Deportes

La premisa del sacrificio

  • Negredo, feliz con la nueva perspectiva del Sevilla y con su golazo al Atlético, se muestra cauto y habla de continuar en la misma línea sin marcarse metas · El ariete quiere "ayudar con ritmo e intensidad"

Intensidad, ritmo, trabajo, sacrificio... Oyendo a Negredo, sin saber que las palabras salen de su boca, podría parecer que el discurso pertenece a un defensa, o a un medio centro. El delantero vallecano ha empezado el nuevo curso con mucha fuerza después de que el final de su primera temporada en el Sevilla fuera decepcionante. Y esos conceptos que usa los antepone a los más habituales en un delantero, cuyo lenguaje siempre va parejo al gol. Negredo ha marcado tres, pero el aficionado sevillista está agradeciendo más si cabe su encomiable esfuerzo en ayudar al equipo en otras facetas. Venía haciendo un trabajo sordo, con presión, dinamismo, desmarques, hasta el premio de ese soberbio gol al Atlético. Ahora, su idea es continuar en esa misma línea, sobre esa premisa del sacrificio continuo como mejor y más seguro camino al premio.

"Lo que quiero es ayudar y meter la intensidad que se requiere para ganarte un puesto, para apoyar al equipo y jugar lo máximo posible", comentaba ayer. Casi con modestia hablaba del soberbio tanto que abrió el triunfo del domingo pasado: "Es un buen eslalon de Perotti hacia dentro, caigo a la diagonal de la defensa, me la da, vienen los dos hacia mí y me la acomodo a mi pierna buena, tengo la suerte de que ellos se pasan de largo, y el disparo se hace difícil para De Gea". En realidad fue un gol pleno de visión y calidad técnica, un exquisito detalle que vino a ser el refrendo a esa labor muda que venía realizando y que sólo desde el punto de penalti le había dado la ocasión de certificarlo con un éxito palpable: "Contra el Dépor hice un buen trabajo, aunque no tuve fortuna con el gol; en Málaga, también. No podía aportar ese toque que quiere el delantero, se hizo el trabajo bien y llegó el fruto del gol", dijo.

Pero eso del gol no le obsesiona. O al menos, no tanto como para anteponerlo al trabajo, a la intensidad sobre el terreno de juego. Ni siquiera, preguntado sobre si creía que esta temporada pudiera ser la de su definitiva eclosión, sacó pecho, ni se marcó elevadas metas. Prefirió optar por la cautela: "Es lo que quiero, no voy a decir que va a ser mi temporada, pero con este ritmo y esta intensidad es lo que pretendo. Sé que la competencia es muy dura porque hay dos grandísimos delanteros, y lo que espero es que, con el trabajo y el sacrificio que venimos haciendo, el míster pueda contar conmigo".

Eso no quiere decir que esté ajeno a otros factores para su motivación particular, como su vuelta a la selección, pero ahí también esgrime como premisa la de darle continuidad a su esfuerzo en el Sevilla. Negredo estuvo muy pendiente de la convoctoria que tuvo que realizar Vicente del Bosque para suplir al lesionado Torres: "Hombre, si soy sincero, me gustaría haber estado en esa lista, pero Aduriz está trabajando muy bien, está a un gran nivel y está haciendo goles, por eso está el Valencia arriba". "No hemos vuelto a hablar desde la última vez que fui -decía sobre Del Bosque-, pero con esta intensidad y este ritmo que estamos jugando en el Sevilla, ojalá pueda volver", reconoció con esperanza.

Además, el vallecano habló generosamente de Antonio Álvarez: "Él intentaba hacerlo lo mejor posible y la verdad es que sólo tengo palabras de agradecimiento para Antonio. No estaban saliendo las cosas y al final es más fácil echar a uno que a 25". Pero también reconoció que de la mano de Gregorio Manzano se vio en Nervión a un Sevilla distinto, de otra época: "Es el Sevilla que siempre se había visto en los últimos años, un Sevilla que, cuando venías al Sánchez-Pizjuán, pensabas que era imposible sacar puntos de aquí... El año pasado venía gente sabiendo que podía sacar puntos y eso para nosotros era un problema". Ahora parece que se abre una perspectiva nueva, tanto para Negredo como para el Sevilla.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios