Rugby | Cinencias

Esta vez, el oval por delante

  • Manuel Mazo, técnico del Ciencias, aboga por no jugar más y pensar ya en la próxima campaña

  • Los clubes y la Federación siguen sin entenderse, ya que los primeros dieron la temporada por acabada

Manuel Mazo dirige una de las sesiones de entrenamiento del Ciencias.

Manuel Mazo dirige una de las sesiones de entrenamiento del Ciencias. / M.G.

El mundo se paró casi de la noche a la mañana a principios de marzo. El deporte con él, y ahora sufre la misma incertidumbre que cualquier otro sector. A la espera de acontecimientos porque, en estos momentos, lo primero es la salud de todos. Los clubes de rugby, un deporte en el que para avanzar el oval debe pasarse siempre hacia atrás, lo entendieron pronto, y fueron siempre por delante. Mientras la Federación Española (FER) mareaba la perdiz los conjuntos de División de Honor dieron un paso adelante acordando la suspensión de la temporada (sin equipos no hay liga) hasta la siguiente, después de conocer la propuesta de la FER de esperar hasta el 30 de abril para tomar una decisión.

"Eso es cosas de directivos", apunta Manuel Mazo, preparador de un Ciencias que en su retorno a la máxima categoría estaba compitiendo y cumpliendo con el objetivo de la permanencia, pero insiste en que "jugar, con la que está cayendo, no tiene sentido". "Los entrenadores creemos que no es sensato jugar lo que queda. Recuperar la normalidad va para largo y antes de reiniciar el campeonato necesitaríamos tres semanas de pretemporada. No hay tiempo", insiste.

La plantilla del Ciencias y el cuerpo técnico. La plantilla del Ciencias y el cuerpo técnico.

La plantilla del Ciencias y el cuerpo técnico. / M.G.

Y es que si con el Estado de Alarma es difícil ir a comprar el pan, ¿cómo será viajar por España? "Lo más coherente es que no se jueguen las cinco jornadas de la fase regular que restan. Por salud, pero también por la economía de los propias entidades para las que ya no será lo mismo este curso". "Se le planteó a la FER que se acabara ya la temporada y que decidiera después cómo hacer los ascensos y descensos, pero la Federación entiende que los de División de Honor B tienen ilusión por subir y teme afrontar posibles denuncias si no acaba las competiciones. Todo está en el aire", insiste el técnico.

No es fácil controlar a una plantilla tan amplia, cada uno de su padre y de su madre, en un deporte semiprofesional en el que la mayoría de integrantes del plantel tienen otras ocupaciones, pero "la preparadora física los tiene atareados". "Les envía ejercicios de lunes a sábado y los jugadores deben mandar los registros y marcas. Los controlamos dentro de las posibilidades que tenemos y sabemos que están trabajando y haciendo las cosas. Pero seis semanas sin hacer nada es muchísimo, teniendo en cuenta el confinamiento", señala Mazo, que medio en broma medio en serio les tiene que recordar que "coman menos de lo que están comiendo". "Si se reanuda o no la liga no nos compete, pero tenemos claro que mientras antes empecemos a trabajar en la próxima campaña será lo mejor", afirma Mazo, que también trata de participar en las sesiones "o hacer una hora de ejercicio físico" siempre que su actividad laboral se lo permita.

Y el mismo deseo del técnico es el principal problema. "Estamos en un periodo de dudas porque no sabemos qué va a pasar. No sabemos con qué ayudas contaremos y es de imaginar que el tema de los patrocinadores se complicará. Tenemos la ilusión de que los que nos venían apoyándonos lo sigan haciendo, pero entendemos que es una situación incierta. Nuestro deseo es seguir en División de Honor y mirar un poco más arriba reforzándonos bien, pero será difícil si después no puedes cumplir con lo que has firmado", explica el entrenador de un Ciencias que "durante toda la temporada dio un gran nivel en casa". "A domicilio nos costó más, pero en general competimos casi siempre, que era uno de los retos al contrario que la anterior ocasión en la que estuvimos en División de Honor. Por eso confeccionamos una plantilla amplia y con extranjeros que elevaban el nivel, para repartir minutos y dar descanso a los que jugaban más", insiste Mazo.

Manuel Mazo, durante el confinamiento. Manuel Mazo, durante el confinamiento.

Manuel Mazo, durante el confinamiento. / M.G.

Buena parte de los extranjeros del Ciencias ya están en su casa, aunque en el improbable caso de que la competición se retomase "la idea sería traer a alguno". "Se empezaron a ir hace unas semanas. Alguno queda por aquí, porque volar a sus países es complicado. Con la situación inicial de incertidumbre y viendo que se cerraban fronteras muchos se pusieron nerviosos y a preguntarnos sobre la posibilidad de irse. Es lógico. Son personas y tienen lejos a sus familia. Hay que ponerse en su pellejo. Se querían quedar si había temporada, pero sin saber nada lo más coherente era darles libertad".

Ahora Mazo invierte gran parte del tiempo libre en pensar en rugby. "Siempre hay cosas que mejorar", dice. Revisa jugadas, vídeos y "todo lo que pueda suponer una mejora". Eso sí, tiene claro lo que no puede cambiar en el Ciencias: "Estamos muy contentos con los que fichamos de fuera, pero la gente de la casa, su sacrificio y compromiso, son fundamentales para que esto se mantenga. Son la base de cualquier proyecto futuro". 

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