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Economía

Una ex consejera desmonta ante el juez la reformulación de cuentas de Bankia

  • Mora, catedrática de Economía Financiera y Contabilidad, advirtió que en las normas contables está "estrictamente prohibido" adelantar pérdidas futuras como hizo la entidad tras la llegada de Goirigolzarri.

La ex consejera de Bankia Araceli Mora desmontó ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu cada una de las razones en las que se apoyó la entidad financiera para reformular las cuentas de 2011 tras la salida de Rodrigo Rato. Mora, catedrática de Economía Financiera y Contabilidad, advirtió al magistrado que en las normas contables está "estrictamente prohibido" adelantar pérdidas futuras como hizo Bankia tras la llegada de José Ignacio Goirigolzarri a la presidencia de la entidad.

En su declaración a finales de diciembre ante el juez, Mora, que es una de los doce profesionales que centralizan en Bruselas la interpretación de las normas de contabilidad internacional en el ámbito europeo, explicó que al formular unas cuentas se puede ser conservador, pero no se puede dar menos valor a los activos para adelantar pérdidas. Por eso, la ex consejera defendió la legitimidad de las cuentas de 2011 presentadas por Bankia meses antes de la dimisión de Rato y que arrojaban un resultado de 309 millones, aunque con la reformulación pasaron a ser unas pérdidas de 2.979 millones.

"Se lo digo con conocimiento", "es imposible" que se hayan registrado esas pérdidas teniendo en cuenta que en la primera mitad de 2011 el banco llevaba ganados 205 millones, certificados por el auditor de Deloitte, el mismo que le aseguraba personalmente que no habría salvedades en las cuentas del conjunto del año. Aunque para sorpresa de Mora, el auditor seguía en mayo sin emitir el informe que avalaba los resultados de 2011, por lo que la ex consejera recuerda que si Deloitte tenía alguna pega y creía que debía haber algún ajuste en las cuentas, tenía la obligación de presentar una carta de recomendaciones. Algo que nunca hizo.

Sin embargo, tras la llegada de Goirigolzarri a Bankia, el propio auditor participó en una reunión en la que se trasladó, entre otros a Mora, que había que reformular las cuentas. "Nunca jamás un cambio en las estimaciones puede dar lugar a reformulación de cuentas", incidió la ex consejera, que explicó que se pedían ajustes principalmente en la cartera de inversiones crediticias, por un deterioro adicional de casi 2.000 millones, y en inmuebles, casi 3.000 millones más.

Estas afirmaciones han llevado al juez Andreu a solicitar a los peritos designados por el Banco de España a que le transmitan su opinión sobre si se aplicó de forma "correcta" la normativa contable en la reformulación de las cuentas de Bankia de 2011. Según relató Mora, una de las razones que dieron para hacer los ajustes eran cambios en la coyuntura económica y normativa, que en el caso primero la experta en contabilidad cuestionó porque tendrían impacto en 2012. En el caso de los cambios normativos, entendió que se debían al real decreto de febrero y "ya el colmo" a los de mayo, que tendría efecto en 2012 e incluso en 2013 si hay fusiones.

Es decir, a juicio de Mora ninguna de estas dos razones podían justificar la reformulación y ni siquiera la tercera defendida entonces por el nuevo equipo de Bankia, las recomendaciones de organismos oficiales. "Hasta donde yo sé", el Banco de España y el FMI hablaban de la necesidad de cambios en la gobernanza y desinversiones a medio plazo, pero "nada que ver con 2011". De ahí que la ex consejera se pregunte, en última instancia, si "podría darse el caso que ya existieran circunstancias que se conocieran ahora", la única razón que justificaría los cambios en las cuentas. No obstante, ella misma desmonta esta posibilidad recordando que al auditor le dijo que faltaban unas tasaciones inmobiliarias y eso no puede ser un argumento contable para reformular las cifras.

Mora explicó que tras su dimisión comprobó que en las nuevas cuentas de Bankia se aplicó un deterioro en los activos adjudicados del 51%, algo que "no es compatible con la coyuntura económica ni con la reducción de los valores inmobiliarios del país". Anteriormente, en las primeras cuentas se planteaba un deterioro del 16%, "muy coherente" con la realidad del momento y en línea con el del resto de bancos, que era entre un 15 y un 20%.

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