Los mundos de Velázquez

Tras seis entrenamientos en Heliópolis el Betis de Julio Velázquez puso rumbo a San Pedro del Pinatar (Murcia) para efectuar la primera concentración de pretemporada, que debe servir para que el salmantino realice el esbozo de lo que pretende para su equipo. Para empezar, Velázquez y su cuerpo técnico, metódicos en su trabajo hasta el límite, pretenden tener bajo control todo lo que suceda alrededor de la plantilla. Entrenamientos a puerta cerrada, normas internas de comportamiento y hasta revisión de las relaciones de los jugadores con los medios de comunicación fueron las primeras premisas del preparador verdiblanco.

"Los jugadores han llegado con una predisposición magnífica, con una actitud formidable. Es importante comenzar con esa energía positiva. Esta concentración servirá para mantener más conversaciones a nivel individual, incidir más en el trabajo y valorar de manera más exhaustiva si alguien tiene que salir o quedarse", señaló el entrenador, justo antes de partir hacia la localidad murciana donde en unas instalaciones de primer nivel comenzará a imponer sus ideas en el equipo sevillano.

Pero Velázquez también tiene otros focos de atención en el inicio de su etapa en el Betis. El primero, Rubén Castro, con quien el club ultima estos días la renovación de su contrato y que sí es considerado por el técnico como una pieza clave del proyecto. "No había una charla como tal preestablecida para saber qué iba a ocurrir. Me gusta que exista una relación fluida entre el técnico y los jugadores para conocer sus sensaciones. Mi valoración es clara. Rubén tiene que ser jugador del Betis sí o sí, no se puede contemplar otra opción. Es un futbolista magnífico, con un potencial extraordinario. No se me pasa por la cabeza otra cosa que no sea su continuidad con nosotros. Estoy muy contento con su actitud desde la primera sesión. Tiene que ser alguien vital para el grupo", manifestó el salmantino, dejando claro sus pensamientos sobre el canario.

Salvo contratiempo inesperado, y esperando a que el secretario técnico se reúna con los agentes de Rubén Castro, el delantero será uno de los 20 jugadores de campo que conformen la plantilla bética. "Tenemos una idea de lo que queremos como equipo y el objetivo es contar con, más o menos, dos hombres por puesto. En alguno de ellos nos gustaría un futbolista capacitado para desempeñar varias funciones. Con la cantera contaremos cuando algún jugador demuestre estar capacitado para aportar a la primera plantilla", señaló Velázquez sobre la composición del bloque, antes de dejar clara cuál debe ser la mentalidad del conjunto para afrontar la temporada: "La Segunda es una categoría exigente, igualada y larguísima. No se asciende ni en noviembre ni en febrero. Los equipos que parten con esa mentalidad son los que fracasan. Hablar ahora de favoritismo no tendría sentido".

Otro punto caliente para el entrenador aparece con Juanfran. El madrileño, que ha solicitado por activa y por pasiva abandonar el club, viajó con el grupo a la concentración de pretemporada e incluso Velázquez mantuvo ayer una primera conversación con él. El técnico quiere conocer de primera mano el pensamiento del lateral antes de tomar una decisión sobre su futuro, aunque su idea pasa por contar con Juanfran como alguien importante en el plantel. "Ahora mismo tenemos dos laterales derechos, él y Molinero. Lo que pueda ocurrir estará basado en muchos factores. De momento está en plantilla y como tal lo contemplamos y actuamos", señaló el salmantino sobre el defensa.

La lesión de Lolo Reyes y el estado de Xavi Torres, después de meses sin competir, son otros aspectos que preocupan al cuerpo técnico en una zona básica como es la medular. "Está afrontando las cargas de manera formidable", resaltó el preparador sobre el alicantino, mientras que le quiso restar importancia al percance del chileno: "Ha sido una desgracia. Mi esperanza es que esté en las dos últimas semanas de la pretemporada". Con siete horas de viaje y un primer descarte en Paulao -Nosa Igiebor finalmente viajó- el Betis de Velázquez comenzó a rodar con numerosos frentes abiertos y un hermetismo absoluto.