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Entrevista

Jesús Cañadas: "El fantástico ha ganado"

El escritor gaditano Jesús Cañadas.

El escritor gaditano Jesús Cañadas. / Jesús Marín

Con Dientes rojos, su última novela, Jesús Cañadas (Cádiz, 1980) no sólo vuelve a demostrar su olfato para maridar su masa madre (el fantástico) con los diferentes caldos que le ofrece la narrativa, sino que subvierte los roles clásicos de la novela negra con una víctima que se niega a ser “sólo el objeto y la excusa para que un tipo se líe a tiros con otros tipos perpetuando así la violencia”. Ganador de prestigiosos premios como el Ignotus o el Kelvin por Las tres muertes de Fermín Salvochea, también es autor de Pronto será de noche, Los nombres muertos, El baile de los secretos y de la pentalogía juvenil Athenea.

–¿Cómo sienta que Juan Gómez-Jurado lo nombre el gran maestro del thriller fantástico español?

–De maravilla. Además de ser un gran escritor, Juan es un gran friki. Aunque su literatura no vaya por ahí, es un gran consumidor del fantástico así que sabe del tema. Hablando mal y pronto, sienta de puta madre.

–Usted es muy astuto, nos cuela el género en novelas en apariencia negras, o históricas, o de aventuras...

–Efectivamente, aunque ese planteamiento me supone una apuesta arriesgada porque puedo perder lectores pero creo que vale la pena porque si se llegan a enamorar de los personajes me dejan que les tire la trama por donde quiera.

–Es decir, la clave está en los personajes, si los atrapan, el lector suelta el volante

–Absolutamente, los personajes son la columna vertebral mucho más allá de la historia y del estilo, que es una cosa que yo también trabajo mucho. Arma letal, ¿de qué va Arma letal? o, ¿de qué van Los Goonies? Lo importante son los personajes inolvidables. 

–¿Cómo se consigue eso?

–Ni idea. Dándole mucha vuelta al chícharo para conseguir que de un montón de palabras en u papel pasen a ser un personaje real. Es complicado pero es chulo.

–Con usted nada es lo que parece. En ‘Dientes rojos’ utiliza el género fantástico para hablar de problemas socio políticos actuales...

–Ray Bradbury, uno de mis autores de cabecera, dice “escribe sobre lo que te enfade”. Si tus emociones se mueven, es probable que se muevan las emociones de los lectores. Y, así, una de las capas de este libro es la violencia machista, un problema en España pero también un problema grandísimo en Alemania, donde yo resido. De hecho, la mayor parte de los casos que se mencionan en Dientes rojos son reales. Y me está pasando una cosa curiosa con este libro, hay muchos lectores que me están diciendo que la violencia que se ve en el libro es demasiada y no la aguantan y, sin embargo, las lectoras me están diciendo que corto me he quedado...

–Vaya Berlín oscuro en el que vive...

–Un amigo mío me dijo, si este es el Berlín donde tú vives, voy a rescatarte de allí ya... (ríe) Pero es que yo quería que la gente viviese el Berlín que yo conozco, de hecho, la novela pasa casi toda en mi barrio... Quería dar una visión de Berlín actual alejada de lo que se ve en la ficción donde Berlín aparece como una ciudad de fiesta, súper colorida, de buen rollo... Y esa es una parte, pero hay otra muy, muy, hostil para el extranjero y, bueno, también para el resto de personas. Es una parte de Berlín que yo veo mucho. Mi excuñado, que es policía, nos decía yo no sé cómo podéis vivir en ese barrio, oye, y se supone que es el último barrio hipster... Y no debe estar mal retratado cuando va a salir en alemán, la ha comprado una editorial potente alemana que se llama Suhrkamp.

–Bueno, en Berlín han sucedido cosas horrorosas

–Y las reflejaré en una novela dentro de un par de años. Haré una novela de casas encantadas, pero la casa va a ser Berlín entero...

–Es verdad que las ciudades son importantes en sus novelas, por eso se preocupa por conocerlas bien. Berlín, Cádiz, Providence... Pero, dígame, ¿es verdad que encontró un vuelo Berlín-Boston por 120 o es mentira cochina de escritor?

–Una verdad absoluta. Me estaba preparando Los nombres muertos, mi segunda novela, y a través de un contacto me enteré que había un error en la web de Expedia Australia y si cogías ese vuelo en unas fechas concretas pues te salía muy barato. Y lo encontré por 120. Si yo creyera en algo te diría que fue una señal.

–¿Qué le dio ‘Los nombres muertos?

–El pistoletazo de salida a mi carrera. Una editorial grande, Penguin Random House, apostó por mí gracias a Ricard Ruiz Garzón, el asesor de la editorial, que es la persona que cambió mi vida. La primera, El baile de los secretos, es una porquería de novela.

–¿Qué dice? ¡Pero si se habló mucho, y bien, de ella!

–Sí, cierto, pero no vale un duro. Era una novela con L. Era la novela que tenía que hacer para convencerme de que podía escribir una novela, y ahora soy un adicto, no puedo estar sin escribir.

–¿Cuál es el camino de escribir novelas de género a ser guionista de ‘Vis a vis’?

–Pues me llovió del cielo. Ese camino fue que Alex Pina, el showrunner de la serie, se leyó Los nombres muertos, le gustó un montón y le dijo a la productora que me buscaran que quería que yo escribiera para él. Y fue una escuela durísima pero buenísima.

–¿Cree que en nuestro país, la literatura para el gran público es el último bastión que le queda por conquistar al fantástico?

–Hago mías las palabras de, Richard Morgan, que me gusta mucho como escritor y menos como persona, el fantástico ha ganado. El fantástico domina el 80% de la ficción en todos lados, ya sea juego, película o serie y la literatura es el último bastión que queda por caer en España. Se está resistiendo, creo que todavía falta una generación para que se consiga, pero se va a conseguir.

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