La quiebra de Portillo pone punto final a un imperio

Zent, su 'holding' empresarial, solicita el concurso de acreedores tras no lograr la refinanciación de una deuda de 545 millones

R. E. / Sevilla

19 de septiembre 2012 - 05:02

El imperio del empresario sevillano Luis Portillo, que alcanzó su esplendor en los años álgidos de la burbuja inmobiliaria, se desmorona definitivamente. El grupo Zent Inversiones, la matriz desde la que creó en un tiempo récord su imperio empresarial, presentó el lunes una solicitud de declaración de concurso de acreedores para 13 de sus empresas ante el Juzgado de lo Mercantil de Sevilla, con una deuda estimada en 544 millones.

Según indicaron a Europa Press fuentes cercanas a la negociación, entre las sociedades para las que se ha presentado el concurso se encuentran Zent Inversiones, Expo-An, Grupo Portival, Inversiones Portival, Inmópolis, Inversiones Empresariales Tersina, Desarrollo Empresarial Quetro, Nazaria, Vitafresh y Jabugo Nature.

El pasado mes de abril, todas estas sociedades del grupo Zent Inversiones presentaron preconcurso con el objetivo de negociar la refinanciación de su deuda.

Tras estos meses de negociaciones, el grupo ha procedido a presentar concurso voluntario, bajo la dirección letrada de Montero Aramburu, "ante la dificultad, en el actual contexto económico y financiero, de alcanzar un nuevo acuerdo con sus principales acreedores, en orden a atender el pago de éstos", señala el bufete.

Portillo comenzó su vertiginoso empresarial en 2003, con su entrada en Metrovacesa. A partir de ahí fue un no parar. Compró Inmocaral en 2005 y en 2006 adquirió con Colonial -su buque insignia- e integró en su holding a Riofisa y se hizo con el 15% de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC). Fue el primer andaluz que entró en la lista Forbes, con una fortuna estimada en casi 4.000 millones de euros, que lo situó como el sexto más rico de España y el 237 del mundo.

El estallido de la burbuja inmobiliaria significó el comienzo de su declive. A finales de diciembre de 2007 se ve forzado a abandonar la presidencia de Colonial ante su hundimiento en Bolsa, y con una deuda de 8.000 millones de euros.

Entonces comenzó un proceso de desapalancamiento con el objetivo de salvaguardar su patrimonio. Vendió su participación en Colonial (que a su vez controlaba otras empresas del entramado de Portillo), abandonó el consejo de FCC, del que formaba parte. En el ámbito empresarial pasó a no ser bien visto: "Los mismos que me denuncian pusieron el dinero a mi puerta para comprar FCC o Riofisa", llegó a afirmar Portillo. En los últimos años ha intentado vender propiedades para obtener liquidez y así negociar mejor la refinanciación de su pasivo. Finalmente, deja en manos de los tribunales su futuro y el de sus sociedades.

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