Un partido no apto para cardíacos

Desde mi córner

Tras un primer tiempo lleno de solvencia, la debilidad atrás afloró y se rozó la tragedia

Por las nubes la cafinitrina debajo de la lengua por una pájara de seis minutos que iba volcar la noche hasta llevarla a terrenos de dramatismo. Futbolístico, pero dramatismo con los sentidos puestos en dos escenarios y fuera del Mundial durante tres minutos, lo que fue del segundo gol tico al empate germano. Un sin vivir inimaginable tras un primer tiempo pleno de solvencia y ni a imaginar que pasaríamos por la goleada inaugural.

Hasta cinco cambios respecto al choque con Alemania y la constatación de que la maquinaria está perfectamente engrasada. Engrasada y sincronizada, pues este grupo que ha amalgamado Luis Enrique juega de oído y se mueve de memoria para ir sacándole el aire al rival. Es un inicio modélico del combinado español que va a encontrar premio muy temprano mediante un preciso centro de Azpilicueta al corazón del área que Morata cabecea como mandan los libros.

Cinco cambios, pero Luis Enrique mantiene intacto el centro del campo con esos tres tenores que atienden por Gavi, Busquets y Pedri. Es un trío que parece que llevan jugando juntos una barbaridad de tiempo, pues raro resulta ver una línea tan compenetrada como la que forman estos tres barcelonistas. A la voz de Busquets, Gavi roba y juega para que Pedri imponga su calidad para romper líneas con su clarividencia y así pasa que los tiempos de posesión sean larguísimos.

Y de pronto, la más cruda realidad que imaginarse pueda, En seis minutos, Japón volcaba el marcador y ahí empezó una pesadilla que no acabó hasta que Alemania dijo aquí estoy yo. En el alambre demasiado tiempo y la confirmación de que esta joven selección está cimentada sobre arenas movedizas. La vulnerabilidad en defensa del equipo se mostró una vez más y gracias a la goleada a Costa Rico no se han hecho las maletas rumbo a casa. Ahora Marruecos, a ver qué pasa.

stats