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Un pestiño sin estímulos

  • La falta de estímulos convierte al Sevilla en un equipo aburrido que nunca buscó ni el desborde ni la superioridad numérica Los blancos se olvidan de ganar: tres partidos sin hacerlo

No encontrar estímulos en un partido tiene estas cosas. El equipo de Emery pasó ayer de puntillas por este Sevilla-Villarreal que aburrió a las ovejas por la sencilla razón de que el sevillismo, pensando ya en Turín, vio cómo sus jugadores hacían lo propio y jugaban a dejar pasar los minutos para cumplir el trámite. La llave había estado en Bilbao siete días antes y, claro, también en Mestalla. El Sevilla no fue de verdad a su cita con el equipo de Marcelino y eso se notó en el ambiente desde el minuto uno hasta el noventa.

También, en cierta forma, era lógico. Emery refrescó ligeramente el once sin que el bloque lo notara, pero le salió un pestiño de partido. Sin encarar, sin buscar los espacios y, en definitiva, sin arriegar.

Defensa

El técnico dio descanso a uno de sus centrales, quizá el que más despliegue realiza en los partidos porque el alcance de sus tentáculos es mayor. Fazio se quedó fuera y Carriço volvió a jugar en la defensa. Aunque quizá el cambio más llamativo en el esquema del Sevilla fue que Rakitic volvió a jugar como medio centro organizador puro, una posición desde la que tampoco arriesgó mucho ni le supuso mucho esfuerzo físico tal y como el partido estaba planteado. No tenía que acudir a los espacios, rara vez tenía que apretar en potencia... En definitiva, fue como si hubiera entrado en las rotaciones.

En general, al equipo ese cambio de Rakitic por Carriço en la zona donde se cuece el fútbol le generó cierto déficit de capacidad para la recuperación del balón, lo que permitió al Villarreal, junto a la apatía generalizada de todas las líneas locales, apoderarse del meollo de la situación en muchos minutos, particularmente en la segunda parte.

Ataque

Ese mismo cambio de piezas en el que entraba Rakitic y que a la hora de construir no debía influir a priori porque cuando el capitán juega en punta también lo hace tirándose atrás, pero esta vez se notaba por la resta de un hombre en el centro del campo, pues el suizo-croata antes organizaba sumándose desde atrás y no ocupando el puesto de un compañero. Jairo tenía otro comportamiento en el campo y a la hora de generar juego todo esto se tornaba un cambio sustancial. Marko Marin y Vitolo no desbordaban ni desde las bandas ni, como era su intención, metiéndose por dentro y M'Bia tampoco colaboraba con su empuje, aparte de sus múltiples pérdidas. Pero, sobre todo, lo que faltaban eran estímulos para crear superioridad numérica en cada acción del juego sobre el Villarreal. Sólo con la salida de Reyes la banda izquierda tuvo más protagonismo y Alberto Moreno también se desdobló algo.

Virtudes

Poder equilibrar los esfuerzos a estas alturas de la temporada es la mejor noticia para un equipo al que aún le queda una cota máxima de rendimiento.

Talón de aquiles

Una falta de ilusión importante que maniató al equipo sevillista. Y, algo preocupante, ya van tres partidos sin ganar y caer en esa dinámica no es bueno antes de disputar una final.

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