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Benjamín Prado | Escritor

"Nací supersticioso"

Benjamín Prado. Benjamín Prado.

Benjamín Prado. / J. H.

Escrito por

· Juan de la Huerga

periodista

Benjamín Prado (Madrid, 1961) publica la sexta entrega de la saga de Juan Urbano, que se adentra en Los dos reyes (Alfaguara) en una temática hoy en boga como es el conflicto del Sahara con Marruecos. El también poeta tiene previsto sacar cuatro novelas más de su protagonista, una especie de Indiana Jones español. "He aprendido a hacer un tipo de novela más vertiginosa, con más acción", afirma el conocido tertuliano.

Los dos reyes (Alfaguara) no es la historia de Messi y Cristiano Ronaldo ni de Nadal y Djokovic...

–Ni la de Felipe VI y su padre. Es la de Hassan II y Mohamed VI, padre e hijo, y primo y sobrino del Emérito.

–España ha cambiado su histórica postura sobre el Sahara Occidental. ¿Lo llamamos Ministerio de Exteriores u oficina de promoción de su novela?

–La novela iba camino de la imprenta y pedí añadir una frase para actualizarla porque es muy relevante respecto al Sahara, esa supuesta nación a la que nadie ve y todos olvidan una y otra vez.

–La anterior entrega de la saga de Juan Urbano iba de la industria farmacéutica y estalló la pandemia.

–La siguiente va a dar el número. Tengo el don de la oportunidad, es divertido.

–A Hassan II le fue bien siendo rey...

–A los reyes les va bien a casi todos.

–¿Y a éste le habría ido igual de bien de comerciante en un zoco? Era un zorro.

–Marruecos lo gobierna la monarquía alauita y una oligarquía llamada El Majzén; de esta palabra viene almacén y explica que la acumulación de riqueza es tremenda. Por eso no debemos confundir la monarquía española, sujeta al control del Parlamento, y la marroquí, regulada por una Constitución que dice que todo el poder es del rey y su Majzén.

–La mayoría de españoles lamentamos el abandono a nuestros compatriotas saharauis. Esto es tan cierto como que el Polisario fue siempre un agente soviético en la región.

–Se ha defendido con poca gente contra un poder muy grande como es el de Marruecos, poco dado a contemplaciones y con el aval de EEUU. Han sido reprimidos con ferocidad y nadie se ha preocupado. Las guerras las gana siempre el dinero.

–La madre del cordero es que el Sahara Occidental es un potosí, el río de oro.

–Todas las guerras son medievales, para conseguir recursos naturales que tiene el débil y no el fuerte. Es el río de oro porque sin fosfatos no viviría nada, ni nosotros ni las lechugas, y por el tráfico de arena, el segundo bien natural no renovable más escaso tras el agua. Sin arena no hay carreteras, construcción, móviles por el silicio, cosméticos, ni regeneración de playas. Esa arena se esquilma a los saharauis.

–"Olona rima con fanfarrona". ¿Si Alberti levantara la cabeza, le daría un capón?

–Carlos Edmundo de Ory dice: "Olona no mola na". Gloria Fuertes hubiera dicho algo parecido. Hacer una campaña andaluza disfrazada de gitana encima del televisor me parece cutre.

–Alberti le decía que se tomara en serio su obra y en broma a usted mismo, ¿si los escritores siguieran ese consejo se reduciría el panorama literario a la mitad?

–Seguramente, y el número de académicos también. No hay nada más sano que la risa, sobre todo reírte de tu propia sombra. La solemnidad es muy aburrida.

–Es activo en las tertulias y en las redes, y no se calla sus opiniones políticas.

–No tengo ideología, sino ideas y muy básicas: justicia, igualdad, derechos, que en todas las neveras haya comida y en todas las casas trabajo. Para eso no necesito banderas, pero básicamente soy desconfiado por naturaleza y, como decía Cervantes, cada uno es como Dios lo hizo y normalmente un poquito peor.

–Señor intelectual, se anuncia un violento pendulazo a la derecha del electorado. ¿Dispuesto a volver a las barricadas?

–Siempre estoy, he intentado defender con mi gotita de tinta a los que pierden, a los que tropiezan, a los que se excluye. Sobre eso tratan mis novelas, sin solemnidad y sin carga dramática. No sé si la historia la escriben los vencedores, pero los perdedores tienen una que contar.

"Cuantas más tonterías digas hoy, más gente te atiende; se dicen muchas 'payusadas"

–Ya sabemos que todo lo que escribe podría leerlo Bob Dyan sin rubor, pero ¿de qué obra suya cree que estaría más orgulloso?

–Seguramente de mi poesía, pues es un gran poeta y le han dado el Nobel por eso.

–¿Y el Cervantes para Joaquín Sabina cuándo cae?

–Pues me parecería lógico. Decía Leonard Cohen que la poesía no sólo está en esos libros en los que los renglones no llegan al final de la página. Y estoy muy de acuerdo. Es una manera de mirar, de contar, de decir más con menos, y eso está en muchas partes. Sabina tiene versos que me encantarían en mis poemas.

–Dice un aforismo suyo que "a veces hay que tener mucho valor para decir lo que todo el mundo sabe". ¿A qué se lo aplicaría en esta sociedad actual?

–Al 96,3% de las noticias que leemos, que tratan de cosas que sabemos pero no se quieren ver, por ejemplo, que sigue habiendo una pandemia o que la ultraderecha no cree en la democracia pero la gente la vota.

–El verano se va a hacer el verano duro en Rota sin Almudena Grandes.

–Muy duro, ella era el gran motor de esos veranos. La echamos mucho de menos, era una hermana para mí.

–Las tiene a decenas, pero ¿las supersticiones no se vinculan a la incultura?

–No sé. Nací supersticioso. Antonio Carmona dice que soy más gitano que él. Tengo todas las supersticiones de reglamento y las que me invento:me echas un vino de izquierda a derecha y salgo corriendo; tengo que salir a la calle con todos los cordones de los zapatos rectos; lo llevo todo de cara, monedas, billetes; entro siempre por la puerta del ascensor o la escalera más a la izquierda; no escribo nunca con tinta negra, a ser posible verde...

–No come nada morado.

–Eso es y no me gusta comulgar nada morado.

–¿Y con el voto morado?

–Me gusta más la política municipal, la gente vota a lo que ha hecho alguien. Yo soy resultadista.

–Dijo hace casi 25 años en El País: "En Madrid corremos el riesgo de convertirnos en invisibles". Con Ayuso y Almeida no se ha cumplido la profecía, ¿no?

–Desde luego, pero una cosa es ser visible y otra hacerse notar. Esto tiene mucho que ver con el mundo del entretenimiento mal entendido. Cuantas más tonterías digas hoy, más gente te atiende. Esto vale para el que tiene no sé cuántos likes porque se tira de cabeza contra una pared y para la presidenta de comunidad que dice que España es una nación de 3.000 años y se queda tan a gusto. Un poco de cultura general no estaría mal. Se dicen muchas payusadas.

–Por cierto, no será su segundo apellido Colón de Carvajal, ¿no?

–No, Rodríguez, como el de todo el mundo.

–Prado y Colón de Carvajal era muy amigo del Rey emérito.

–En ninguna de las dos cosas coincidimos.

–Y manco.

–Ya son tres.

–¿Lo confunden a menudo con el cantante de Ketama?

–Hasta tal punto que en una Feria del Libro una señora me dijo: "¿Y discos no has traído?". Antonio y yo nos llamamos primos. Nos parecemos. Es fantástico. Y le he hecho una cancioncita, dentro de poco lo oirán cantando una cosilla mía.

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