"Si yo fuera Arzalluz diría que el RH del cine español es andaluz"

-La voz dormida. Novelista de Zafra, director de Lebrija, productor de Andújar. ¿Se puede hacer cine sin pasar por Madrid o Barcelona?

-De hecho, si descartamos Madrid y Barcelona, en Andalucía se han producido más títulos de cine que en el resto de las comunidades autónomas. Si fuera Arzalluz, diría que el RH del cine español es andaluz.

-La última novela de Escuredo también va a ser llevada al cine...

-Escuredo era socio de Andrés Vicente Gómez y en 1986 hicimos juntos un viaje a Berlín con una película de Trueba. La mujer del embajador era divina. Fuimos a Berlín Este y nos dijo que era una ciudad muy aburrida, que no había pobres y no se podían hacer mesas petitorias.

-Se ha hecho un asiduo de Berlín...

-Entonces era una ciudad alternativa. No había servicio militar. Almodóvar estrenó La ley del deseo y fue una revolución. Cuando salió la escena porno-gay de Banderas y Eusebio Poncela, la gente empezó a rugir ¡Viva España! El embajador, muy diplomático, dijo que allí gustaban mucho las películas especializadas. Un eufemismo de los gays.

-¿La voz dormida es extremeña o andaluza?

-Los extremeños son primos hermanos nuestros. Dulce Chacón elige de protagonistas a dos cordobesas. Inma Cuesta es de Arquillo, Jaén, y María León, sevillana. En algún pase privado en Madrid hubo gente que dijo que no las entendía.

-Pues cuando la vea Artur Mas, no le arriendo la ganancia...

-La va a entender todo el mundo. No ha ido a los Oscar porque somos mil doscientos académicos y sólo la vieron doscientos. Uno de los que la vio fue Pedro Almodóvar. Le gustan mucho los melodramas y le encantó. Dijo de broma que la iba a votar.

-¿Es alargada la sombra de Bildu en el festival de San Sebastián?

-No los vimos. Lo que vimos fue la aclamación que recibió la película. Nos satisface mucho, como la crítica maravillosa que ha recibido en la revista Variety, con la que desayuna Spielberg. Dice que en España no se va a entender tan bien como fuera por el tema de la posguerra y la Guerra Civil. La guerra está cerca y dejó muchas heridas.

-¿Es un hándicap?

-Hay en España una mentira goebbelsiana, que se repite muchas veces para que parezca verdad, y consiste en decir que se hacen muchas películas sobre la Guerra Civil. Según un estudio reciente, de cada doscientas películas que se hacen en España, tres son sobre la guerra.

-¿Le ha hecho el duelo a Steve Jobs como creador de Pixar?

-No soy muy Jobs, no soy muy gurú. No me gusta el sistema Ipod, es muy cerrado. Yo soy ingeniero y me gusta entrar en los sistemas. En las películas de Pixar se rozó la perfección con el corto del flexo porque en Silicon Valley estaban mucho más avanzados que en Microsoft.

-¿De qué está más pendiente un productor andaluz, del 20-N o de las autonómicas de marzo?

-En el caso de que ganara el PP, Pilar del Castillo fue una gran ministra de Cultura que lo hizo muy bien con el cine. En Francia, como la derecha tiene ese complejo de culpa con la cultura, es mucho más imaginativa que la izquierda.

-¿Qué significó Solas?

-Surgió sin apoyo institucional. Yo conocí a Benito Zambrano en La Habana, donde se había ido a estudiar cine a San Antonio de los Baños, porque aquí no tenía medios. Solas quizás sea el producto cultural andaluz más difundido en todo el mundo. Se ha vendido a cincuenta países. Es Andalucía pura, Andalucía amarga, que diría Távora.

-Con tanta crisis, nadie habla de la crisis del cine...

-Porque no la hay. Pagamos más IVA, damos más trabajo. Las películas son muy sociales, un ochenta por ciento se va en salarios.

-¿Cuáles son las claves de un productor?

-Olfato y riesgo.

-¿Cómo nace Maestranza Films?

-En 1989 con la película Contra el viento, con Emma Suárez y Antonio Banderas justo antes de irse a Hollywood. Rodando en Almería, me dijo que le hablara en inglés para ir cogiendo acento cuando rodara Los reyes del mambo... Al año siguiente vino a San Sebastián hablando inglés y se había puesto cuadrado. Estamos haciendo cosas juntos.

-¿El productor nace o se hace?

-Yo era ingeniero, pero empecé barriendo los estudios. En el segundo festival de cine de Sevilla, ya era gerente pero hice de intérprete de Bertolucci. Orson Welles le había dicho que no dejara de probar los caracoles de Casa González y de llamar a su amigo Antonio Ordóñez.

-Alguien dirá: otra película de cárceles...

-Paco Pérez me mandó la novela Celda 211, me encantó, pero se la derivé a otra productora. La voz dormida la ambienta Dulce Chacón en la cárcel-modelo de mujeres que Victoria Kent hizo en Alcalá de Henares y que ya no existe. Al final rodamos en la vieja cárcel de Huelva. Fuimos a la de Zamora, pero estaba demasiado reciente Celda 211. En la de Segovia estaba rodando Santiago Segura. Richard Fox, vicepresidente de la Warner, buen amigo nuestro, no lo veía claro porque le habían ido mal las últimas películas de cárceles. Fui a verlo a su despacho de Los Ángeles y le dije que habían conseguido un Oscar para Audrey Hepburn con una película de monjas, que no había películas de monjas y de cárceles, sino buenas y malas películas. Lo convencí.