Ruiz-Mateos ofrece abonar los pagarés con el dinero de la expropiación del 83

Nueva Rumasa quiere que los titulares renuncien al cobro inmediato y confíen en una posible indemnización del Estado

R. E. / Madrid

25 de mayo 2011 - 05:02

El fundador de Nueva Rumasa, José María Ruiz-Mateos, ha propuesto a los titulares de pagarés que renuncien a cobrarlos de las sociedades que los emitieron y a cambio acepten arriesgarse a cobrar sólo si la familia logra una indemnización por la expropiación de Rumasa en 1983, según unas cartas remitidas por el empresario a los inversores que ayer desveló el periódico El Economista. Aceptar ese trato puede suponer para los acreedores quedarse sin cobrar un euro, puesto que los tribunales han ido dando la razón al Estado en que lo que había en la antigua Rumasa era un agujero patrimonial, por lo que no hay derecho a indemnización alguna por la expropiación.

En la carta desvelada por el rotativo, Ruiz-Mateos admite que no podrá hacer frente a los pagarés. "Por dificultades sobrevenidas con posterioridad a la emisión de los pagarés, su sociedad emisora, actualmente en situación concursal, no ha hecho ya frente o no va a poder hacer frente a su pago a la fecha de sus respectivos vencimientos", reza la misiva. Aún así, insiste en que su familia no parará hasta que "los que depositaron su confianza" en ellos "recuperen el dinero que les pertenece".

"Me complace adjuntarte una propuesta que estimo será del máximo interés para ti debido a la bondad de la misma, dadas las circunstancias que atravesamos", dice la carta. Una propuesta que consiste en que los inversores renuncien a cobrar de las sociedades de Nueva Rumasa y acepten recuperar su dinero sólo en caso de que la familia Ruiz-Mateos gane sus pleitos contra el Estado. El problema es que para ello aquéllos deben ceder sus derechos de cobro de manera "incondicional y sin reserva alguna", por lo que corren el riesgo de quedarse sin su dinero y sin poder reclamárselo a Ruiz-Mateos, que no ha logrado que ninguna instancia judicial avale su pretensión de recibir una indemnización por la expropiación de Rumasa en 1983.

La cesión, con la que pretende ofrecer esta "garantía adicional" a los inversores, está sujeta a la estimación de esas pretensiones de retasación, actualmente pendientes ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. La relativa a Galerías Preciados, en la que reclama 6.000 millones de euros, está pendiente de resolución por parte de la sala tercera del Tribunal Supremo, que, según Nueva Rumasa, "ha admitido el correspondiente recurso en febrero del presente año y resolverá en un plazo de entre 18 y 30 meses".

En cualquier caso, la oferta se mantendrá vigente para los 5.000 suscriptores que compraron pagarés durante los 60 días naturales siguientes al otorgamiento de la escritura pública, que se produjo el pasado 12 de mayo de 2011.

Los abogados de los inversores y la organización Facua-Consumidores en Acción desconfiaron de la propuesta de Ruiz-Mateos, que calificaron como una "nueva tomadura de pelo" y adviertieron que las garantías de cobro "son remotas".

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