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Los impulsos del cerebro

  • Los bases fueron los mejores, dando sentido al ataque de sus equipos y una marcha más cuando era necesario · Récord en Copa para Calloway: 9 asistencias, 0 pérdidas

Se le esperaba y se le necesitaba desde hace tiempo, pero por fin está de vuelta. Dubitativo en algunos partidos de liga, sin la gasolina suficiente al principio, Calloway siempre ha dicho que, tras perderse más de media temporada el curso pasado, volvería a ser el del primer año. Había dejado destellos en algunos partidos, pero la Copa del Rey ha confirmado lo que sólo él sabía. Está de vuelta. Después de la exhibición (16 puntos, cuatro rebotes y cinco recuperaciones) ofrecida en los cuartos de final ante el Unicaja de Rowland y Valters, de nuevo se batió contra otro dúo peligroso: Llull-Sergio Rodríguez. Dos jugadores que se mueven y dirigen a su equipo por impulsos, aunque el del menorquín fue el impulso ganador.

El base madridista metió una velocidad más desde el inicio del encuentro que cogió por sorpresa a los sevillanos. Fue el líder de los suyos en un primer cuarto en el que parecía que se le escaparía el partido a los de Plaza, quizá cansados del esfuerzo del día anterior y poco acostumbrados a jugar de forma tan seguida. La experiencia y el banco en estas citas es muy importante. Al ritmo de Llull (ocho puntos) y el acierto en los triples del conjunto blanco (5/5), el Madrid parecía resolver antes de tiempo.

Entonces apareció Calloway. En el momento oportuno para que siguiera quedando partido por delante. El norteamericano jugó los 10 minutos completos del segundo cuarto. Llull lo había hecho en el primer cuarto y le tocaba coger aire. Y el impuso de Calloway volvió a dar vida a los hispalenses. Cuatro asistencias (una a Davis que ponía al Banca Cívica por delante: 40-41), un mayor control del balón (recibió dos faltas) y una mejor dirección le metieron el miedo al Madrid de un Laso que tuvo que echar mano de nuevo del menorquín, viendo que Sergio Rodríguez era incapaz de pararlo.

marca histórica

Satoransky no aportó lo que se esperaba de él y, sin Calloway en la pista, el Banca Cívica se perdió en ataque. En el tercer cuarto. El Madrid, como en el primer cuarto, rompía el encuentro con los triples (5/7 en el tercer periodo), mucho de ellos gracias a la buena distribución del balón que siempre llegaba a un jugador solo en algún punto de la bombilla. Antes de entrar en los últimos 10 minutos era evidente el peso de ambos jugadores en sus equipos: Llull, 24.09 minutos jugados frentes a los 6.55 de su compañero. Calloway, 22.21 frente a los 7.39 que había estado el checo sobre el parqué.

El estadounidense, que consiguió una marca nunca hecha en la Copa del Rey (9 asistencias sin una sola pérdida, cuando hasta ahora, el máximo de pases decisivos sin perder un balón era de 8, de Scola en 2006 en más de media hora), se empeñó en que el encuentro no acabase como el último de Liga. El impulso que lo movió era el orgullo, el deseo de demostrar que está de vuelta. En el minuto 36 asistió a Triguero para que pusiese el 79-72 y después en una buena penetración pudo poner el 79-74 y el miedo en la cabeza madridista. Apenas el único borrón en sus 20 puntos de valoración. El segundo del partido, sólo por detrás de Llull (22).

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