajado la friolera de 15 goles, cuatro a manos de Barcelona, Eibar y Sevilla, éstos en partido de Copa del Rey, dos más ante el eterno rival en este mismo torneo, y el sufrido en Getafe.

Una secuencia rota y muy valorada por todo lo que ha supuesto pero que no esconde el gran mal del equipo, el que le impide sumar de tres en tres en la competición de la regularidad. Porque el equipo suma ya 548 minutos en Liga, algo más de seis partidos, sin hacer un gol. El último lo hizo Jorge Molina el 5 de diciembre y sirvió para igualar el obrado por Bongonda a favor del Celta en Heliópolis.

Si se incluye la competición copera, en este caso se acorta la racha, toda vez que en el partido copero de vuelta en El Molinón, diez días después, el Betis logró anotar tres dianas, dos de Van Wolfswinkel y una de Cejudo -el último gol bético- que le sirvieron para empatar (3-3). Su principal estrella y referente ante el gol, Rubén Castro, acumula una racha aún peor ante la portería contraria. Su último tanto se produjo el 27 de noviembre ante el Levante (0-1) y supuso la última victoria bética en Liga.

Ésa es, precisamente, la racha más preocupante del equipo, ya que son siete partidos sin conseguir la victoria, secuencia que es aún más extensa incluyendo la Copa del Rey, en la que perdió sus dos partidos ante el Sevilla y empató el de vuelta en Gijón. Así, incluyendo las dos competiciones, el último triunfo verdiblanco habría ocurrido diez partidos atrás, cuando venció al Sporting (2-0) en su estadio con goles de Vargas y Vadillo.