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El lado bueno del doble filo

  • El Sevilla visita al Barça con el riesgo de acrecentar las dudas en un mal arranque liguero, pero con la oportunidad real de reivindicarse.

Con algunos foros ya poniendo la lupa en el trabajo del entrenador debido a que el Sevilla aún no conoce la victoria en la Liga y tiene por delante dos duras visitas de manera consecutiva, el duelo del próximo sábado en el Camp Nou se convierte en una cita con doble filo de la que el cuadro de Unai Emery debe sacar provecho.

Por un lado, está el riesgo de ofrecer una mala imagen ante un súper equipo que necesita muy poco para obtener una goleada para escarnio de su rival, pero por otro lado supone una oportunidad de ganar prestigio si el plan sale bien. E incluso independientemente del resultado final, enfrentarse al Barcelona en su estadio es una ocasión en la que el Sevilla tiene más que ganar que de perder. El ejemplo de ello estuvo en el choque de la temporada pasada en el Camp Nou. Con Unai Emery ya en el banquillo, el Sevilla ofreció una buena imagen ante Messi y compañía. El equipo nervionense cosechó una derrota que hasta fue bien acogida por la afición, ya que se produjo jugando con ambición y justo tres días antes de una cita que podía ser histórica con la visita del Atlético a Nervión con una final de Copa en juego. Emery, que dejó en el banquillo a Negredo, planteó un partido valiente y el Sevilla se adelantó al filo del descanso con un gol de Botía. Ni con el esperado asedio del Barça en la segunda mitad renunció el Sevilla al ataque y siguió jugándole de tú a tú a su adversario hasta que el gigante culé remontó con tantos de David Villa y Messi (2-1).

Esta vez no basta con ofrecer una buena imagen y perder. O sí. Depende. No hay un partido que valga una temporada tres días después como aquel Sevilla-Atlético que al final decidió Diego Costa, pero el doble filo que estos encuentros ofrecen acaba teniendo muchos matices.

El Sevilla ha demostrado en muchas ocasiones que puede y está capacitado para plantear un partido incómodo para el Barça en su estadio. No hay que olvidar tampoco el 0-0 con que Marcelino recibió no pocos elogios aunque Javi Varas fuera el hombre más decisivo al detener un penalti a Messi en el descuento. Aunque el efecto esperado de aquel impecable planteamiento, basado en no entrar al futbolista que llevaba el balón y esperar cerrando espacios posicionalmente, no apareció en los siguientes jornadas, pues marcó el vertiginoso declive de la fugaz era del técnico asturiano.

Presentarse en la quinta jornada -en la que además visita Mestalla- sin una sola victoria y con sólo dos puntos puede ser peligroso para el Sevilla y para el crédito de Emery. Y es algo con un alto porcentaje de posibilidades de que se produzca, pero supone también una oportunidad de decir muchas cosas futbolísticamente hablando y de dar lustre a un ambicioso proyecto.

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