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Otro reto para Mendilibar

  • Osasuna necesita puntos inmediatos para tomar aire en otra campaña de sufrimiento Las salidas de Nekounam y Raúl García, el gran vacío

Osasuna comienza a olvidar los recientes momentos de gloria en los que luchaba por Europa y trataba de añadir brillo a su historia. Ahora, lejos de vivir un periplo de ilusión, afronta el reto repetido de salvar los muebles en la categoría con unos mimbres que cree suficientes, aunque hasta el momento las sensaciones hayan despertado ciertas dudas justificadas.

Hubo factores decisivos para que el curso no arrancara con las mejores premisas. Las bajas de Nekounam y Raúl García hicieron perder identidad al cuadro de un Mendilibar que trata de recomponer sus bazas con las armas del ímpetu y la solidaridad.

sin balón

El peso del juego no suele ser parte de las características de este equipo. Sin embargo, las debilidades atrás han aparecido más que nunca esta temporada con carencias que se reflejaron en marcadores adversos. La solución no es sencilla y Mendilibar lo sabe. Arribas, llegado del Rayo Vallecano, lidera la zaga junto a Miguel Flaño, formando una pareja de centrales en la que la rapidez no destaca.

Las bandas han supuesto problemas para el técnico. El perfil de Damià es ya conocido, un jugador con frialdad defensiva y cierto atrevimiento ofensivo no justificado. Marc Bertrán no termina de encontrar un sitio en el equipo y Nano, el ex numantino, suele aparecer en el carril zurdo para dar más recorrido a su banda.

con balón

Mendilibar no busca fabricar historias que no puede terminar. Analiza sus recursos y trata de aprovecharlos. Por ello, la rapidez en las acciones es clave para un equipo cuya pegada sólo aparece con cuentagotas.

Puñal ya no tiene el ritmo de antaño, aunque Raoul Loe aporta un bagaje físico que ayuda a una medular de poca creación. Por delante, el técnico sitúa una línea de tres en la que busca las pinceladas de imaginación. Álvaro Cejudo desborda por el flanco derecho y centra con cierta calidad, al tiempo que Lamah es el único capaz de hacer acciones diferentes, aunque éstas aparezcan sin regularidad.

Arriba, Nino suele acompañar a un Kike Sola acertado en los últimos duelos. Llorente, sin ritmo, necesita que el tiempo le devuelva una nueva oportunidad.

lo mejor

La capacidad de lucha de un equipo unido y con armas de ataque.

lo peor

No salir de la zona de descenso pronto encendería las alarmas.

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