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Marco Barba y el sueño vivo de la Fórmula 1

El ex piloto sevillano busca como coach quitarse la espinita que le quedó de llegar a la máxima competición del automovilismo

Agenda Polideportiva de Sevilla

Marco posa apoyado en el Red Bull de su pupilo / M.G.
Ángel Platero

17 de agosto 2025 - 08:30

Marco Antonio Barba López (Sevilla, 1985) es un Coach de jóvenes promesas del automovilismo que se retiró del pilotaje por decisión personal a pesar de tener tan solo 25 años, aunque era “demasiado tarde para dar el salto” y es que a pesar de haber sido campeón de España y triunfar en Fórmula 3 y World Series el objetivo que se marcó desde pequeño fue llegar a la Fórmula 1 y ver que no lo lograría lo llevó a esta decisión: “Descendí a Fórmula 3 sabiendo que el premio era un test de Fórmula 1 con Ferrari, gané el campeonato y ese test que se prometió nunca llegó, eso fue lo que me hizo perder esas dos o tres décimas que marcan la diferencia por falta de interés y motivación”. El tener un objetivo tan claro hizo que ni siquiera se plantease otras alternativas, era Fórmula 1 o nada.

Al dejar su función de piloto no se planteó empezar en el mundo del asesoramiento y la oportunidad llegó a raíz de hacer anuncios como doble de pilotos y el mismo equipo que se encargaba de esos anuncios, el extinto Fórmula de Campeones, le ofreció ser coach de un piloto que tenían en Fórmula 4 para tratar la gestión estratégica dentro de la pista. Posteriormente, pasó a tratar con Campos Racing, a los que está agradecido: “Me dieron la oportunidad de trabajar con grandes pilotos, que es lo que marca la diferencia y es lo que yo al final iba buscando”. Los elogios continúan para este equipo: “Tienen una cantera de pilotos extraordinaria y estando Red Bull detrás seguirán llegando a lo más alto”, añade.

Aunque en este caso Marco no es un trabajador para el equipo, si no para los pilotos y ahí es cuando conoce a su gran proyecto como coach, el mexicano Ernesto Rivera: “Es un chico que vino de México con muy poca experiencia en el karting, pero desde el principio empecé a ver que tenía muchísimo talento y me volqué todo lo que he podido”. Con la mente puesta a corto plazo en dar el salto a la Fórmula 3 y siendo líderes de la Eurocup 3 Marco tiene un ambicioso objetivo a largo plazo: “Mi meta con Ernesto es llegar a la Fórmula 1. Es una espina que se me quedó clavada y me tengo que quitar, estamos en el camino correcto y creo que podemos llegar”.

Ya hay quien coloca a Ernesto, pupilo de Marco, como sucesor del ‘Checo’ Pérez, algo que no ve tan descabellado: “Hay varios mexicanos en esa lista, pero para mí está en la cumbre, creo que no se quedan cortos realmente comparándolo con Checo Pérez”, se mostraba confiado: “No sé si Checo Pérez con los años que Ernesto tiene estaba a ese nivel”, argumentaba.

Marco Barba junto a Ernesto Rivera / M.G.

En su papel de coach apuesta por un método personal y ser la persona de confianza del piloto: “Lo trato como si fuese uno más de mi familia” afirmaba sobre la promesa azteca, aunque si tiene que dar un tirón de orejas lo da: “Soy muy familiar y le doy de alguna manera esa cercanía como hermano mayor aunque sigo siendo su coach y si en algún caso le tengo que echar la bronca o le tengo que llamar la atención lo haré lógicamente”.

El tema psicológico es el 80%, lo que marca la diferencia"

Los jóvenes pilotos empiezan a tener que gestionar la presión y el entrenamiento profesional desde muy temprana edad, lo que implica que juegue un papel fundamental en su desarrollo como deportistas la salud mental, un tema al que Marco da muchísima importancia: “Trabajo mucho el tema psicológico, para mí es el 80%, lo que realmente le saca punta al lápiz a un piloto de automovilismo y a cualquier deportista de élite. Es lo que te diferencia del resto”.

Su experiencia como piloto influye “a nivel de todo”, incluyendo el personal, ya que considera que “cuando tienes un problema personal te crea un problema en el ámbito profesional”. El preparador sirve como una herramienta para poder hablar sobre las preocupaciones que pueda tener el piloto y ocupar la posición de ‘tutor’ si surge algún problema y hay que hablar con algún miembro del equipo como puede ser el team manager o algún ingeniero. “Se trata de que cuando te subas al coche tu mente solo se enfoque en la pista y en lo que vas a hacer. Estoy para ayudarlos y evitar calentamientos de cabeza”, comenta sobre sus funciones como coach. El ex piloto sevillano echa en falta haber tenido en su época una persona con la que poder hablar y decidir como lo es él con Rivera y se considera “una pieza clave por la experiencia y para que el piloto pueda llegar a lo más alto”.

Sobre lo mejor de ser coach, Marco opina que “es la satisfacción de un trabajo bien hecho y viene una recompensa de una victoria, una pole… “ y va un paso más allá con esa satisfacción: “Cuando Ernesto gana alguna carrera me siento más nervioso que cuando yo corría y salía primero”. Esto cree que se debe a que ahora, con más madurez y visto desde otro lugar, valora más el mérito y el trabajo que tienen detrás esos logros.

Pero este trabajo tiene también su parte difícil: “Lo peor es cuando a alguno de los pilotos le pega un bajón, se te pueden poner a llorar y al final son niños de 15 y 16 años que salen muy jóvenes de sus países, dejan a sus familias y verlos llorar porque no le están saliendo bien las cosas es duro”, confiesa respecto a la peor parte del coaching, aunque siempre intenta ser realista: “Si algún día tengo que decirle a un piloto que es el fin de su camino porque psicológicamente le está destruyendo, o porque no es lo suyose lo diré, al igual que si veo potencial y que puede cumplir su sueño”.

Se muestra negativo con el futuro de los pilotos españoles al más alto nivel, ya que “vivimos un periodo bastante complicado en la parte económica, si desde pequeños no se le apoyan va a ser muy complicado porque esto es uno de los deportes, si no el deporte más caro mundialmente” Reflexiona, añadiendo que la cantera actual queda lejos de la que había hace unos años: “En mi época había 10 pilotos españoles muy buenos a los que se le apoyaban y que a día de hoy siguen siendo profesionales. A día de hoy tenemos a dos pilotos, uno en la Fórmula 3 que es Mari Boya y otro en la Fórmula 2 que es Pepe Martín, el porcentaje es mucho menor”, y ve difícil éxito español en la Fórmula 1 a medio plazo: “Si no despuntan un poco estos dos pilotos será complicado ver de aquí a unos años pilotos nuestros en la Fórmula 1”.

El alcalareño aconseja a quiénes quieren iniciarse en esta profesión que saquen su lado más humano y actúen como personas sobre todo. “Que no vendan la moto”, algo que considera complicado porque no deja de ser su trabajo, pero cree que hay que ser realista: “A veces que hay que tirarse piedras sobre tu propio tejado, pero creo que es la forma más sensata y realista de hacer llegar o ver a un piloto joven realmente en qué momento está o dónde puede llegar, y a raíz de ahí si el chico quiere trabajar contigo, pues adelante”. Y concluye con que su caso es especial porque desecha otras vías y se centra en cumplir su meta de alcanzar la Fórmula 1: “ Hay muchos más caminos que es no llegar a la Fórmula 1, pero me marqué esa meta y es lo que me diferencia a día de hoy del resto".

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