Sevilla acoge por primera vez el Foro La Toja Vínculo Atlántico

La celebración de los comicios europeos del pasado domingo, 9 de junio, y los retos que tendrá que asumir la Unión Europea en los próximos años -en un escenario de profunda incertidumbre- han centrado la celebración de la quinta edición del Foro La Toja Vínculo Atlántico. Por primera vez, Sevilla se convierte en anfitriona de esta reunión que tiene a expertos de la talla de Francisco Javier Sánchez Segura, vicepresidente ejecutivo de Airbus; el de Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea entre 2010 y 2015 o el del escritor y analista político Moisés Naim como ponentes.

"Esta edición es un hito importante en la corta pero brillante historia de este Foro" que se erige como un "lugar de encuentro y de intercambio de argumentos" para "aportar reflexión y concordia a la conversación pública", ha manifestado el presidente del Foro, Amancio López Seijas, durante su disertación de apertura en CaixaForum. En su discurso no han faltado las referencias al Atlántico -Estados Unidos, pero también Latinoamérica- por la importancia de las relaciones históricas entre "las dos orillas".

Por otro lado, López Seijas ha dedicado palabras a la Unión Europea considerándola como "la mejor construcción política de la historia reciente" que nació "de los escombros de un territorio destruido por las guerras". Un "gigantesco mercado de más de 400 millones de personas" que tiene que asumir retos "como el auge del extremismo o el envejecimiento de la población", pero también el incremento de la "autonomía defensiva como una apuesta básica para rescatar el sector industrial".

También ha abordado los vínculos con el Atlántico el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, quien ha puesto en valor que las relaciones entre la ciudad e Iberoamérica a lo largo de la historia. "A cinco años de la conmemoración de la Expo del 29 ya está trabajando como un proyecto de largo recorrido. Sevilla 2029 se tiene que convertir en el paraguas de esa Sevilla empresarial, histórica, cultural y aeroespacial". En este sentido, ha hecho especial hincapié en que "los países de Latinoamérica no son sólo parte de nuestra historia y nuestra cultura sino parte de nuestro futuro". Por último, ha querido mencionar las elecciones europeas y los desafíos que se plantean "en un momento de incertidumbre", pero que pueden entenderse como "una oportunidad para que Europa afronte problemas como el populismo o las guerras abiertas".

Por su parte, Carolina España, consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos de la Junta de Andalucía, ha puesto en valor que "Europa representa la fuerza de la unión que no está exenta de amenazas" como "la guerra de Ucrania, la defensa colectiva del territorio, la ampliación a países del Este, el papel que jugará entre la disputa entre EEUU y China o la competitividad del sector empresarial". Ante estos escenarios, España ha señalado que la Unión Europea debe ser soberana a nivel tecnológico y referente en mercados como el aeroespacial o en el del hidrógenos verde. "Europa es también el mejor mercado para nuestros productores. Las empresas andaluzas exportan el 60% de los productos que se consumen en el mercado común. Andalucía debe seguir proyectándose hacia Europa", ha concluido.

"Europa tiene que decidir qué quiere ser de mayor"

La primera ponencia de la jornada -bajo el título La defensa de Europa: una necesidad y una oportunidad industrial- ha reunido al vicepresidente ejecutivo de Airbus, Francisco Javier Sánchez Segura; al director de estrategia de Indra, Pedro Fuster; y al senior expert on Defense del Banco Europeo de Inversiones, Oliver Cusworth. Los ponentes han protagonizado un interesante coloquio sobre el papel que juega la Unión Europea en sectores como el de la defensa y el aeroespacial frente al gigante Estado Unidos y la entrada de nuevos actores como India.

"Europa tiene que decidir qué quiere ser mayor, sobre todo, en temas de defensa. O lo decidimos o vendrá Trump y lo hará" después de los comicios estadounidenses en noviembre. Así de tajante se ha mostrado Sánchez Segura, quien ha defendido la soberanía tecnológica potenciar la economía y contar con un modelo industrial propio. Ha recalcado que "la industria de defensa es estratégica y no puede depender de los cambios de color en los países, porque necesitamos estabilidad y una visión a medio y largo plazo que nos permita planificar los grades programas de defensa y definir los programas estratégicos".

Ha destacado que Airbus es un modelo de éxito en la Unión Europea que puede convertirse en un ejemplo para la industria comunitaria y ha planteado avanzar en la soberanía tecnológica con los fondos europeos centrados en tecnologías claves para Europa.

En este sentido, ha apuntado que Estados Unidos compra todo su material de defensa en este país mientras que Europa adquiere el 75% fuera -principalmente en Estados Unidos- por lo que ha defendido identificar las tecnologías que "faltan e invertir para tener autonomía estratégica".

Por su parte, el director de estrategia de Indra ha abogado por la coordinación en la industria de defensa europea y focalizar más el gasto hacia las necesidades más importantes asociadas a los sistemas críticos y ha destacado el papel de Airbus en esta alianza comunitaria y en el que Andalucía es un centro neurálgico de este sector en España a través de Airbus y Navantia.

"Europa es una comunidad de vecinos" en materia espacial

No menos importante es el sector aeroespacial. Sobre esta industria, el vicepresidente de Airbus ha recalcado que "uno de los grandes retos que tendrá Europa será el acceso al espacio. Europa tiene que decidir cuál es el modelo a futuro, ahora mismo es una comunidad de vecinos que no se puede comparar con Estados Unidos" en materia de satélites o de constelaciones.

Un sector crucial -junto al aeronáutico y el de defensa- para Andalucía. De hecho, Sánchez Segura ha recalcado que "es capital" para "el éxito de la región". También ha valorado la robustez de la compañía en la comunidad, donde trabajan más de 3.000 andaluces de los 14.000 profesionales que conforman la entidad. "Sólo en la planta de San Pablo, en Sevilla, pueden llegar a entrar 5.000 personas entre trabajadores, proveedores y compañías externas".

"Muy pocos países tienen la capacidad de ensamblar un avión completo y lo hacemos aquí en Sevilla", en referencia al A-400M. "Debemos entender esta capacidad como una capacidad crítica para el país y para Europa. Aviones de grandes dimensiones solo se hacen en Europa y en España y como europeos pensamos que esta fortaleza es importante de defender", ha concluido el vicepresidente.

El segundo coloquio ha corrido a cargo del escritor y analista político Moisés Naim (Lo que nos está pasando: 121 ideas para escudriñar el siglo 21, La revancha de los poderosos) y José Juan Ruíz, presidente del Real Instituto Elcano. Bajo el título El papel de Europa en un mundo en transformación, los ponentes han abordado la salud mental y los peligros que entraña para la sociedad en un mundo en constante cambio.

La salud mental y su relación con el miedo

"La salud mental se ha vuelto un tema importantísimo al que no se están dando los presupuestos que merece", ha destacado Naim, quien ha recalcado que "la palabra ansiedad aparece sistemáticamente en nuestras conversaciones". Un tema que, a su juicio, está relacionado directamente con el cambio climático o con la inteligencia artificial y la "completa incertidumbre sobre hacia dónde nos lleva".

Sobre está cuestión, Ruíz ha reflexionado sobre "lo hiperbólico en esta sensación de ansiedad" y ha cuestionando si podría estar "generada por el miedo". Ante esta pregunta, el escritor ha contestado que, por primera vez, "enfrentamos fenómenos globales". Además ha indicado que "las amenazas son diversas, simultáneas, no tienen precedentes y tienen un toque de unilateralismo", planteando "problemas feroces" que pueden llegar a ser difíciles "de digerir y procesar".

El problema de la baja participación en las elecciones europeas

La cuarta conversación -Un nuevo momento europeo: desafíos y respuestas- ha estado protagonizada por Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea de 2010 a 2014 e Íñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación, Cultura y Deporte de 2015 a 2018. La conversación ha versado sobre la experiencia de ambos en el terreno europeo para analizar el momento en el que se encuentra la institución -tras los comicios del domingo- y los futuros pasos que debe dar para que impere la cohesión y el diálogo.

"La participación ha aguantado las elecciones de 2015", pero no ha sido lo suficientemente fuerte "ni en España ni en otros países", ha comenzado Almunia. En cuanto al sentido de voto, ha explicado que se esperaba una "avalancha" que favorecería a los partidos de extrema derecha y populistas, pero los resultados "no han sido los que muchos esperaban". Si bien tendrán un porcentaje de participación importante, el apoyo a los bloques europeístas permitirá un futuro de colaboración y alianzas. Sobre este punto ha estado de acuerdo Méndez de Vigo, quien ha indicado que los comicios han estado "tensados" por el miedo a la extrema derecha que, en realidad, "son nacionalistas". "La cohesión de estos grupos" no es tan fuerte como la del bloque comunitario.

Una de las razones que explica esta baja participación podría deberse, según los ponentes, a la poca pedagogía sobre el propio funcionamiento de las instituciones. Según Almunia, "los políticos y los medios deberían explicar a los ciudadanos qué hacen" cuando están en Bruselas para que puedan saber "qué se está debatiendo y porqué se toman unas u otras decisiones". Sobre la gestión de la última legislatura, Méndez de Vigo ha señalado que se ha realizado "una muy buena gestión" sobre los tres temas principales: la pandemia, los fondos Next Generation y la guerra de Ucrania.

Otra de las grandes cuestiones que se ha puesto sobre la mesa ha sido si la Unión Europea admitirá nuevos miembros. "Tenemos el debe moral de tener el horizonte de la ampliación abierto", no ha dudado en apuntar Méndez de Vigo, pero "la realidad es que no llegará en los próximos años". Sobre este punto, Almunia ha indicado que -hasta la fecha- "no ha habido la sensación de que el proyecto de paz de la Unión Europea corriera riesgos". Ha puesto ejemplos como Georgia o Serbia que -recientemente- han aprobado leyes contra el estado de derecho o las minorías confrontando contra los principios comunitarios.