Economía

Las turbulencias de las bolsas chinas arrastran a los mercados europeos

  • Pekín suprime la suspensión automática de la cotización después de que la sesión de ayer durara sólo 30 minutos El temor al estallido de una burbuja bursátil en China acelera las ventas

La nueva suspensión de la cotización de las Bolsas de China tras sólo 27 minutos de negociación arrastró ayer a la baja a los mercados europeos, donde se registraron caídas que rondaron el 2%. El Dax alemán comenzó la jornada perdiendo más de un 3% y finalizó con un retroceso de 2,29%, situándose así en los 9.979,85 puntos, por debajo de la barrera psicológica de los 10.000. Temporalmente llegó a perder incluso casi 4%. El índice EuroStoxx 50 cayó el 1,74%, a 3.084,68 puntos. En Londres el índice FTSE 100 y en París el CAC-40 cedían de manera similar. El Íbex 35 español, por su parte, retrocedió al cierre un 1,50% a 9.059,30 unidades. El impacto fue mayor en Nueva York. El Dow Jones retrocedió un 2,32% mientras que la caída del Nasdaq superó el 3%.

Las autoridades chinas decidieron suprimir a partir de hoy el mecanismo automático de suspensión de las bolsas en caso de movimientos bruscos, que ya ha cerrado los mercados en dos ocasiones esta semana causando turbulencias en todo el mundo. La medida fue anunciada ayer después de que este nuevo mecanismo, que entró en funcionamiento esta misma semana, haya causado ya el cierre anticipado de las bolsas chinas en dos ocasiones, el lunes y ayer mismo, en solo cuatro jornadas de aplicación. Forma parte de una serie de disposiciones aplicadas por las autoridades para evitar los fuertes desplomes de julio y agosto pasados, que conmocionaron a las bolsas chinas y contagiaron a los mercados mundiales.

El sistema de interrupción establece que cuando el índice conjunto CSI 300 (que agrupa a 300 valores cotizados en las dos bolsas chinas, las de Shanghái y Shenzhen) baja o sube un 5%, se produce una parada automática de 15 minutos. Si tras la reanudación los movimientos fuertes continúan y se alcanza una variación del 7%, se suspende la sesión hasta el día siguiente. El resultado de esta semana fue que el lunes las bolsas cerraron 92 minutos antes de su hora habitual, pero tras dos jornadas de relativa calma, la sesión de ayer apenas duró 27 minutos, de los que poco más de doce fueron de cotización real debido a la pausa forzosa de quince minutos.

La buena intención de las autoridades no contó con el temor de los inversores individuales, de los que en China hay unos 90 millones, y que vendieron acciones de forma masiva esta semana ante el temor a una oleada vendedora la próxima semana, lo que causó una auténtica debacle en las cotizaciones. La explicación está en que el 8 de julio pasado, tras la primera semana de desplomes veraniegos, el regulador prohibió a los grandes accionistas (detentores del 5% o más de las acciones de una compañía) vender sus títulos durante en un plazo de seis meses, el cual expira hoy, así que el lunes podrían vender de nuevo.

Eso supone que cerca de un billón de acciones quedarían desbloqueados, y aunque las autoridades no creían que hubiera ventas masivas, los desplomes de ayer y del lunes se deben a la anticipación de los inversores individuales, que han preferido recoger beneficios antes de que sus acciones puedan perder valor la próxima semana en caso de que los grandes accionistas salgan al mercado.

El mecanismo interruptor "es un desastre artificial, porque está alterando las expectativas que tenía la gente", y cuando eso ocurre "no se sabe cómo va a responder el resto del mercado", destacó a Efe el Rui Meng, profesor de Finanzas y Contabilidad de la Escuela Internacional de Negocios China-Europa de Shanghái (CEIBS). Al final, los inversores individuales "intentan retirarse del mercado antes que los demás", lo que ha generado una masiva oleada vendedora, concluyó Rui.

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