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La suficiencia no trae nada bueno

  • El equipo se vio tan superior que tras el gol de Jesús Navas levantó el pie y abrió la puerta a un rival a tumba abierta · Providencial la zaga, que estuvo rapidísima para cruzarse y evitar numerosos remates

Fue un partido para tomar nota y aprender. La lección, que no puede traer nada bueno eso de jugar con el pie levantado del acelerador, regulando y pensando en el ahorro de fuerzas cuando vas ganando sólo por 1-0 y enfrente hay un buen equipo alemán, como es este Stuttgart. ¿Que hubo mala suerte en la lesión de Duscher? Claro que sí, pero si antes el Sevilla, entre ellos un indolente Romaric, hubiera hecho sus deberes, posiblemente Manolo Jiménez no hubiera tenido que agotar sus tres cambios en el minuto 62 con la entrada del centrocampista argentino.

Defensa

El Stuttgart trató de repetir su juego profundo de la primera parte ante los sevillistas en Alemania, con mucha gente en el centro del campo. Hleb volvió a moverse con más sentido, la condujo y buscó pases malintencionados. No encontró respuesta en sus compañeros, que sólo jugaron con fe, con determinación para ir a la pelea de verdad, cuando entraron Celozzi y Rudy para cubrir toda la banda derecha y meter atrás a los locales.

Con el Stuttgart dueño del balón tras el descanso, Jiménez, que ya tuvo que hacer el primer cambio por la lesión de Kone, debió agotar el tercero demasiado pronto, metió a Duscher por Romaric en el 62 para apuntalar el centro del campo... y el riesgo acabó con el Sevilla en inferioridad numérica.

Si el Sevilla no perdió el partido fue por la enorme labor de los cuatro defensores en el corte del último pase del Stuttgart y sobre todo en los cruces providenciales para evitar los remates. El Stuttgart atacó con todo, sin nada que perder.

Ataque

Lo mejor, Navas. Y cómo interpretó Luis Fabiano al principio el juego, aprovechando la presión adelantada del Stuttgart para bajar a maniobrar en la mediapunta y lanzar a Jesús Navas (como en el 1-0) o a Diego Capel. Kone se lesionó pronto y Negredo quiso estar en demasiadas partes.

Perotti ayudó más a tener la pelota y salir de atrás que a crear peligro.

Virtudes

Jesús Navas no para de crecer: ya hace goles con asiduidad. Él no concibe la suficiencia.

Talón de aquiles

Lo vio fácil y se relajó.

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