Busquen, comparen y, si encuentran un paradigma mejor del joven empresario que necesita Andalucía, cómprenlo: Juan Guerrero (Sevilla, 1977) es copropietario de Incoma y cofundador de Yes, emplea directamente a 13 personas, se expande por el Este de Europa y factura más de un millón de euros al año. El principal negocio de la consultora Incoma consiste en buscar, solicitar y ejecutar proyectos financiados con fondos europeos y vinculados básicamente a la educación y la formación. Yes es una agrupación de interés económico que ofrece al estudiante extranjero (y sobre todo al estadounidense) un paquete integral de clases de español, actividades académicas paralelas, alojamiento y ocio.

-El 90% de su clientela es Administración Pública. Se supone que usted tiene la tranquilidad que al empresario con clientes privados, más expuesto a la morosidad, le falta.

-Nadie garantiza nada en estos tiempos. Y nosotros tenemos un problema: trabajamos en la realización de proyectos, y para eso necesitamos contratar a gente. Cuando la distancia entre la ejecución del proyecto y el cobro de los servicios prestados es muy grande, se crea una distorsión en la liquidez, que para la pequeña empresa es la vida. Luego está la dificultad de obtener créditos o incluso de solicitar préstamos al ICO. El otro día pregunté por una línea... ¡y pedían intereses de más del 7,5%!

-Lo que antes era fácil ahora es casi imposible incluso contando con el aval de un pagador público.

-Y además, sin crédito, se bloquea la posibilidad de iniciar proyectos a los que de otra forma te sumarías pero que dejas de lado por tener una estructura más pequeña que implique seguridad. Convencer a un banco de que generas riqueza es cada vez más complicado. La pregunta es: ¿Se ha hecho bien al favorecer desde el Estado al sistema financiero a través de ayudas que podrían haberse dirigido a asegurar directamente la liquidez de la empresa? El Estado podría incluso formar parte de su capital.

-¿Una nacionalización parcial de la pyme?

-Una participación en el proceso de creación de empresas con un compromiso de permanencia de cinco o diez años, de manera que la Administración se garantizase en ese tiempo unos ingresos por la ayuda prestada.

-¿Emprendemos en el sur?

-El andaluz no tiene un concepto claro de qué significa emprender. A lo mejor se cree que consiste en tener una empresa de 500 trabajadores y ser rico, y por eso la gente no muestra demasiado interés en montar un negocio. Pero crear empresas, aunque sean pequeñas, siempre produce flujos económicos y empleo.

-¿Cómo se transforma esa mentalidad? Los empresarios necesitan una institución que marque el paso, un referente, y el único que hay aquí, por suerte o por desgracia, es la CEA.

-Quizás la CEA no representa a esa pequeña empresa generadora de una serie de variables que hacen que la economía crezca. No he visto que haya tenido una posición fuerte contra los bancos. Y a lo mejor tampoco apuesta lo suficiente por la formación entendida como fomento del emprendimiento y no sólo como vía de reciclaje para el desempleado. Otra cosa que la CEA no hace bien es sensibilizar sobre lo que significa ser emprendedor. La sociedad piensa simplemente en un rico cuando escucha esa palabra.

-Inspirándonos en Tom Wolfe, ¿tiene Andalucía lo que hay que tener? ¿Tiene suficiente tejido auxiliar? ¿Suficientes infraestructuras considerando que es la ultraperiferia de Europa?

-Para prestar servicios de consultoría no hay que irse lejos. Aquí hay muchas posibilidades de encontrar a personas cualificadas. Y en otros sectores productivos ocurre lo mismo. Cualquier empresa se puede ubicar aquí. Por otra parte, ser ultraperiferia no es lo que más nos penaliza. Las infraestructuras andaluzas no son malas comparadas con las de otros países de la UE. Los salarios también podrían ser competitivos. El problema es que no se fomenta el espíritu emprendedor, y ésta es una lacra respecto a otras regiones españolas y europeas. El sur de Italia es el mejor ejemplo: está a años luz de Andalucía en infraestructuras pero tiene una tradición de ventas al exterior de hace siglos que le permite seguir funcionando.