Manuel Ríos San Martín / Escritor y guionista

"Estoy cansado de policías alcohólicos y depresivos"

Manuel Ríos San Martín.

Manuel Ríos San Martín. / Carlos Ruiz

Manuel Ríos San Martín (Madrid, 1965) es licenciado en Ciencias de la Información y ha trabajado en importantes productoras de televisión como Globomedia, BocaBoca y Diagonal, en las que ha ejercido de productor ejecutivo, director o guionista. Ha participado, entre otras series, en Colegio Mayor, Médico de familia, Menudo es mi padre, Más que amigos, Compañeros, Raphael, Rescatando a Sara, Sin identidad... Ha dirigido un largometraje, No te fallaré, y tras el éxito de la novela La huella del mal, ambientada en Atapuerca, ha escrito el thriller Donde haya tinieblas.

–En pocas palabras, ¿por qué hay que leer su libro, Donde haya tinieblas?

–Si usted tuviera gemelos, no me lo preguntaría. ¿Sabe lo que cuesta una ortodoncia?

–La novela se le ocurrió en una visita a la catedral de Ávila. Si llega a ir a la basílica de San Pedro, le sale una saga como Caballo de Troya, que va por la undécima...

–He estado tres veces en San Pedro y no se me ha ocurrido nada. La chispa salta cuando menos te lo esperas, si no las novelas las escribirían los fondos de inversión.

–La escribió durante el confinamiento. Nosotros no sé si hemos salido mejores, pero ¿y su libro? ¿De qué modo influyó lo que ocurría fuera de su casa en la historia?

–Vi que todo es mundo estaba de mal humor y discutiendo, y decidí que mi protagonista aportara algo de buen rollo a la mala leche reinante. Estoy cansado de policías depresivos y alcohólicos a los que se les ha muerto el gato.

–Dos inspectores, cada uno de su padre y de su madre, tratan de resolver el asesinato de una modelo de 17 años. ¿Es un True Detective a la española salvo porque la pareja está formada por un hombre y una mujer?

–Los de True Detective son dos intensos insoportables, los míos son mucho más entretenidos y sus discusiones memorables. ¿A quién le toca conducir?

–Sus polis no se ponen de acuerdo en nada, pero encuentran la manera de aceptarse y quererse. ¿Las famosas dos Españas darían para hacer una buddy movie con final feliz?

–Y a ritmo de canción de Sabina interpretada por Travis Birds.

–Su libro aborda conceptos como el mal, la culpa, la religión... ¿Va de la España profunda?

–No, va del pecado de Dios: la misericordia.

–Usted plantea la siguiente reflexión: ¿perdón y misericordia o venganza y castigo? ¿Por qué nos decantamos la mayoría?

–Hacen más ruido los de la venganza y el castigo, pero creo que son minoría (salvo en Twitter).

–Pieldelobo es un apellido infrecuente y resulta que así se llama su inspectora y también la policía de la novela Bajo la piel, de Susana Rodríguez Lezaun. ¿Ha sido una apuesta entre ustedes, estaban conchabados o pura casualidad?

–No me enteré hasta que la novela estaba en imprenta y ya no tenía remedio. Me alegro de que fuera así, el apellido es fantástico y tiene mucho que ver con la personalidad de la inspectora de mi historia.

–¿Cuando estaba dando teclazos, pensaba inconscientemente cómo sería la adaptación de su novela al cine o la televisión?

–Si pensase en eso no la habría escrito en primera persona del protagonista. Es muy difícil trasladar los pensamientos a serie de televisión. No suele funcionar.

"Estamos saturados de series desde hace tiempo; hay tanta oferta que la gente ha vuelto a leer”

–Señor guionista, ¿el guión (con tilde) tiene más fuerza que el guion (sin tilde)?

–Dejo que el autocorrector haga su trabajo. (No me da la vida para estas discusiones).

–¿Nos hemos vuelto locos con las series? ¿Llegará a saturarnos tanta oferta?

–Estamos saturados hace tiempo. Se tarda más en elegir que en ver un capítulo. Hay tanta oferta de series que la gente está volviendo a la lectura.

–¿Armaría una trama más potente para una película o un serial con la historia del Pequeño Nicolás o con el romance de Enrique Ponce y Ana Soria?

–Al Pequeño Nicolás lo pillan en Estados Unidos y se ganan un par de Emmys con él. Eso sí, interpretado por DiCaprio. A los otros dos, los dejo para canción de Pimpinela.

–Los detractores de Iván Redondo lo acusaban de orquestar continuamente campañas de marketing, de pilotar una especie de factoría cinematográfica. ¿Percibe en él mimbres de buen guionista?

–No les vendría mal contratar guionistas para elaborar hipnosis: ¿qué pasaría si hacemos esto?... Creo que no son muy buenos en ese campo. Miguel Barroso fue el mejor, sin duda. Y, últimamente, Miguel Ángel Rodríguez nos ha sorprendido con varios giros de guión.

–¿Se ha planteado montar una productora con él?

–¿Quién pone la pasta?

–Si hubiera un reencuentro televisivo como el de la serie Friends, ¿qué sería de los principales personajes de Médico de familia, donde usted participó como guionista?

–Seguramente todos estarían leyendo Donde haya tinieblas.

–Fue director, guionista y productor de series (la citada Médico de familia, Compañero, Sin identidad o Mis adorables vecinos) antes de que a eso se le llamara ser showrunner. ¿Podemos deducir que el anglicismo significa que mueve más pasta ese mundillo ahora que cuando usted estaba metido de lleno o no se queja de lo que ganó entonces?

–Fue una época fantástica, aunque ahora se gana más y el resto de las productoras te conocen. En esa época, el equipo que yo dirigía tuvo durante tres meses la serie más vista del año (Compañeros) y la película española más taquillera (No te fallaré) y que yo sepa ninguno recibió una oferta. Flipa.

–Recomiéndeme para mis vacaciones septembrinas una serie y un libro, aparte del suyo, por supuesto.

–Si le gusta la evolución, Dioses y mendigos, de José María Bermúdez de Castro. Y si no le gusta es porque no ha leído este libro. No ha sido un buen año de series, tal vez, Mare of Easttown.

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