El laberinto de Marcelino

La complicada situación de su contrato con el Racing podría alejar su opción pese a los vínculos de Del Nido con Pernía · Su agente asegura que ayer no hubo ningún contacto y el técnico se inquieta.

Eduardo Florido / Sevilla

31 de mayo 2011 - 05:02

El compás de espera para la resolución del gran enigma que inquieta a todo el sevillismo continúa alargándose. El sigilo y el mutismo por parte del club es absoluto, mientras que uno de los candidatos principales a hacerse con el banquillo empieza a sospechar que su opción comienza a diluirse. El representante de Marcelino García Toral reconoció a este periódico ya entrada la noche que ayer no hubo ningún contacto por parte del Sevilla, mientras que fuentes cercanas al técnico trasladan cierta inquietud por que el club de Nervión no vaya de verdad a por él. Entretanto, el representante de Quique Sánchez Flores continúa negando que alguien del Sevilla le haya preguntado por él.

El año de contrato que tiene Marcelino con el Racing y las magníficas relaciones que mantiene con el club santanderino podrían aparecerse como un escollo insalvable. El asturiano no quiere forzar una salida abrupta de un club con el que llegó a su más alta cota, clasificándolo para la UEFA, y que volvió a confiar en él para salvarlo el recién concluido curso del descenso. En Santander, Marcelino es muy querido y el Sevilla tampoco tiene tiempo para esperar a una rescisión del contrato de buen grado. Ni tampoco quiere interferir en la complicada situación que intenta solventar Francisco Pernía, presidente del club cántabro con el que José María del Nido guarda una buena relación. El Racing tiene pagos pendientes con sus jugadores, con Hacienda y con el propio técnico, unos pagos a los que se comprometió el magnate hindú Ali Sayed, del que el anterior accionista mayoritario, Jacobo Montalvo, también espera que realice el abono del segundo plazo por sus acciones.

En fin, que en el Racing hay una situación de inestabilidad bastante complicada, con el riesgo añadido de que los jugadores denuncien la deuda si no se enjuga de aquí al 30 de junio.

En Santander confían tanto en la palabra de Marcelino, un hombre cumplidor con sus compromisos y que aseguró que cumpliría su contrato si Ali Sayed garantizaba un proyecto de verdad. Y también confían en que el Sevilla no aproveche la situación de desgobierno actual para forzar al asturiano a rescindir su contrato, cosa que los rectores nervionenses no desean.

Del Nido y Monchi ya conocen de primera mano cómo está el asunto de Marcelino, después de haber contactado en los últimos días con su agente. Y la dificultad de solventar tantos escollos podría hacerles virar hacia otros candidatos.

El mero hecho de que Eugenio Botas, su agente, ya sí reconozca abiertamente que no hubo contactos indican que él y su representado comienzan a olerse que el Sevilla tirará para otro lado ante la indefinición de su difícil situación. Quique Sánchez Flores continúa estando en la terna de candidatos, pese a que Manuel García Quilón insiste por activa y por pasiva que desde Nervión no ha habido ningún tanteo, pero ya es significativo que no avance en la negociación con otros clubes que están detrás del madrileño.

Quique sabe que, al igual que Marcelino, es del gusto de Monchi y puede haber dado órdenes de paralizar cualquier movimiento hasta que quede definido un banquillo con el que ha flirteado descaradamente. El hecho de que no haya sido el elegido ya puede responder a que DelNido, persona a la que le gusta estimar la voz de la afición, sabe que gran parte de ésta no comulga con el madrileño y su llegada podría ir acompañada de cierto desencanto, con el riesgo de crecer hasta un cisma como el que ya vivió con Manolo Jiménez. De momento, el entuerto del técnico no tiene solución. La ventaja es que ni ha concluido mayo.

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