Cómo aprovechan las financieras que estés atravesando un mal momento económico para encadenarte a las tarjetas revolving
Es una realidad que gran parte de la población recurre al crédito para financiar sus compras, sobre todo en momentos de dificultades económicas
Tarjetas revolving: así te hacen creer que estás pagando un 2 % de interés cuando en realidad es un 24 %

Las financieras saben de esa debilidad de los consumidores y cuentan con productos especialmente “atractivos” para esos momentos de necesidad. Productos que, como las tarjetas revolving, se han convertido en los más rentables para esas entidades, a costa de la situación de vulnerabilidad de quienes las contratan.
A esa situación se suele sumar la escasa cultura financiera existente. Así lo destaca Iñigo Serrano, socio fundador y director de Sello Legal Abogados, además de experto en la reclamación de tarjetas revolving y otras cuestiones relacionadas con el derecho de los consumidores. “Desgraciadamente, una inmensa mayoría de la población es muy vulnerable a este tipo de productos por desconocer conceptos tan elementales como el tipo de interés, la TAE, la incidencia que tiene el seguro y las comisiones en el coste del crédito, etc.”.
Estrategia comercial agresiva
Luego entran en juego las agresivas estrategias comerciales de las entidades para “enganchar” a personas que puedan estar atravesando problemas -o no-. “Utilizan comerciales que cobran una parte importante de su sueldo en comisiones por colocación de estos productos, por lo que tan solo cuentan las ´ventajas´, pero nunca explican adecuadamente el funcionamiento de las tarjetas”, advierte este letrado.
Cuenta, además, como en muchas ocasiones utilizan el formato bicontrato. “En este modelo, el consumidor financia la compra de un producto y, además, en el mismo contrato firma la contratación de una tarjeta revolving que llega a su casa con ´saldo´. Una vez que se utiliza. el consumidor ya está atrapado en una deuda casi perpetua”.
Así comienza el desastre
La recepción de la tarjeta en el domicilio se acompaña de un mensaje que dice que no se pagará más de una cantidad mínima mensual por su utilización. Ahí es donde empiezan los problemas, como explica Serrano. “Imaginemos, por ejemplo, que la cuota es de 20 euros. Cuando el cliente la utiliza y comprueba que es así, empieza a usarla como medio de pago habitual. Lo que no sabe es que de esos 20 euros, 18 son intereses y que, en un determinado momento, el banco irá aumentando la cuota unilateralmente a 50 euros, 100 euros, y así sucesivamente; siempre manteniendo la proporción de 80 % de intereses y 20 % de disminución del capital pendiente. Así es como se empieza a acumular la deuda”.
Sin embargo, según advierte el director de Sello Legal Abogados, “el problema no son solo los elevados intereses, sino la relación que guardan con la prima de seguro, con las comisiones y con las cuotas bajas y el límite del crédito; estos dos últimos elementos, alterables por la financiera a su antojo”.
Deudas eternas
Para ilustrar esta situación, Serrano cuenta cómo el Banco de España tiene un simulador para este tipo de tarjetas que, en muchas ocasiones, una vez introducidos los datos, señala que la deuda no se puede terminar de pagar nunca.
Esto tiene una explicación. “Si fijas una cuota baja, imaginemos 50 euros mensuales, de los que 20 euros son del seguro y 20 euros de intereses, quedarían 10 euros de amortización mensual. Pero, si además te cobran una comisión de disposición de efectivo, por ejemplo, de 20 euros, acabas pagando 50 euros de los que 20 euros son seguro, 20 intereses y otros 20 euros de comisión, por lo que la deuda, en lugar de disminuir, aumenta en 10 euros. Esto es muy habitual y no se explica nunca por los comerciales”.
Para evitar estas situaciones, este abogado da un único consejo: huir de cualquier producto revolving. “De hecho, deberían estar prohibidos, por leoninos”, afirma.
Y si ya se ha contratado, aclara, “la única forma de salir de él de forma airosa es conseguir la nulidad del contrato, para lo que es necesario acudir a los juzgados”. Aunque, según comenta, “también se puede pagar toda la deuda de golpe; en cuyo caso se estarían abonando unos intereses y condiciones que, de acudir a los juzgados, se recuperarían”.
Incumpliendo la ley
La realidad es que estas tarjetas son el producto más rentable para las financieras, por lo que no les interesa informar adecuadamente de sus condiciones ya que, tal como insiste este experto, “si fuesen transparentes y contaran cómo son de verdad, nadie las contrataría”.
La prioridad debiera establecerse en el cumplimiento de la ley. “La normativa es muy clara –concluye Serrano–. Existen diferentes cuerpos legales que establecen que el consumidor debe ser consciente y recibir explicaciones claras y precisas sobre lo que están contratando, sobre el coste del crédito; para que puedan comparar con otros productos, como puede ser un crédito al consumo que tiene un tipo de interés mucho más bajo y no se rige por el sistema de amortización revolving, absolutamente leonino y perjudicial”.
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