unai emery. entrenador del sevilla f.c.

"Si protejo al futbolista y me critican a mí, el equipo crece"

  • Sin sorprenderse por la exigencia del Sánchez-Pizjuán, la asume con naturalidad y espera con calma la reacción ilusionado con la visita del líder

La vida de un entrenador -en el Sevilla o en el Madrid- es una montaña rusa. De "maestro" o "catedrático" a no saber hacer los cambios. Una fuerza mental que también se entrena hace posible el equilibrio y el pensar siempre, por encima de todo, en el beneficio del equipo, aunque no lo parezca. Aquí, en más de media hora de charla, casi no se personaliza, pero los nombres están en la cabeza de todos. Nombres y resultados.

-Semana de sensaciones fuertes.

-Bueno, por un lado estamos donde queríamos estar, en la Champions, que es un paso más. En esta fase hemos llegado a una normalidad dentro de lo que es nuestro grupo. Los favoritos e incluso candidatos a ganar el título han manifestado una superioridad a falta de dos jornadas. Todavía tenemos opciones y las vamos a jugar. No vamos a dejar de pelear hasta el último momento, pero es verdad que se ha puesto difícil. Ahora aparcamos la Champions y seguimos con esa ilusión ante un rival como el Madrid que viene en un gran momento. Un partidazo.

-Por eso le digo: semana para disfrutar, no para martirizarse. Parece que la afición lo prefiere.

-Cuando llegué hace tres años jugábamos muchos lunes y venían veinte mil espectadores. A la ilusión nos agarrábamos en algunos momentos determinados pero eran pocos. Hemos crecido, primero jugando Europa League, luego ganándola, luego haciendo que el equipo sea capaz de no perder en casa en un año completo... transmitiendo siempre buenas sensaciones y mucha energía. Ahora bien, cuando das más pasos, como este año entrando en Champions, las exigencias también van subiendo y las decepciones también van en proporción. Pero repito, ¿qué es lo que queremos? Si queremos competir a estos niveles y que no sea una cosa puntual no es fácil porque no somos el Madrid ni la Juventus. Hay que estar muy unidos y tener un punto de encuentro en el que disfrutemos de la Champions.

-Esto no es Inglaterra. En este país, en esta ciudad... ver tres días las mismas caras cansa. A Unai ya le costó calar de lleno en el sevillismo y, quitando a Simeone, no sé si hay un entrenador en España que lleve más tiempo.

-La figura del entrenador siempre está en entredicho. Y tanto ellos como los clubes miden muchísimo cómo se expone esa figura. La puerta de salida, o la abre el club o la abre el entrenador y eso siempre está ahí. El Sevilla y yo valoramos muchísimo dar continuidad al proyecto. El club valoró y yo valoré las posibilidades de crecimiento que tenía aquí y nos unimos porque crecemos. Estamos jugando Champions y eso es crecer. ¿Que quieres crecer más? Eso es un proceso que queremos vivir pero que a lo mejor no es este año. La afición es muy exigente, quiere ganar. Cuando estás en Europa League, quiere ganar y cuando estás en Champions quiere ganar también, pero la dificultad es mucho mayor. Y ahí vienen todas estas críticas, pero dentro de estas críticas el respeto se genera dentro. El entrenador se gana el de los jugadores, de los directivos y de los aficionados. Y ésta es la más difícil, pues es la que no entiende del día a día. Cuando se cambia un lateral derecho, como el año pasado, no se entiende y aciertas, no justifica que otro día hagas lo mismo y salga mal. El análisis nuestro va muy por delante del resultado.

-Cabeza fría ante críticas y ante elogios. Usted es de los que más horas le dedica a esto.

-Soy entrenador porque el fútbol me apasiona. Cuando jugaba quería ser entrenador y sentía en el campo las percepciones que se pueden tener en el banquillo. Y la dedicación es la que te puede acercar más al máximo rendimiento. Luego están los resultados, pero sé que mientras más trabajes más cerca estás. Hasta ahora he tenido más momentos buenos que malos y tengo que seguir esa línea, pero en dificultades creces más y en el Sevilla me ha pasado gracias al respeto y la unión. En puntos altos, como si en un periódico te llaman maestro o catedrático, o que coreen tu nombre en la fiesta del título en el estadio... tengo que estar equilibrado. Ahí no me creo el mejor, sino que tengo que seguir en mi misma línea. Y si estoy en el centro de las críticas también me mantengo equilibrado.

-¿Cuántas horas le echa al día?, ¿cuánto duerme? ¿Cuántas cosas deja desatendidas un entrenador en su vida?

-Normalmente el fútbol te absorbe un 70% de tu actividad diaria. El resto es lo que tienes al margen. A los jugadores les explico lo mismo, ese 70% no lo ocupan sólo aquí entrenando, sino descansando, alimentándose bien y durmiendo las horas necesarias. A mí como entrenador ese 70% sí me lo ocupa el trabajo porque tengo que preparar la sesión del día siguiente, analizar los entrenamientos, ver a nuestro equipo... Ver repetido el partido como tres veces, analizando acciones según zonas del campo. Luego, como se lo enseño a los jugadores, vuelvo a preparárselo para lo que ellos van a ver. Al final un partido nuestro lo veo unas cinco veces. Eso serían siete horas, y si además vas parándolo, son diez horas. Eso es el 70% de mi vida. El resto es comer, descansar, estar con mi hijo, algún día salir a una cena... Lo principal es el fútbol. En mi casa analizo mucho al rival, al que vemos con una base de cuatro o cinco partidos. Y ahí no están incluidos estrategia, datos puramente físicos, etcétera.

-Con tal cantidad de datos, ahora que los árbitros permiten ya el GPS, ¿dónde queda el Unai que cortaba cintas de vídeo con tijeras en el Lorca?

-Lo hacía con un reproductor DVD y un grabador. Dos mandos y play, rec, stop; play, rec, stop... con las dos manos. Yo decía que eran mis pistolas. Ahora ya es un programa, que te lo da todo.

-¿Cómo se canaliza tanto volumen de información?

-Yo siempre digo: si a los jugadores les das diez horas de trabajo y no la aceptan, tienes que quitarles. Si les amplías a doce y lo aceptan, se las puedes dar. Aquí hemos hecho una base exigente que los jugadores aceptan, pues ven que hay resultados... y eso es el respeto que se gana uno. Pero eso no siempre te da el resultado. Me enseñaron que mientras más trabajes más cerca estás, aunque no lleguen. En el tiempo que llevo aquí he tenido a un grupo muy bueno con muy pocas excepciones.

-Cuando había más ilusiones, más inversión... curiosamente es cuando más está costando.

-Hemos tenido situaciones muy parecidas, casi iguales. Recuerdas que hace dos años tuvimos la lesión de Pareja, con el cúbito, Carriço en el gemelo... jugamos muchos partidos con Cala y Fernando Navarro de centrales, llegó Iborra porque se fue Medel el último día... Vivimos una situación con muchos cambios y este año está pasando algo parecido. Los centrales, Beto, la salmonela... y jugadores que han venido nuevos que tienen que hacerse a la dinámica y a la exigencia. La del día a día y a la del Sánchez-Pizjuán, un lugar en el que el jugador necesita confianza para poder expresarse de la mejor manera. Cuando un jugador se expone a eso lo primero que quiere es no fallar, no es proactivo en hacer más acciones, sino que dice "voy a buscar primero hacer las cosas bien y después ya trataré de hacerlo muy bien". Es un proceso que la afición, que sólo quiere ganar y que corran mucho, no entiende. Puede haber jugadores que llegan generando mucha ilusión y que no llegan. Pero la afición los quiere, y los quiere cuanto antes... y esa protesta viene porque no están y porque hay mucha ilusión. Pero luego ha habido casos que se han expuesto, no han llegado y ya no los querían. No quiero exponerlos a críticas que les hagan perder confianza. A mí me pueden criticar pero yo no juego. Yo quiero proteger al futbolista. Si lo hago y me critican a mí el equipo crece. Aquí hemos vivido con un jugador como Pareja que fue muy criticado al principio y él lo pasaba mal. Consiguió superarlo y lo ayudamos con dinámicas de grupo, pero él decía: "A mí nunca me ha pasado esto". Pero es la exigencia del Sánchez-Pizjuán. A Cheryshev, un grandísimo futbolista, se le exigía tanto que se bloqueaba. Un día le hicieron un penalti clarísimo y lo expulsaron porque el árbitro pensó que fingió y tuvo que pedir perdón a la afición. He visto aquí grandes futbolistas que preferían evitar jugar en casa.

-Colusso llegó a decir que le temblaban las piernas.

-A mí me gusta que la afición aplauda al jugador, lo anime y empuje al equipo. Aquí lo hace. Pero cuando no lo hace, es decir, a la inversa, el jugador se siente con muchísima presión y la falta de confianza lo acaba frenando. Nosotros tenemos mecanismos para eso. Yo defiendo muchísimo la entrada a esa puesta en escena, porque quiero que entren con buen pie, que cojan confianza. La primera acción no tiene que ser un no quiero fallar, sino una acción ganadora. Y eso es lo que ha sido este Sevilla. Nuestro éxito ha sido el Sevilla que ha salido a comer y a morder sin ningún tipo de miedo. Pero eso requiere un proceso y sé que cuesta entenderlo porque la gente quiere ganar. También es verdad que es una afición que, cuando tú le das y te da, es la más grande. Es difícil encontrar una afición con tantos sentimientos hacia el equipo. Ahora está un poco contrariada, con decisiones del entrenador, con opiniones... cuando el equipo no gana siempre se buscan razonamientos para defender que el entrenador se equivoca. Yo lo asumo porque mis decisiones están muy por encima del resultado porque están antes de.

-Muchos ojos en unas decisiones cuando otro puesto, el de Krychowiak, puede estar costando puntos por no tener refresco. Han llegado goles en contras que antes era capaz de frenar.

-Puede ser, pero tenemos a un jugador como Carriço que nos ha dado rendimiento. Tácticamente nos ha dado mucho y luego tenemos a Cristóforo, que creo que puede crecer ahí y ya está entrenando con normalidad. Es cuestión de buscar el momento para meterlos.

-Lo inmediato es el Madrid, un equipo que con Benítez añade a sus infinitas virtudes un mejor balance defensivo, justo donde se le podía hincar el diente...

-Yo veo a un Madrid con orden, líder, cuatro goles en contra y con una mayor posesión de balón desde lo posicional. Sí lo veo quizá con menos nivel de ese ataque tan rápido que siempre lo ha caracterizado, pero que sigue teniendo en el contraataque un arma letal. Desde ser líder, veo a un Madrid que está adquiriendo posos de ir trazando ese camino de favorito, dentro de que es un grande. Pero para ese partido nosotros tenemos la ilusión de tener una respuesta mejorando lo que hicimos el martes con el City, cuyo resultado nos nubla de muchas cosas. En nuestra parte ofensiva hicimos cosas muy interesantes,llegadas, de ocasiones... sí es verdad que expusimos mucho para ver si podíamos ganar el partido y en las contras nos hicieron mucho daño, además siendo un equipo grande, y ahí perdimos. En su campo fuimos capaces de llevar el peso del juego, de tener ocasiones, de llevarnos el partido y les dejamos menos opciones de contragolpe. Aquí fuimos muy castigados por nuestros errores. Contra el Madrid hay que hacer un partido con las cosas que hicimos bien el otro día y minimizando las que hicimos mal porque ellos puede ser un nuevo Manchester City.

-Y aprovechar la magia de Nervión. Ya se hizo ante el Barça.

-En estos partidos tiene una propuesta de apoyo grande, pero nosotros tenemos que ir de la mano.

-¿Usted pondría a Benzema?

-Yo creo que el jugador estará protegido, eso el Madrid lo hace bien e incluso creo que le puede venir bien jugar. Los aspectos emocionales que traigan estarán, pero estarán, creo, fuera del partido. Yo creo que no les afectará.

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