El hándicap del Villamarín
El derbi sevillano: informe del Betis
Los de Mel sólo han ganado un partido como locales, aunque ante el Celta cuajaron su mejor fútbol del año. Rubén Castro aglutina el gol.
Este Betis de Pepe Mel se ha convertido en un equipo de contrastes, de picos y bajos, capaz de convertirse en el segundo mejor visitante del campeonato pero también en el peor local. Sólo un encuentro ha ganado en el Benito Villamarín como escenario, ante la Real Sociedad en la tercera jornada, aunque en el último partido en casa ante el Celta, los verdiblancos cuajaron su mejor fútbol de la temporada e incluso dominaron a un equipo de la zona noble. Quizá a ese encuentro se agarre Mel para apostar por un once muy parecido, con Dani Ceballos como enganche, una vez que el utrerano ha comenzado a ofrecer una versión parecida a la que se espera.
Con ese hándicap del Villamarín, el Betis ha ofrecido mejores sensaciones cuando ha sido un equipo con las líneas juntas y no al intercambio de golpes que sí le convino en anteriores temporadas. Como visitante ha sacado lustre de su capacidad de contragolpe, un arma que también podría emplear esta noche.
Un dato a tener en cuenta, y que sirve para clarificar el nivel de la plantilla, es que los verdiblancos no han sido capaces de ganar a alguno de los rivales que lo preceden en la clasificación, de los que ya se ha enfrentado a siete, con tres empates -Celta, Villarreal y Valencia- y cuatro derrotas -Atlético, Real Madrid, Deportivo y Athletic-.
Sin balón
Diferentes versiones de Betis han aparecido durante la temporada, aunque en sus mejores momentos en casa fue un equipo que presionó la salida de pelota del rival, con ese doble pivote formado por N'Diaye y Petros, que, a falta de gobierno con el balón, sí ofrecen kilómetros de esfuerzo.
La zaga al completo se siente más cómoda cerca de su área, aunque el paso adelante se hace necesario cuando el centro del campo ejerce una presión coordinada. Piccini viene sufriendo en los conceptos defensivos, de ahí que no sería extraño que Cejudo y Joaquín intercambiasen las bandas para que el italiano recibiera las ayudas del cordobés.
A balón parado ha sido hasta ahora un equipo seguro, con el poderío aéreo de sus centrales y la seguridad de Adán.
Con balón
Si en buena parte de sus triunfos a los de Mel no les hizo falta adueñarse de la pelota para generar ocasiones -Sporting, Rayo o Málaga como ejemplos-, en el Villamarín sí ha tratado de mandar en el partido desde la posesión, aunque no siempre con resultados. La irrupción de Dani Ceballos en la mediapunta le otorga ese punto extra para combinar, como ocurrió ante el Celta, aunque el ataque también se nutra de la capacidad de penetración de sus jugadores de banda, sobre todo Joaquín.
El portuense ya no aparece tanto como un extremo al uso y sí trata de superar líneas metiéndose por dentro, donde hace valer su chispa para dejar rivales atrás y tratar de combinar con Rubén Castro. Y es que si algo ha destacado del cuadro verdiblanco en este comienzo liguero ha sido el delantero canario, que ha mostrado un elevado nivel de eficacia, aunque siempre se muestra más letal con espacios.
Lo mejor
La definición de Rubén y el alto nivel de Adán.
Lo peor
Pocas variantes en ataque y feble en sus laterales.
El perfil: Heiko Westermann
Oficio para un central con gol y colocación. Heiko Westermann (Alzenau, Alemania, 14-08-1983) llegó al Betis el pasado mes de agosto, después de una irregular campaña en el Hamburgo, con el que finalizó contrato, y le costó adquirir el punto de forma adecuado. Eso sí, tras su primera aparición ante la Real Sociedad, el teutón se ha asentado como pieza indiscutible para la zaga, en la que aporta su oficio y concentración como principales virtudes. Más cómodo cuando el equipo se repliega cerca de su área, donde hace valer su excelente juego aéreo, Westermann llama la atención por algunas cualidades no demasiado habituales en un central. Así, acumula 40 goles a lo largo de su amplia carrera deportiva, ya que se incorpora con eficacia al ataque tanto en acciones de estrategia como en conducciones desde la retaguardia, algo que ya se vio en Vallecas, donde anotó su único gol hasta el momento como verdiblanco. Pero Westermann también es un central que apenas comete faltas, sobre todo por su excelente posicionamiento defensivo, con lo que apenas recibe amonestaciones. Como dato, este año ha cometido diez faltas por las once que ha recibido.
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