Economía

General Motors ya no es gigante

  • La Administración Obama adquiere un 60% del fabricante, Canadá otro 12% y acreedores y empleados se hacen con el resto del accionariado · El proceso de insolvencia recién declarado durará hasta 90 días

El mayor fabricante de coches de EEUU, General Motors (GM), presentó ayer la solicitud de suspensión de pagos ante un tribunal de Nueva York, la única vía que le queda a la empresa para salvar su existencia. "Vamos a hacerlo una vez y lo haremos bien", dijo el director gerente de GM, Fritz Henderson, en Nueva York. "El proceso supervisado por un tribunal nos proporcionará herramientas suficientes para acelerar y completar nuestra reinvención y será una fuerte garantía para nuestros clientes y nuestro negocio".

Según Henderson, "el nuevo consorcio de General Motors nacerá de las partes más fuertes" del negocio actual. El proceso de insolvencia, que durará entre 60 y 90 días, "no es el fin de GM sino el principio de un capítulo nuevo y mejor", afirmó. "GM y sus accionistas han elaborado un plan viable y factible que dará a esta simbólica compañía estadounidense una oportunidad para brillar de nuevo", afirmó el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

Asolado por la profunda recesión estadounidense, que casi ha reducido a la mitad su volumen de ventas, GM no tenía otra opción, puesto que el Gobierno le impuso la fecha de ayer como límite para probar su viabilidad. Para sanear sus cuentas, la matriz de Opel tendrá que ser nacionalizada en gran medida. La centenaria compañía, la mayor que se somete a un proceso judicial de este tipo en la Historia de Estados Unidos, se encuentra en el límite entre empezar de nuevo o quebrar. En el transcurso de un mes, dos de los tres grandes fabricantes de automóviles estadounidenses (GM y su rival Chrysler) se encuentran al borde del colapso. Sólo Ford, pese a sus millonarias pérdidas, seguirá adelante sin la enorme muleta de las ayudas estatales.

El Estado adquirirá un 60% del nuevo consorcio de General Motors y seguirá financiando su saneamiento [la deuda es hoy de 122.500 millones de euros]. Para ello, la Administración Obama pondrá 21.200 millones. Canadá, donde se ubican muchas de las fábricas, se queda con otro 12%.

Entretanto, el fabricante alemán Opel logró nuevos inversores antes de que la matriz (GM) solicitara la suspensión de pagos. La compañía estará protegida jurídicamente a través de un modelo de fideicomiso.

Las posibilidades de supervivencia de GM aumentaron el fin de semana casi en el último minuto gracias a un acuerdo con la mayoría de los acreedores. Éstos recibirán un 10% del nuevo consorcio a cambio de cancelar unas deudas de 27.000 millones. Posteriormente, la participación podría aumentar hasta un 25%. El sindicato de trabajadores de la automoción también aceptó cancelar la deuda a cambio de un 17,5% de participación en la compañía. Los accionistas actuales se van prácticamente con las manos vacías.

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