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A mayo como aviones

  • El Sevilla llega al último mes de competición en su pico más alto de rendimiento en la parcela física bajo una dirección de la que se dudó en verano. Sin lesiones y goleando en tramos finales.

Quizá era fácil en su momento criticar la decisión del club y su gestión en el asunto de los profesionales encargados de la preparación física de la primera plantilla, un asunto muy serio y de capital importancia en el fútbol de élite. El Sevilla se quedó sin nadie en esta parcela a dos días de comenzar la pretemporada en Costa Ballena por unas diferencias de tipo económico con la persona anunciada oficialmente en la web del club, Bernardo Requena, con quien había llegado a un acuerdo que al final no era tal por algún malentendido en los números.

El Sevilla entonces decidió fiar esta labor a dos profesionales de la casa que venían desempeñando tareas de readaptación y no específicamente de dirigir el plano físico de un equipo de Primera División, para lo que no habían tenido una experiencia anterior. Podía entenderse que era una decisión equivocada o quizá no, pues confiar en los profesionales que ya están en la entidad (en este caso que conocían tanto el grupo como el método de trabajo de Emery) en muchas ocasiones es lo más sensato. El caso es que Sergio Domínguez y Moisés del Hoyo, los preparadores físicos sobre cuya eficiencia se dudó desde muchos foros en verano, tienen al Sevilla como el equipo más en forma de la Liga.

Es verdad que se habla de una parcela en la que todo es muy relativo y en la que las miradas del gran público siempre van a los encargados de programar la preparación física cuando los resultados no son buenos. Pero lo que es una realidad es que en los partidos se puede apreciar que, con la ayuda del buen entramado táctico y los mecanismos asimilados por el equipo, los jugadores del Sevilla vuelan, lo que da una muestra del nivel óptimo en lo físico que ha alcanzado el equipo nervionense. Y, además, lo hace en el mejor momento del ejercicio, cuando de verdad se van a decidir los objetivos y cuando los profesionales buscan lograr los picos más altos de rendimiento, pues el fútbol es una actividad en la que se persigue el máximo nivel en un periodo muy amplio de tiempo, a diferencia de, por ejemplo, el atletismo.

El Sevilla va a llegar al último mes de competición como el mejor equipo en respuesta objetiva. Los de Emery han sumado 27 de los últimos 30 puntos, es el líder de la Liga en esa franja (de las jornadas 25 a 34) y no sólo en el torneo liguero sino en la Liga Europa es de los rivales más temidos.

Más en forma que Atlético, Real Madrid y, por supuesto, Barcelona, Domínguez y Del Hoyo, además, han logrado que todos los componentes de la plantilla estén haciendo una aportación notoria. Después de una fase a comienzos de temporada en la que sí coincidieron varios lesionados, en los meses más decisivos del curso la enfermería está absolutamente despejada de lesiones musculares y sólo están fuera los que padecen dolencias de larga duración, producidas además en acciones fortuitas, Cheryshev y Cristóforo.

Y en uno de los aspectos que, aunque no es un reflejo fiel del momento en el plano físico de un equipo pero que puede dar una pista importante, el Sevilla ha conseguido la mayoría de sus goles en esta espectacular racha de victorias -nueve de diez- en las segundas partes y, sobre todo, en la última media hora de partido, es decir, entre los minutos 60 y 90. Salvo ante Osasuna y en la derrota en Vigo, los de Emery marcaron en la última franja horaria en casi todos los encuentros de Liga y también en Europa, puesto que Bacca marcó en el 0-2 ante el Betis en el minuto 75 y Gameiro, ante el Oporto en el 78. En total, 9 goles en las segundas partes sumando los últimos partidos de Liga.

Con Coke marcando en Vallecas en el 58' empezó la racha que no pararía.Tanto a la Real como al Almería Gameiro marcó en el 77', el francés volvió a hacerlo en el 64' ante el Valladolid, choque en el que Figueiras anotaría el cuarto en el 74'. Ante el Madrid Bacca decidió en el 72' y frente al Espanyol Gameiro (84') y Rakitic (89') redondearon una de las goleadas en el Pizjuán. En el derbi de Liga, Gameiro volvió a marcar el 0-2 en el 81' y en la última cita frente al Granada Vitolo anotó el 4-0 en el 67'.

Todo no es matemático, pero da una muestra de que cuando flaquean las fuerzas y el gasto hace mella, el Sevilla tiene una marcha más. Así que igual que se dudó de los profesionales que había en la casa, justo es alabar su labor.

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