Economía

Agricultores en pie de guerra

  • El sector pide al Gobierno una ley que obligue a las distribuidoras a pagar un importe mínimo por los alimentos que cubra costes de producción · Del campo a la mesa, la sandía multiplica su precio por 17 y el melón por 14

La sandía, el melón o el tomate. Son los productos cotidianos que tienen en pie de guerra a los agricultores de media España, que acusan a los grandes distribuidores y al Gobierno -indirectamente- de ser los responsables de sus problemas. Una queja que ayer trataron de hacer escuchar en todo el país. UPA llevó la protesta a la calle y COAG la cuantificó. El objetivo, el mismo: denunciar la diferencia abismal que existe entre el importe que ellos cobran por su producción y el lo que finalmente pagan los consumidores en las grandes superficies.

Para demostrarlo, dieron a conocer los datos del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD), un informe elaborado mensualmente por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) junto a la Unión de Consumidores (UCE) y a la Confederación Española de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (Ceaccu). En dicho estudio se puede observar que el precio de venta al consumidor de una sandía es 17 veces más alto que el percibido por el agricultor. Los del melón y el tomate son 14 y 10 veces mayores, respectivamente. En conjunto, y de media, la diferencia entre los precios del campo y los de la cesta de la compra fue de seis veces en el caso de los artículos agrícolas; para los ganaderos, el sobrecoste fue de tres veces el valor de origen. En ambos casos, en julio la diferencia se incrementó un 25% con respecto al año pasado.

Ante esta situación, Rafael Civantos, miembro de la Ejecutiva Regional de COAG, subrayó que las desigualdades no están justificadas: "Sobre todo cuando en el campo no se llegan a cubrir ni siquiera los costes de producción".

Para protestar también contra esta coyuntura, la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) repartió gratuitamente ayer en Madrid más de 12.500 kilogramos de fruta y hortalizas. Durante la concentración, el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, exigió la promulgación de una ley "clara" donde se acuerden las condiciones de entrega, las normas de calidad y el precio a percibir por los agricultores. En este sentido, Ramos apostó por la elaboración de una legislación que oblige a las distribuidoras a pagar a los productores los costes de producción como mínimo. Esta disposicón sería similar a la ya existente en el sector lácteo, que la UPA pretende extender a otros segmentos del mercado, como el del aceite de oliva, el vino, los cereales y la carne de cerdo. "Comprendo que los distribuidores ganen dinero, pero lo que no puede ser es que unos pocos se estén forrando y nosotros arruinándonos", añadió. Además, el secretario general de UPA instó al Gobierno a tratar este tema y trasladarlo a la Comisión Europea. "Lo que queremos es que nuestro trabajo se valore porque si no tendremos que cerrar", apostilló.

Cándido Méndez, secretario general de UGT, calificó el reparto de alimentos llevado a cabo por UPA como una "forma muy inteligente y solidaria de protestar". De hecho, el representante sindical esperó que la iniciativa cale en los organismos públicos y logre que las grandes distribuidoras cambien sus códigos de conducta y retribuyan mejor a los productores. "Hay que regular la agricultura para que los trabajadores agropecuarios reciban lo que merecen, los consumidores paguen un precio justo por los productos que adquieren y los distribuidores también obtengan su beneficio.

Entretanto, la caída de la inflacción sigue dejándose notar en el precio de los alimentos. Los limones, gallos y pimientos verdes fueron los productos que registraron en julio una mayor caída de su coste en relación al mismo mes de 2008: un 39,6%, un 19,9% y un 18,4% respectivamente, según la lista que elabora el Ministerio de Industria. En comparación con el mes de junio, las bajadas más destacadas fueron las de los tomates para ensalada (5,2%), los plátanos de Canarias (5%) y el jurel (4,4%). Estos descensos contrastan con el alza del precio de las sardinas, las naranjas y las judías verdes, que subieron un 3,8%, un 1,7% y un 1,6% respectivamente.

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