Los bonos a 10 años portugueses y griegos alcanzaron ayer sus máximos históricos en el mercado de obligaciones, reflejando la desconfianza de los inversores en la situación financiera de esos países y en su capacidad para reembolsar su deuda.
Las tasas portuguesas alcanzaron el 7,541%, y las griegas el 12,696% al final de la jornada. Son niveles nunca vistos desde la entrada de estos dos países en la Eurozona y que tienen enormes déficits públicos. "Es como si los mercados anticiparan una reestructuración de Grecia", indicó Jean-François Robin, estratega de mercado de obligaciones de la agencia Natixis. En cuanto a Portugal, los inversores estiman que este país va a solicitar próximamente la ayuda de la comunidad internacional.
Entretanto, se relaja la presión sobre la deuda española. El Tesoro público logró colocar ayer 4.000 millones de euros en bonos a 15 años mediante un emisión sindicada que ha contado con una demanda de más de 7.000 millones de euros, según fuentes del Ministerio de Economía y Hacienda.
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