España necesitará una media de 157.000 trabajadores extranjeros al año hasta 2020 para que la economía siga creciendo, según un informe presentado este miércoles en Madrid, que asegura que al país le hacen falta inmigrantes en su mercado laboral a pesar de la ralentización económica actual.
"Incluso en la hipótesis de crisis económica severa, necesitaríamos una media de 157.000 nuevos activos laborales inmigrantes cada año hasta 2020", lo que "hará necesario más de 2 millones de nuevos inmigrantes" hasta esa fecha, según este informe de la Fundación Empresa y Sociedad, que publicó un primer documento sobre la serie que prepara sobre inmigración.
La cifra de dos millones contrasta con la de cuatro millones de trabajadores extranjeros hasta 2020 calculada hace unos meses por académicos españoles para mantener el crecimiento actual de la economía española.
Pero el grupo de expertos que elaboraron el informe asegura que "a pesar de la incertidumbre económica, España seguirá necesitando nuevos inmigrantes", indicaron en un comunicado.
La actual inmigración a España "tiene su principal causa en la caída de la natalidad y en el crecimiento de la demanda del mercado de trabajo durante los últimos años", explican.
El número de nativos que cumplieron 16 años han pasado de 664.000 en 1991 a 369.000 en 2007 y además la ocupación total en España aumentó desde los poco más de 12 millones de 1994 hasta los 20,2 de 2007, alegaron.
Los inmigrantes en España "representan el 9,93% de la población actual" y "han contribuido al crecimiento del 50% del PIB (Producto Interior Bruto) en los últimos cinco años", por lo que la inmigración es "ineludible debido a nuestra demografía", afirman.
Este fenómeno "no sólo hace crecer sino que es fundamental incluso para mantener nuestra economía en sectores como la hostelería, el comercio, el servicio doméstico o la atención a personas dependientes, que la población residente en España no va a poder cubrir", recuerdan.
Asimismo aseguran que "la menor actividad relacionada con el sector de la construcción no debe generar alarma social por el posible desempleo, ya que una parte de los que dejen de trabajar en la construcción podrán hacerlo en otras actividades, que seguirán necesitando mano de obra".
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