Todo un 'regalito' para echar a andar (0-0)

málaga - sevilla · la crónica

El Sevilla vuelve a echar de menos a Krychowiak en la medular y es incapaz de aprovechar su fútbol ante el Málaga De los errores en el ataque al principio se pasa al sufrimiento tras la expulsión de N'Zonzi.

Rami, uno de los mejores del Sevilla, discute con Cop y Albentosa.
Rami, uno de los mejores del Sevilla, discute con Cop y Albentosa.
Francisco José Ortega

22 de agosto 2015 - 05:02

Decepcionante arranque del Sevilla 2015-16 por la sencilla razón de que se volvió a equivocar en la elección de las piezas para enfrentarse al Málaga. Es evidente que quien yerra no es el club en sí, sino el encargado de tomar la decisión, un Unai Emery otras veces acertado y ahora empeñado en colocar a Krychowiak, su futbolista más importante, en una posición que no es la suya. El polaco fue otra vez defensa central, tal vez porque Kolodziejczak no tenga físico ni para un rival tan endeble, pero cuando un fallo se produce una vez lo mejor es optar por otras vías diferentes. Todo lo que sea incidir en provocar de nuevo una situación negativa para tus intereses, en estos tiempos con tantos analistas, con tanto programas informáticos para recibir miles de datos sobre un partido, roza la terquedad.

Porque fue una evidencia, rotunda además, en la Supercopa de Eurocopa contra el Barcelona que Krychowiak no puede ejercer como defensa central en este Sevilla. Existen muchas razones para ello y es cuestión de enumerarlas. Punto uno, ya repetido, el mejor futbolista de una plantilla tiene que jugar siempre en su verdadera posición, porque cualquier cambio debilita a todo el colectivo; punto dos, Krychowiak es tan excelente medio centro defensivo como vulgar defensa central, ya que ahí, con las espaldas desprotegidas, se siente inseguro y tiene una tendencia acusada a dar un pasito para atrás, a recular, lo que deja metros detrás de los pivotes; punto tres, la omnipresencia del polaco a la hora de robar la pelota dejar de ser un arma a favor y se convierte en todo lo contrario, pues ni Iborra ni N'Zonzi ayudaron a los centrales a la hora de interceptar las combinaciones de los malaguistas con sus mediapuntas; punto cuatro, el plus de arrojo que le da a todos sus compañeros a la hora de dar el paso adelante, de presionar, de transmitirle al rival, algo que echó particularmente de menos Banega; y punto cinco, en el fútbol es bueno realizar los análisis con combinaciones de futbolistas y el cuarteto Coke, Rami, Krychowiak e Iborra es mucho más endeble que el integrado por Mariano, Coke, Rami y el propio Krychowiak.

Se podrían dar infinitos argumentos más para corroborar semejante teoría, pero no hay que ser un experto en fútbol para concluir que el Sevilla, salvo los primeros 15 minutos, no se pareció en ningún momento a ese equipo aguerrido, peleón, que impone el mando en cada disputa al rival. Al contrario, contra un Málaga particularmente endeble en su parcela defensiva, pues tanto Angeleri como Boka eran verdaderas autopistas para el rival, se fue diluyendo poco a poco hasta terminar a merced del adversario. Cierto que porque habían expulsado a N'Zonzi, pero esas cosas suceden en los partidos y a día de hoy el Sevilla está a años luz en lo futbolístico de este Málaga que bastante tuvo con meter la pierna dura.

Porque el Sevilla, con Iborra en el eje acompañado de N'Zonzi y un Banega estelar a la hora del manejo del balón, tuvo un comienzo prometedor. Los hombres que ayer vestían de rojo evidenciaron que su calidad estaba varios puntos por encima del adversario desde que el balón echó a rodar y fruto de ellos le llegarían varias ocasiones para ponerse por delante en esa fase que muchos llaman de tanteo.

En absoluto fue así. Gameiro ya pudo marcar en el minuto 12 cuando Kameni rechazó un disparo de Banega, también la tuvo Krychowiak en un cabezazo con ventaja en una de las escasas acciones de estrategia bien ejecutadas por los sevillistas, después le llegaría la segunda a Gameiro en un buen pase de Reyes y, por último, el propio delantero francés le pegó muy arriba cuando Vitolo lo había dejado con todo a favor delante de Kameni.

Se contabilizaba entonces el minuto 18 y desde ese instante fue desapareciendo el Sevilla del terreno de juego. Coincidió todo, por supuesto, con que Banega dejó de dominar la situación, aunque para ello fuera más que evidente el paso atrás de una zaga que hacía que existieran demasiados metros a las espaldas de Iborra y de N'Zonzi. El Málaga, casi sorprendido con la nueva situación, dio un paso adelante y comenzó a lanzar avisos, aunque carentes de calidad, la verdad.

Emery estimó oportuno que no debía cambiar nada en el descanso y mucho menos adelantar la posición de Krychowiak. El resultado fue un Sevilla que trató de rebelarse contra el ficticio del Málaga, pero que se quedó en el intento. Una escasa llegada de Vitolo y Gameiro y un montón de jugadas de estrategia mal ejecutadas, eso fue todo amigo.

Hasta que N'Zonzi culminó la mala noche de su debut e hizo su primera falta del partido. Eso, unido a la acción infantil de impedir un saque de banda, lo mandó a la calle con dos tarjetas. Y el Sevilla aparentó que no iba a dar un paso atrás, pero acabó sufriendo más por inercia que por otra cosa. Entonces ya estaba Krychowiak en el centro del campo, y hasta se notó positivamente, pero había un futbolista menos y tampoco estaban ya ni Banega ni Reyes. El Sevilla, dadivoso, fue un regalito en Málaga, en lo peyorativo hacia él mismo y en lo dadivoso hacia el rival.

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