El Sevilla afronta la cuarta jornada de la Liga con la misión de buscar su primera victoria y sorprender al Barcelona en lo que será una nueva cita con el misterio de presenciar qué versión mostrará el equipo de Unai Emery. Ya no habrá tiempo para probaturas y para ensayos. Como el propio técnico indicó, la asimilación de conceptos debe ser inminente.

Pero las estadísticas indican que es el propio Emery el que tiene demasiadas dudas a la hora de componer su propio sistema adecuado en la búsqueda de un equilibrio hasta el momento no encontrado. La variedad de piezas dice mucho de un proyecto contundente y de una plantilla con numerosas variantes, aunque hasta el momento el técnico sevillista no haya decidido con total convencimiento cuál será su base ideal.

Cada alineación es una misión imposible para el propio Emery, algo siempre positivo por la competitividad que propicia, pero no tan asumible en la exigencia de una competición en la que la regularidad es básica y ésta suele conseguirse encontrando un patrón de juego y un grupo de piezas fijas con cierta relevancia.

Sólo dos jugadores disputaron la totalidad de minutos en las tres jornadas de Liga disputadas hasta el momento: Rakitic y Coke. Precisamente el internacional croata está en el punto de mira de todos por su complicado rol como medio centro, a través del que su equipo pierde cierto equilibrio cuando el rival encuentra espacios a su espalda. Pero en esas tres jornadas, nadie relevó a Rakitic de su misión desde la medular.

La duda se abre en una semana en la que se baraja su cambio de posición e incluso su suplencia después de disputar al completo los dos encuentros que Croacia jugó en este parón liguero. Darle descanso es una vía; la otra es darle libertad en la mediapunta y tapar el centro del campo con dos hombres de más fuerza.

Coke no ha encontrado competencia en el carril derecho pese al buen rendimiento de Diogo Figueiras en los duelos europeos. Parece que el ex del Rayo Vallecano ha hallado su punto óptimo de forma que lo llevó a recalar en el Sevilla la campaña pasada.

No es tan sencillo para Emery elegir piezas en el resto de posiciones. Eso sí, las lesiones también condicionaron la elección de las primeras alineaciones. Tras los mencionados, sólo Perotti y Vitolo superaron los 200 minutos, jugando ambos parte de esos tres encuentros. La zona defensiva condicionó la repetición de piezas por motivos físicos al tiempo que el ataque se vio más afectado por una competencia dura en cada una de sus líneas.

Gameiro y Bacca se reparten minutos pese a compartir instantes de los duelos por necesidades e incluso saltar de titulares ante el Málaga. En la zona de mediapunta, Marko Marin parece un fijo, pero se perdió por lesión la última cita, al tiempo que Vitolo ganó protagonismo desde el banquillo. Rabello no ha jugado el tiempo completo de ninguno de los duelos y Jairo se antoja aún como una pieza de revulsivo y no de titular.

Más de lo mismo aconteció en el centro del campo. La misión de encontrar una pareja a Rakitic que corrija las deficiencias creadas al grupo es progresiva y aún no tiene solución establecida. Iborra ha jugado los tres encuentros, pero sólo suma 117 minutos en ellos. No siempre fue titular y en el choque ante el Levante fue cambiado debido a una amarilla que condicionaba. Tras la marcha de Kondogbia, también M'Bia se estrenó como titular, una tendencia en los planes de Emery para sus piezas recientes. No duró los noventa minutos, pero enseñó bazas para tratar de sustentar esa medular.

Los debates existentes sobre la mesa complican la tarea de Unai Emery, que también tendrá que solventar esta semana el dilema sobre la elección de un sistema en el que el atrevimiento sólo tiene premio si los atacantes encuentran al final el punto óptimo de efectividad.