El futuro de los fondos de cohesión divide a la UE en dos bandos
La negociación del presupuesto para el periodo 2014-2020 se bloquea por la pugna entre los países contribuyentes netos y los receptores de las ayudas.
Las negociaciones sobre el marco presupuestario de la UE para el periodo 2014-2020 han encallado este lunes por el enfrentamiento entre los países contribuyentes netos, liderados por Reino Unido, que exigen más recortes, y los receptores de ayudas, entre ellos España, que piden que se mantengan las subvenciones comunitarias para compensar los ajustes nacionales y fomentar el crecimiento.
El bloqueo dificulta que se logre un acuerdo en la cumbre extraordinaria de líderes europeos de noviembre, tal y como pretende la Presidencia chipriota. La última propuesta de Chipre perjudica especialmente a España porque pone en duda que vaya a haber ayudas específicas para Andalucía, Castilla-La Mancha, Galicia y Murcia.
Durante el debate público, se han dibujado dos bandos antagónicos. Por un lado, los autodenominados "amigos de mejorar el gasto", grupo que cuenta con el apoyo de la Presidencia chipriota y reúne a los partidarios de recortar el presupuesto de la UE: Reino Unido, Finlandia, Holanda, Alemania, Austria, Italia, Suecia, Finlandia y Dinamarca.
En el extremo contrario se sitúan los "amigos de la cohesión", que reclaman que no disminuyan las ayudas a las regiones. Se trata de España, Eslovaquia, Bulgaria, República Checa, Croacia, Estonia, Grecia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Portugal, Rumanía y Eslovenia.
Dentro de los contribuyentes netos, Dinamarca y Suecia reclamaron expresamente que se supriman las ayudas a las regiones en transición, con un PIB entre el 75% y el 90% de la media comunitaria, categoría en la que están Galicia, Andalucía, Castilla-La Mancha y Murcia. Suecia pidió además un recorte de más de 100.000 millones de euros respecto a la propuesta de Bruselas (971.000 millones de euros, un 5% más que en las actuales perspectivas financieras), así como la supresión del fondo de solidaridad y del fondo de adaptación a la globalización.
España rechazó frontalmente la medida. "La idea según la cual los ajustes nacionales deben corresponderse con ajustes presupuestarios a nivel europeo es incorrecta", indicó el secretario de Estado para la UE, Íñigo Méndez de Vigo. A su juicio, recortar el presupuesto de la UE contradice además la agenda de crecimiento que aprobaron en junio los líderes europeos.
Tras el debate, la Presidencia chipriota anunció que presentará una nueva propuesta de compromiso, ya con cifras, después del Consejo Europeo del 18 y 19 de octubre. Y la primera semana de noviembre dará el relevo a su presidente, Herman van Rompuy, para que negociede cara a la propuesta final de noviembre.
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