“Los años de Cervantes en Córdoba fueron decisivos para su formación como escritor"

Francisco del Valle | Escritor

Francisco del Valle.
Francisco del Valle.
Andrés Cárdenas

01 de mayo 2025 - 06:59

Francisco del Valle nació en la localidad granadina de Pedro Martínez. Estudió Filosofía y Letras en París y sus primeros años coincidieron con la revolución de Mayo del 68. Al terminar la carrera regresó a España, donde ha ejercido de profesor de francés. Actualmente vive en la localidad cordobesa de Castro del Río. Ha escrito varias novelas. La última lleva el título de ‘El hidalgo don Rodrigo Cervantes’, sobre la vida del padre de Miguel de Cervantes y sobre la estancia de la familia en Córdoba, ciudad que, según el autor, influyó enormemente en la formación como escritor del autor del Quijote.

Pregunta.–Su última novela trata sobre el padre de Miguel de Cervantes.

–Don Rodrigo de Cervantes, por diferentes causas, entre ellas el problema de oído, no logró el título superior de físico-médico y hubo de contentarse con el de zurujano, entre barbero y sacamuelas. Pero este oficio no le daba para vivir, ni siquiera para pagar el alquiler en Valladolid. Debido a sus deudas, entró en prisión, pese al apoyo económico de su madre, que hubo de vender las joyas e incluso un esclavo joven. La familia de Cervantes vivió con muchas estrecheces, como le ocurriría a su hijo Miguel, quien, por cierto, tampoco consiguió un título superior.

P.–¿Y qué me dice de la madre?

–Leonor de Cortinas era de Esquivias, el único miembro de la familia Cervantes que no es de Córdoba. La esquiviana era bondadosa, humilde y comprensiva con los amoríos del marido. Refleja a la esposa sumisa, respetuosa y culta, aunque detestaba El Amadís porque su tío fraile enloqueció leyendo libros de caballería. Logró poco a poco encontrar su puesto en la familia.

P.–¿Cómo influyeron estas personas en el autor del Quijote?

–Mi novela demuestra que estos personajes configuraron la personalidad del autor del Quijote, en especial su padre, su madre y su abuelo. Las penurias, las terribles contrariedades de don Rodrigo emulan a las padecidas por Miguel de Cervantes. La tendencia a la lectura de los libros de caballería proviene de la parte paterna e incluso materna. El abuelo, don Juan de Cervantes, era ni más ni menos que abogado del Santo Oficio de Córdoba.

P.–Dice usted en su novela que la familia Cervantes vivió durante un tiempo en Córdoba.

–La familia Cervantes llega a Córdoba, procedente de Valladolid y de Alcalá de Henares el 31 de octubre del 1553. Vinieron por el Camino Real de la Plata pernoctando en las mismas ventas que emplearían después el caballero don Quijote y su escudero Sancho Panza. Y es el primer viaje de Miguel de Cervantes a Andalucía, donde, por ejemplo, descubre los molinos de viento, un invento del siglo XVI, y los paisajes de Sierra Morena donde cantaban sus cuitas los poetas penitentes rechazados por sus amadas.

P.–¿Qué importancia tuvo esta ciudad en el aprendizaje del futuro escritor?

–En Córdoba Miguel de Cervantes aprendió las primeras letras en el libro de texto que vulgarmente se decía El Antonio (Elio Antonio de Lebrija) en la academia Vieras y continuó su formación en el Colegio de Jesuitas Santa Catalina. Tuvo compañeros ilustres cordobeses, lo que demuestra que se codeó con la clase alta cordobesa, gracias a su padre que fue nombrado médico del Santo Oficio. Creo, por tanto, que estos años cordobeses, más aún que los sevillanos, tuvieron una influencia decisiva en el carácter y en la primera formación de Miguel de Cervantes y en su afán por la escritura.

P.–¿Tiene usted una teoría sobre dónde nació Miguel de Cervantes?

–No hay una prueba fidedigna que demuestre el lugar de nacimiento de nuestro grandísimo escritor. Está documentado que fue bautizado en la Iglesia Santa María la Mayor de Alcalá de Henares el 9 de octubre del 1547 y en la que figuran incluso los testigos. Pero, no hay ningún documento que avale la partida de nacimiento.

P.–¿Y era una familia bien avenida?

–La familia de Cervantes, entendiendo por ello a los padres e incluso a la abuela, era una familia estructurada, aunque carcomida de problemas, especialmente económicos. Cierto que don Rodrigo en Córdoba con su nueva y favorable posición se disipó y cayó en la solución más fácil, las amantes, amén de las esclavas, para sus desahogos sexuales. Otra cosa era la familia de don Juan de Cervantes, quien se separó de su esposa doña Leonor de Torreblanca y se ayuntó con su concubina doña María Díaz, algo inconcebible para un abogado del Santo Oficio

P.–¿Cuánto hay de realidad y cuanto de ficción en su novela?

–En los años noventa, obnubilado por la figura de Miguel de Cervantes, entré en el grupo de cervantistas. Participé en varios congresos, presentando comunicaciones y ponencias. Por ello, me atrevería a afirmar que esta novela histórica refleja la verdadera realidad, la vida de la familia de Cervantes, aunque también es cierto que para el escritor la linde entre ficción y realidad es, a veces, quasi imperceptible.

P.–¿Qué documentos históricos ha utilizado usted?

–Pasé varios años documentándome para escribir esta novela histórica. Aún conservo un arsenal de documentos provenientes de la Universidad de Fez, del Archivo histórico de Córdoba, del Archivo municipal de Cabra, de los archivos municipales de Montilla, de la Rambla y de Benamejí, del archivo municipal de Ecija... etc.

P.–Se está rodando una serie sobre los Cervantes.

–Se está terminando el guion de una serie cinematográfica de unos 14 capítulos fundamentada en mi novela en la que aparece toda la familia De Cervantes.

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