En el conjunto de España hay más empleo y baja el número de parados pero en la provincia de Sevilla no. Según la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al segundo trimestre (abril, mayo y junio) publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), Sevilla tiene 14.100 ocupados menos respecto al periodo anterior (enero, febrero y marzo) y suma 6.700 parados más.

Tras esta evolución, suma 785.200 trabajadores, un nivel aún históricamente alto pese al descenso; y cuenta con 169.200 desempleados, una cifra, y esto es bastante preocupante, que ya es superior a la del año pasado. Se trata de un aumento de 2.300 parados respecto a los que había en mismo trimestre del ejercicio anterior, una evolución negativa que no se daba desde 2013 si exceptuamos el fatídico momento del 'shock' de la pandemia.

En cuanto a la ocupación, la provincia sufre un importante retroceso entre abril y junio (los 14.100 empleos menos mencionados) después de tres trimestres consecutivos en ascenso, hasta el punto de rozar los 800.000 trabajadores en el primer trimestre. Esa cota psicológica se aleja, pero aun así la provincia cuenta con 19.500 trabajadores más que hace justo un año.

Si en el plazo de un año la ocupación sube y el paro también, algo que es aparentemente contradictorio, se debe al ascenso de la población activa (la que está en disposición de trabajar) en 21.800 personas. Estadísticamente, una parte de ese incremento es absorbida por los empleadores (los 19.500 puestos de trabajo mencionados) pero otra parte no y de ahí el incremento del desempleo en los últimos doce meses.

Con todo, aunque en en el plazo de un año la población activa sube en el último trimestre baja (en 7.400 personas), y esa es la causa de que la fuerte caída de la ocupación no se traduzca en una bajada similar del paro. Estadísticamente, de la destrucción de 14.100 empleos, una parte ha pasado al paro (6.700) y la otra (7.400) a la inactividad.  

La tasa de paro (relación entre el número de parados y la población activa) se sitúa, por otro lado, en el 17,73%, casi un punto más que en el anterior trimestre, y podía haber sido más de no ser por el mencionado descenso de la población activa, que, contra lo que suele ser habitual, se da sobre todo en hombres.

Entre las causas de este mal comportamiento del mercado laboral en la provincia, por otro lado, están la mala evolución de la agricultura y sobre todo la industria -una parte de la cual está muy vinculada a la actividad agraria-, frente a la resistencia de agricultura y servicios, que suben su número de trabajadores. 

La sequía parece hacer mella cada vez más en el sector primario, que pierde 6.100 empleos, pero sin duda la actividad que más sufre es la industrial, que sufre una merma en un solo trimestre de 12.500. Entre los dos se dejan 18.600, y el crecimiento de servicios (+3.000) y de la construcción (+1.600) es absolutamente insuficiente para compensar.