Un viaje al fútbol de antaño (I/II)

La leyenda del gol del cojo

  • El autor aprovecha la abstinencia futbolística durante la pandemia para establecer una serie de paralelismos entre este fútbol y todos los datos que ofrecía un anuario de la Liga 1958-59

Alfredo di Stéfano, leyenda del Real Madrid y del fútbol mundial, celebra efusivamente un gol.

Alfredo di Stéfano, leyenda del Real Madrid y del fútbol mundial, celebra efusivamente un gol.

Era una forma de combatir este síndrome de abstinencia de tres meses sin fútbol. Me lo tomé como un juego, entre Jumanji o Regreso al Futuro. Acudí a uno de los tesoros más preciados de mi biblioteca. Un libro de 866 páginas, pastas azules, titulado Anuario del Fútbol Español. Temporada 1958-1959, que se disputó entre el 14 de septiembre de 1958 y el 19 de abril de 1959. El libro tiene el membrete de mi padre. Es mi educación sentimental, Flaubert con borceguíes. Vivíamos en Galicia. Cuando empezó esa temporada, yo tenía un año y cuatro meses. Mi padre tenía un año más que Di Stéfano y dos más que Puskas. Mi madre estaba a punto de cumplir 25 años y el campeonato coincidió con su embarazo de mi hermano Juan. Una Liga que empezó con un Papa, Pío XII, y que en octubre, por su fallecimiento, siguió con otro, Juan XXIII. Que empezó con Fulgencio Batista en Cuba y terminó con Fidel Castro en La Habana. Han pasado más de seis décadas, pero el fútbol que vimos hasta el 8 de marzo de este año, última jornada antes de la pandemia, se parecía mucho más a aquel fútbol de antaño que al que veremos con los estadios vacíos y los suplentes con mascarillas, menos épicas que aquellos vendajes en la cabeza. Se permitirán cinco cambios. Entonces sólo se podía cambiar al portero. Los demás tenían que seguir, aunque se lesionaran. La génesis del legendario gol del cojo.

doce primeras actuales

La Liga 58-59 la formaban 16 equipos. Doce de ellos siguen en Primera. De los otros ocho, tres estaban en Segunda (Valladolid, que subió esa temporada, Alavés y Levante) y cinco en Tercera: Mallorca, Villarreal, Eibar, Leganés y Getafe. El juego ha consistido en tomar aquella temporada como un palimpsesto de la actual y comparar partidos y resultados. ¿Cómo quedaron entonces, por ejemplo, los partidos que se disputaron en la primera jornada del campeonato actual? El Barcelona vencía 1-2 en San Mamés con gol local de Uribe y visitantes de Tejada y Segarra. Di Stéfano (que fue Pichichi) anotaba tres de los cuatro goles del triunfo del Real Madrid, 2-4, sobre el Celta en Balaídos. Zárraga marcaba el cuarto y Escobar los dos tantos vigueses.

un gol de arza

El Sevilla vencía 1-2 al Español. Uno de los dos goles lo marcaba Arza en su última temporada en el equipo con el que ganó una Liga (1945-46) y fue Pichichi en la 1954-55. El Valencia derrotaba a la Real Sociedad con goles de Walter y Ricardo y anunciaban por megafonía el fichaje del brasileño Joel, que debutaría con un gol frente al Sevilla. Venía de disputar y ganar con su selección el Mundial de Suecia 1958, el primero de los cinco que tiene Brasil, con la particularidad de que ganó tres en doce años (Suecia 58, Chile 62 y México 70) y después sólo ha ganado dos en cincuenta años (USA 1994 y Japón-Corea 2002).

El fútbol se interrumpió el 8 de marzo, que también fue domingo en 1959. 61 años después, el Betis le volvió a marcar dos goles al Real Madrid, con la diferencia de que entonces los madridistas marcaron tres goles que les dieron el triunfo (Gento, Isidro en propia puerta, Di Stéfano) y los dos goles del último 8-M de Sidnei y Tello anularon el valor del gol de Benzema y le quitaron el liderato al Madrid.

En aquella temporada, los más jóvenes, los futbolistas con 19, 20 y 21 años, habían nacido en plena Guerra Civil. De los diez máximos goleadores del campeonato, con la excepción de Di Stéfano (1926) y Puskas (1927), nacidos en años de la dictadura de Primo de Rivera, el resto nacieron en tiempos de la Segunda República: Evaristo, Tejada y Luis Suárez (Barcelona), Vavá (Atlético de Madrid), Antoniet (Sevilla), Uribe y Mauri (Athletic de Bilbao).

los húngaros

En aquella Liga sobresalen algunos grupos curiosos. El madridista Puskas y el azulgrana Czibor anotaron los dos goles de Hungría contra Alemania en la encerrona de la final del Mundial de Suiza 1954. España boicoteó los Juegos Olímpicos de Melbourne de 1956 para protestar por la invasión soviética de Budapest. Dos años después, el fútbol español se llenó de estrellas del fútbol magiar. Los húngaros de aquella Liga marcaron un total de 54 goles: Puskas (Real Madrid, 21), Kubala (Barcelona, 9), Czibor (Barcelona, 7), Kuszmann (Betis, 7), Kocsis (Barcelona, 4), Szalay (Sevilla, 3), Szolnok (Español, 2) y Csabay (Zaragoza, 1).

El 21 de septiembre de 1958 debutaban en el Oviedo frente a Las Palmas los paraguayos Amarilla y Romero. Florencio Amarilla marcó tres de los cinco goles que Paraguay le hizo a Uruguay en la repesca americana para ir al Mundial de Suecia de 1958. Allí, dos goles suyos a Francia dieron la campanada, hasta que una tromba de agua cambió la suerte del partido, que terminó 7-3 para los galos, con exhibición de Fontaine, máximo goleador de la historia de los Mundiales. Los delanteros paraguayos le marcaron tres goles a Francia, tres a Escocia y tres a Yugoslavia.

el actor amarilla

La delantera completa llegó al fútbol español: esa temporada 58-59 ficharon Amarilla y Romero por el Oviedo, Parodi por Las Palmas y Agüero por el Sevilla. Un año después Cayetano Re, el quinto ariete, fichó por el Elche y en la temporada 64-65 fue Pichichi con el Barcelona. Fue curioso el caso de Florencio Amarilla (1935-2012). Después del Oviedo, jugó en el Elche y el Almería. En un hotel de esta ciudad, un ayudante de dirección le vio cara de indio y le hizo un contrato para la película 100 Rifles, con Raquel Welch y Burt Reynolds. Después vendrían El cóndor, con Lee van Cleef, El oro de nadie, con Yul Brinner, Chato el Apache, Caballo Salvaje, Orgullo de estirpe, con papeles en Conan el Bárbaro y Patton. Pasó de compartir alineación con otros futbolistas a hacerlo en los carteles de reparto con Charles Bronson, Alain Delon, Toshiro Mifune o Ursula Andress. Entrenó a varios equipos del Poniente almeriense y terminó su carrera como utillero del club Comarca de Níjar, que suena a novela de Juan Goytisolo.

Otro grupo importante de esa Liga fue el de los italianos. Tres españoles que fueron los mejores embajadores en el fútbol italiano y que esa temporada dieron lo mejor de sí mismos en la Liga española. Los 14 goles de Luis Suárez en el Barcelona, los 12 de Joaquín Peiró en el Atlético de Madrid y los tres de Luis del Sol en el Betis sumaban 29 dianas. Tres estrellas del balompié que nacieron con apenas medio año de diferencia y se fueron a Italia casi a la par. Luis del Sol nace en Arcos de Jalón (Soria) en abril de 1935, la primavera que el Betis logró la Liga. Luis Suárez nace en La Coruña en mayo de ese año y es el único español que ha ganado el Balón de Oro. Joaquín Peiró nació en Madrid en enero de 1936 y ha fallecido en los terribles días de la pandemia.

cuatro copas de europa

Luis Suárez se fue al Inter en 1961; Peiró al Torino en 1962 y este año llega Del Sol a la Juventus. Entre los tres ganaron cuatro Copas de Europa. Suárez dos con el Inter, la segunda la compartió con Peiró; y Luis del Sol ganó la quinta del Madrid, la de Glasgow en 1960, el 7-3 frente al Eintracht de Fráncfort.

En 1958 empezó el reinado de Brasil en el fútbol mundial. Además de Joel al Valencia, de aquella selección fichó Vavá por el Atlético de Madrid. Fue el quinto máximo goleador de la Liga 58-59. Marcó cinco goles en el Mundial de Suecia. En noventa años de Mundiales, sólo hay cuatro futbolistas que marcaron en dos finales de Mundial: los brasileños Vavá y Pelé, que las ganaron las dos, el alemán Breitner y el francés Zidane, que ganaron una y perdieron la otra, en ambos casos frente a Italia. Vavá fue segundo de Tele Santana en la selección de Brasil que asombró al mundo pero se quedó sin Mundial en España 82.

Un año después del Mundial de Suecia, diferentes equipos brasileños disputaron partidos amistosos en España el verano de 1959. Se pudo ver a Pelé en numerosos estadios españoles defendiendo la camiseta del Santos. Le marcó dos goles al Barcelona en el 1-5, uno de los dos goles de Brasil en el empate a dos con el Betis (los dos verdiblancos los marcó Esteban Areta; su hermano José Luis jugaba en el Osasuna); un gol al Valencia en el empate a cuatro de su Trofeo Naranja; y cuatro al Inter de Milán en el 7-1 de ese mismo trofeo.

Hubo un Vavá que no era brasileño ni mundialista pero consiguió lo que éste nunca logró, el Pichichi. Este Vavá se llamaba en realidad Luciano Sánchez García, salmantino de Béjar, y fue máximo goleador de Primera con el Elche la temporada 1964-65. Adoptó ese nombre por su admiración hacia el jugador brasileño.

La temporada 1958-59 fue la del adiós de Arza y Gaínza, superviviente del mítico quinteto que completaban Iriondo, Venancio, Zarra y Panizo. En Primera jugaban un hijo de Ricardo Zamora en la portería del Español, un sobrino de Quincoces en el Valencia y un sobrino de Guillermo Campanal, el de la delantera stuka, en el Sevilla. Marcelo Campanal acaba de fallecer en su Asturias natal. Campanal, Peiró, héroes de aquella Liga que nos han dejado. Como Jones, el primer negro que jugó en el País Vasco, en el Indauchu. Le marcó un gol en la Copa al Sevilla, que eliminó al equipo vizcaíno en el partido de desempate. Jones fichó después por el Atlético de Madrid.

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