"He tenido que hacer de guionista, productora, secretaria y mensajera"

-¿Hacer cine independiente hoy es heroico?

-Creo que sí, porque estamos en un momento muy difícil, de transición. Internet ha hecho tambalearse toda la estructura industrial y de fuentes de financiación del cine…

-¿Convirtiéndolo en un negocio ruinoso?

-El hecho de que una película se pueda descargar gratis significa que todo el dinero que se invierte en hacer esa película no se recupera. Si eso no funciona, no hay manera de seguir adelante.

-¿Y qué propone?

-Que se investigue cómo organizar formas de distribución alternativas. Internet no se puede parar, pero hay que tomar medidas para que la gente pueda acceder al material de forma directa, clara y pagando.

-¿Lo están pasando mal?

-Muchas veces piensas que no puedes más, que tiras la toalla. He tenido que hacer de directora guionista, secretaria, productora y mensajera. Ha sido muy difícil sacar adelante mi última película, Retorno a Hansala.

-¿Cuál ha sido la compensación?

-Que me ha permitido convivir en Marruecos con gente sencilla. Tienen una sabiduría que aquí hemos perdido y saben vivir sin esta angustia que nos rodea, siempre preocupados por el futuro, por tener o no tener.

-¿Nos parecemos en algo?

-¡Nos parecemos en mucho! Ir a Marruecos es como estar en casa, no me siento nada incómoda, ni siento que es un lugar extraño.

-¿Interesan las historias de pateras?

-Estamos tan machacados por la información que nos creemos inmunizados. Pero es muy doloroso ver llegar a esa gente perdida envuelta en mantas de la Cruz Roja. Nos afecta, aunque no lo reconozcamos. Nadie es indiferente a eso.

-¿Cómo surgió su historia de Hansala?

-De una noticia que leí, hace años, sobre la primera repatriación que hizo una funeraria tras naufragar una patera. Me pareció simbólico que decidieran llevarse la ropa de los muertos no identificados a Marruecos, para exhibirla allí.

-¿Por qué?

-Porque ese detalle te habla de cómo es la vida allí. ¿Se imagina a alguien de aquí reconociendo a un familiar por una camiseta?

-¿Qué aprendió con la película?

-Se confirmó mi creencia en la memoria genética. Llegar a Hansala, cerca de Beni Melal, en las montañas del Atlas, fue como llegar a la Alpujarra, de donde venía mi abuelo, que se fue a trabajar a Granada y tardó tres días en burro.

-Lástima que el público prefiera las superproducciones.

-¡Es que no es así! Lo que ocurre es que es muy importante la promoción y ellos tienen muchísimos más medios de comunicar que el cine independiente. Hay películas que la gente no sabe ni que existen.

-Y así es imposible que sean rentables.

-Tampoco hay que verlo todo en términos de rentabilidad. Mi película Poniente se ha utilizado mucho en los institutos y el guión ha sido libro de texto en Francia. Hay muchas posibles utilidades de un producto cultural como elemento educativo y de reflexión.

-¿Existe un cine europeo?

-Claro que lo hay, pero ni siquiera lo vemos. No tenemos los presupuestos del cine norteamericano. La diferencia es nosotros podemos contar buenas historias.

-¿Ellos no?

-Pues no. Cuentan historias muy flojas. Con buenos actores, es cierto, pero sobre todo con grandísimos presupuestos que lo disfrazan todo: parece que ahí está pasando algo, pero no pasa nada.

-¿Por qué hay tan pocas directoras de cine?

-Es cierto que somos pocas y que se ve poca incorporación de mujeres jóvenes. Yo creo que una de las razones es que no hemos tenido modelos.

-¿Y eso qué tiene que ver?

-Las mujeres, por educación y por razones históricas, nos animamos a hacer cosas cuando vemos que otras lo han hecho antes.

-¿Cree que lo tienen más difícil?

-Creo que el techo de cristal sigue existiendo. Nos acabamos de incorporar al mundo laboral y seguimos combinando trabajo y familia. Además, el poder económico y de decisión sigue en manos de los hombres.

-¿Con qué consecuencias?

-Normalmente ellos se acuerdan de los hombres cuando tienen que buscar a alguien.

-¿Hasta dónde hay que llevar el criterio de paridad?

-En estos momentos hay que llevar la paridad hasta el extremo, porque no hay igualdad. Ojalá dentro de unos años, veinte o treinta, ya no haga falta.

-¿Y en el caso del cine?

-No se trata de inventar a unas mujeres que no existen. Pero en los lugares donde se toman las decisiones, en los lugares donde se decide qué películas se hacen y cuáles no, debería de haber paridad.

-¿Hay una sensibilidad femenina a la hora de hacer películas?

-Nunca me preguntaría si existe una sensibilidad masculina. ¡La da por universal! Creo que muchas veces se utiliza el término femenino para excluir y no darle esa dimensión universal.