Coca-Cola sale en defensa de su embotelladora

Es uno de los directivos más mediáticos de España. Muy activo en Twitter, donde cuenta con más de 20.000 seguidores, el presidente de Coca Cola España, Marcos de Quinto, se ha caracterizado por no esconder su opinión, y por no evitar ninguna polémica.

Los últimos días han estado marcados por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) presentado por la embotelladora de Coca-Cola, Iberian Partners, que afecta en principio a 1.250 trabajadores (30% de la plantilla), de los cuales 750 serían salidas y cerca de 500 recolocaciones. El ERE está inmerso en el proceso de reestructuración fruto de la fusión de siete embotelladoras, entre ellas la andaluza Rendelsur. Ello implica, también, el cierre de cuatro centros industriales: Fuenlabrada (Madrid), Palma de Mallorca), Oviedo y Alicante.

Pues bien, De Quinto acudió ayer a Sevilla, al almuerzo-coloquio que organiza la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), y en este espinoso asunto tampoco se escondió. Antes de su charla ante un grupo de directivos andaluces, atendió a los medios y dejó clara su opinión. Primero precisó que Coca-Cola España, empresa que preside y que es filial de la norteamericana Coca-Cola Company, no tiene vinculación accionarial con Iberian Partners, cuyo capital es 100% español. Aunque enlazadas por un vínculo evidente, son compañías diferentes y cada una toma sus decisiones.

Pero, dejando claro eso, De Quinto defendió "la lógica empresarial" de todo lo que está haciendo Iberian Partners. La fusión, afirma, era algo inevitable, teniendo en cuenta que en Europa hay ejemplos como Coca-Cola Enterprises, distribuidora alemana que opera en hasta diez países. "De haber continuado igual, las siete embotelladoras habrían acabado asimiladas por un grupo mayor". Como consecuencia de la fusión -necesaria para adquirir tamaño y competir en el exterior, según De Quinto- surge el ERE. "No es algo que se haga caprichosamente, si siete empresas independientes se fusionan, no tiene sentido mantener siete departamento de informática diferentes". Las duplicidades justifican el ajuste de plantilla, según De Quinto, que, a partir de ahí, apela a la sensibilidad de la embotelladora. "A mí personalmente me duele el desempleo, que haya despidos y más en una empresa que es prima hermana de mi compañía, en la cual no se ha hecho ningún ERE, por cierto. Estoy convencido de la generosidad de Iberian Partners, y de que minimizará el impacto que la necesaria fusión va a conllevar". En este sentido, recordó que, según la propuesta inicial, de los 1.250 afectados, 500 saldrán de la empresa mediante prejubilaciones y otros 500 serán recolocados, con lo que los despidos se reducen a 250. La propuesta, defiende, "está por encima de lo que marca la ley", que en el caso de los despidos contempla una indemnización de 30 días con 18 mensualidades y en el de los traslados hasta 5.000 euros por los gastos generados.

De Quinto también contestó al ministro de Economía, Luis de Guindos, quien ayer recordó que hay "medidas de flexibilidad alternativas a los despidos, que son la peor solución". "Es algo que el embotellador tiene que haber contemplado", afirmó el presidente de Coca-Cola España, que recordó al ministro su defensa de las fusiones en el sistema financiero, que también han supuesto muchos despidos. "Lo que es válido para el sistema financiero también lo tiene que ser para la embotelladora".

Respecto al impacto en la marca, De Quintos admite implícitamente que sí está haciendo daño. "Es evidente que no ayuda a la imagen", fueron sus palabras. Por eso manifiesta su deseo de que empresa y sindicatos lleguen a un acuerdo "satisfactorio para ambas partes" y que "el proceso no se alargue". Para Coca-Cola España, la solución ideal es una salida pronta y pactada del proceso. De Quinto estima que la reestructuración de la embotelladora debe estar acabada "en 18 ó 24 meses a lo sumo".